Pablo Mendelevich es periodista, director de la licenciatura en Periodismo de la Universidad de Palermo (Buenos Aires) donde se realizó el 14° Congreso Internacional de Periodismo del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) cuyo tema central fue El periodismo ante la amenaza de la mentira.
Mendelevich, “periodista desde hace 47 años” como afirma, es un profesional experimentado pero a la vez iniciado en el oficio desde muy joven, lo que le da una perspectiva de largo plazo pero es a la vez sensible a los nuevos fenómenos. Sin embargo, al menos a corto plazo, es escéptico acerca de que las audiencias puedan educarse por sí mismas o por entidades dedicadas a verificar las noticias, según afirmó en un panel.
En ese panel se manifestó también como un acérrimo defensor de la libertad de expresión y del periodismo profesional. “En la Universidad de Palermo, la carrera se llama Periodismo y no Comunicación Social o nombres parecidos”, indicó. “No tengo nada contra estas disciplinas pero el periodismo es una cosa distinta al análisis semiológico, filosófico o regulatorio”.
Para él, parte de estas visiones han “contaminado” la profesión y han introducido conceptos que en filosofía o epistemología pueden estar bien, como el cuestionamiento de la objetividad o del mundo externo, pero son sido muy nocivos en el periodismo.
“No es cierto que no se puede ser objetivo. Hay un periodismo profesional que puede hacer el esfuerzo” y no es válido encontrar justificaciones para distorsionar los hechos»
“No es cierto que no se puede ser objetivo. Hay un periodismo profesional que puede hacer el esfuerzo” y no es válido encontrar justificaciones para distorsionar los hechos. Y nunca se puede ser primero militante y después periodista, opina. Sostiene enfáticamente el concepto clásico del periodismo: ver los acontecimientos y luego contarlos con apego a lo que ocurrió.
En un breve diálogo en medio del congreso de Fopea hablamos con Mendelevich sobre el leit motiv del evento: el periodismo ante la amenaza de la mentira.
-Como titular de la carrera de Periodismo de la Universidad de Palermo y anfitrión del congreso de Fopea, ¿qué significado le das a este evento que trata sobre las fake news y la verificación de datos?
-Yo pertenezco a una generación —soy periodista desde hace 47 años— en la cual la mentira en estado puro [en el periodismo] no podía existir. Era un absurdo, podía haber una información distorsionada o acentuada, una mala cobertura, podía haber amarillismo para vender diarios. Pero mentir no existía, no le cabía a nadie porque iba contra el propio negocio de los medios. La mentira en estado puro es un efecto de las redes sociales, surge del auge de esas redes. Ya no apunta a que los medios se vendan; no es una travesura de grandes editores.
-¿La intermediación del periodismo al final era necesaria? Tanto que se la condenó y se ensalzó el acceso directo a las fuentes por parte de la audiencia. ¿Al final tenía sentido esa intermediación?
-La intermediación periodística siempre tiene sentido, siempre y cuando nosotros los periodistas seamos servidores públicos y hagamos un aporte a la democracia. Lo que quieren [sectores hostiles a la libertad de expresión] es suprimir ese aporte. Y para eso cuentan con la complicidad de la mala praxis periodística. En la medida que el periodismo empeore está siendo socio de esa intención de barrer con todo.
«La mentira en estado puro es un efecto de las redes sociales, surge del auge de esas redes. Ya no apunta a que los medios se vendan; no es una travesura de grandes editores»
-¿Las fake news llegaron para quedarse? ¿O pueden ser un fenómeno que termine superándose, así como la gente ya separa ficción de realidad y no agrede a los actores villanos, ni tampoco cree que un radioteatro como el de Orson Welles sea una auténtica invasión marciana?
-No lo sé. No sé esto y no sé ninguna otra cosa sobre el futuro. En realidad todas las veces que uno intenta prever el futuro en materia de medios de comunicación se equivoca. Imaginate que se equivocaron los mayores gurúes con respecto al diario papel, mirá si no me voy a equivocar yo.
Pero desde el punto de vista de los cambios de comportamiento sociales masivos [superar las fake news] no me parece algo sencillo. No creo que si hoy las redes sociales son en gran parte cloacas dejen de serlo porque la gente se eduque. No tengo esa esperanza.
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