En #TMTradio, para el programa especial dedicado al sector tecnológico de Finlandia, conversamos con Ricardo Sametband, editor de Tecnología de La Nación y especialista en smartphones. Con él repasamos la historia de Nokia, ícono tecnológico finlandés. En la Argentina, la empresa tiene una filial con unas 400 personas, buena parte de ellas dedicadas a la comercialización de los productos de la empresa: mayormente infraestructura de telecomunicaciones.
-¿Cuál es la situación actual de Nokia?
-El presente es promisorio pero está alejado de lo que alguna vez fue la empresa que nosotros asociamos con Nokia, que se hizo grande en la década del 90 y durante 15 años fue el mayor fabricante de celulares del mundo. Hoy tenés una empresa de telecomunicaciones, que hace infraestructura, antenas y equipamiento de redes, que es muy grande después de que se fusionó con Alcatel-Lucent.
Es una de las más grandes del sector, junto con Ericsson y Huawei. Pero no tiene una relación directa con los teléfonos. Lo que hizo fue venderle su marca a una compañía formada por ex empleados de Nokia que gestionan la marca en lo relacionado con smartphones. Y tiene tres grandes divisiones, 1) la de telecomunicaciones, 2) está probando suerte con Internet de las Cosas con tecnología para el hogar -compró una empresa francesa que se llama Withings- y 3) tiene una administración de la herencia, por así decirlo. Son las joyas de la abuela: un montón de patentes que acumuló durante este tiempo. Muchas de esas patentes tienen que ver con tecnologías básicas de cualquier telefóno. Están buscando su futuro, pero apostando a la infraestructura, la tecnología en el hogar y que otros lleven su marca en celulares y que otros corran con el riesgo.
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«Muchos ingenieros de la vieja Nokia pasaron a Microsoft con la división de celulares que se fue diluyendo. Muchos otros se quedaron en Finlandia, que no sólo es un país que tiene gente muy capaz en el diseño de infraestructura y teléfonos sino también en software, paradójicamente porque ese era el punto débil de Nokia»
-En dos o tres grandes hitos ¿Como fue la historia de Nokia?
-Probablemente la decisión de meterse en las telecomunicaciones a fin de la década del 80. Cuando a principios de los 80 todos los países escandinavos decidieron empezar a construir sus redes de telecomunicaciones y empezar a ofrecer telefonía móvil Nokia consideró que ahí había un negocio cuando ya tenía una historia de hacer de botas, ruedas, televisores. Siempre fue una empresa muy pragmática en su lectura de lo que había que hacer. Encontró esa oportunidad muy al calor de las telefónicas estatales. Ese fue su primer gran hito. El segundo fue lanzar en 1996 el primer smartphone moderno que ahora nos parece gracioso pero en su momento tenía Internet, mail y planilla de cálculo entre otras cosas. Probablemente el otro hito del que se pueda hablar es 2008 cuando, después de que en 2007 apareció el iPhone, no tuvo capacidad de prever lo que venía y reaccionar. Hicieron una adaptación lenta. Eran el mayor fabricante de móviles del mundo.
Cuando Nokia no logra reaccionar como lo requería la historia a partir de ahí empezó a perder terreno en innovación y capacidad de respuesta y terminó en lo que es hoy, una compañía que terminó vendiendo su división de celulares a Microsoft. División que hoy no existe más.
-¿Qué fue de los ingenieros y técnicos que perdieron su trabajo en Nokia?
-Muchos pasaron a Microsoft con la división de celulares que se fue diluyendo. Muchos otros se quedaron en Finlandia, que no sólo es un país que tiene gente muy capaz en el diseño de infraestructura y teléfonos sino también en software, paradójicamente porque ese era el punto débil de Nokia. Varios de los juegos más populares para celulares están casi todos hechos en Finlandia, ahí son realmente una potencia. Después hay gente que se fue desperdigando por el mundo, hay muchos trabajando en Google, Apple y Microsoft. Quedó un legado de un montón de gente muy capaz con mucha experiencia, y muchos lo aplicaron en la propia Finlandia para transformarla en la potencia que es hoy en videojuegos, por ejemplo.
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