Hace unas semanas se realizó en la sede céntrica de la Universidad de San Andrés (Udesa) el encuentro “Género, medios y tecnología” organizado por el Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO).
En esta ocasión el equipo liderado por Pablo Boczkowski y Eugenia Mitchelstein convocó a Florencia Sabatini, gerente de comunicaciones para Google Argentina; Mariana Carbajal, periodista de Página/12 especializada en género y Eleonor Faur, doctora en Ciencias Sociales IDAES-UNSAM-IDES. La mesa estuvo moderada por la directora en Maestría de Periodismo de Udesa, Silvia Ramírez Gelbes.
La periodista Mariana Carbajal mostró en una presentación una serie de ejemplos que demostraban la inmovilidad y falta de preparación del periodismo en cuestiones de género. La periodista de Página/12 hizo referencia al “show del morbo” que realizan ciertos medios sobre casos de femicidio otorgando mayor repercusión a coberturas donde adolescentes “desaparecen y reaparecen en una bolsa”. Dichas coberturas son realizadas en un 70% por hombres, lo cual no representa un problema ya que, en muchos casos, las mujeres también pueden cometer graves errores a la hora de cubrir casos tan sensibles que requieren indudablemente de una preparación en temáticas de género para no convertir una cobertura periodística en noticias que alimenten la búsqueda de impacto, sirvan como excusas de los medios para ganar audiencia o jactarse de conseguir la escabrosa primicia como demostró Crónica TV en una vergonzosa placa (ver fotos) en referencia a la aparición del cuerpo de Anahí Benites.
El morbo sapiens de este caso se reprodujo en otras señales de noticias como C5N o en programas de señales de aire como El diario de Mariana (El Trece) donde fue precisamente una periodista mujer, Mercedes Ninci, quien aseguró tener información sobre el caso en el momento en que la conductora Mariana Fabbiani mantenía una conversación telefónica con Silvia Pérez, madre de Anahí. La periodista de Radio Mitre recibió datos sobre el caso vía mensaje de texto y le transmitió a la madre que “el cuerpo fue encontrado en un pozo profundo” para, luego de un incómodo silencio, aportar que el mismo “estaría semidesnudo y aparentemente no sería una persona mayor”. Ninci se convirtió en otra pieza de la vorágine morbosa que en busca de audiencia o información exclusiva deja de lado no sólo un principio básico del periodismo -chequear la información- sino también el lado ético, responsable y -sobre todo- humano que se necesita para coberturas que merecen mayor atención y preparación.
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Carbajal también sumó datos a su presentación comentando que las mujeres son sujeto de noticias en un 29% pero sólo el 27% de dichas coberturas son producidas por mujeres en redacciones formadas y lideradas casi en su totalidad por hombres.
Para finalizar, la periodista que también integra la red PAR -Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación no Sexista- puso un manto de esperanza en las redes sociales que lograron convertirse en “aliadas de las mujeres que no podían poner sus casos en palabras» y prefieren hablar en primera persona eliminando los intermediarios y dirigiéndose directamente a la sociedad como lo hicieron las denunciantes de Cristian Aldana, el cantante del grupo El Otro Yo.
Las redes sociales ayudaron a instalar temáticas de género y generar conciencia además de funcionar como impulsores de masivas convocatorias bajo el lema #NiUnaMenos o el paro de mujeres realizado el 8 de marzo pasado.
Mientras algunos medios masivos se abalanzan en busca de la primicia o efectúan coberturas escabrosas, las redes sociales permiten acercar casos sin la necesidad de un intermediario e incluso multiplicar repudios ante instancias sexistas como la polémica declaración de Gustavo Cordera en una charla a estudiantes de periodismo que le valió la cancelación de muchos shows y hasta una denuncia penal por “apología del delito”. «Hay una mirada más crítica de las audiencias y eso se ve principalmente en las redes sociales» sostiene Carbajal.
La gerenta de comunicaciones para Google Argentina, Florencia Sabatini, advirtió que su presentación iba a tener condimentos personales y contó en primera persona cómo vivió el proceso de selección para ingresar en una de las compañías más exitosas de Internet.
Florencia estaba embarazada de su primer hijo y sintió la necesidad de aclararlo en su entrevista donde le explicaron que esa condición no era algo para preocuparse en Google.
«Las mujeres tenemos que romper nuestros propios prejuicios, porque muchas veces nos autolimitamos», aportó y dijo sentirse muy sorprendida en aquella ocasión por la política de género que ponía en práctica la empresa. Este año Alphabet, empresa matriz del buscador más popular de la web, se vió envuelta en una gran polémica cuando un empleado hizo circular un manifiesto interno criticando la política anti discriminatoria de Google y argumentando que existen «causas biológicas» entre hombres y mujeres que dan cuenta de la escasa cantidad de representantes del género femenino en puestos de liderazgo. Finalmente James Damore, el autor del documento «La cámara de resonancia ideológica de Google» fue desvinculado de la empresa.
Sabatini remarcó la inmediatez del accionar de una empresa tecnológica que pertenece a un sector donde “las mujeres ganan 4,8% menos que los hombres”. Esa cifra se incrementa en el resto de la economía alcanzando un 15,7% y crece aún más si hablamos de cargos directivos ocupados por mujeres: apenas el 22% según diversos estudios. “Ese porcentaje se reduce al 19% si se considera por separado el ámbito de la tecnología y sigue cayendo en ciencia, telecomunicaciones y medios” comentaba José Crettaz en su editorial del programa dedicado a las mujeres en el sector TMT (tecnología, medios y telecomunicaciones).
Sabatini se muestra optimista y confiada en que en el mundo de la tecnología “las mujeres tienen un largo camino por recorrer». Un claro ejemplo de esto es el de la coreana-argentina Rebeca Hwang que lanzó en Sillicon Valley el fondo de inversión RivetVentures e invirtió en 15 compañías que desarrollan productos y servicios para mujeres.
«Hay una mirada más crítica de las audiencias y eso se ve principalmente en las redes sociales» Mariana Carbajal.
La socióloga Eleonor Faur marcó la necesidad de comenzar un proceso de educación y detectar en nuestro lenguaje cotidiano “las falsas verdades que reproducimos sin pensar y que siguen construyendo realidades» afinando ciertos aspectos que nos lleven hacia una sociedad más igualitaria. La socióloga recordó un título de Clarín en donde se comenta un caso policial y se titula casi con una humorada: Cómo hacer volar a una suegra con dinamita.
Pese a ser un tiempo para celebrar avances en luchas de igualdad de género, todavía hay mucho para hacer trabajando a diario en la educación de los chicos, en la preparación profesional del tratamiento periodístico en cobertura de femicidios, eliminar prejuicios e impulsar iniciativas inclusivas en sectores de los medios, la informática y la tecnología. Como diría Faur, «hay una nueva manera de mirar la cuestión de género, algo cambió en la sensibilidad de la sociedad”.
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