#TMTnews 25.03.2020.- La confusión es clara, el relato y la propaganda no descansan y -gracias a los cambios regulatorios hechos a partir de 2016, las inversiones realizadas desde 2015 y a la ingeniería puesta en la gestión en la última semana- las redes están aguantando dignamente la mayor demanda de conectividad (sobre todo traccionada por el streaming de entretenimiento).

Este fin de semana fue clave para medir esa robustez, que hasta ahora nadie reivindica como propia. Tal vez porque, en un país que hasta hace poco supo ser “fibra óptica cero” y tener apagones móviles masivos, nadie quiere tirar aún manteca al techo. Es más, sin hacerlo explícito, casi todos los operadores están metiendo presión competitiva en un contexto de alta demanda al liberar acceso a contenidos premium y aumentar voluntariamente las velocidades de conexión. Para “compensar”, las apps que más tráfico consumen anunciaron que reducirán la calidad de su video (como Netflix y Facebook, según anunció el Enacom como si fuera un mérito propio algo que todas las plataformas están haciendo a escala global). La fuerte inversión en redes fijas hecha en los últimos años por grandes y chicos -Movistar y Claro dieron fuertes saltos en hogares pasados y en clientes- apuntaló la oferta y el rápido despliegue del 4G a partir de 2015 alivió la saturación del 3G y sumó una ruta móvil eficiente de acceso a Internet.
En los últimos días, los mayoristas de conectividad se hicieron una pequeña primavera al aumentar las ventas de megas (incluso con guardias comerciales) que muchos ISP locales adquirieron previendo el incremento (que está aún en niveles normales). Esa reacción y la de quienes se aseguraron las mayores capacidades nacionales e internacionales podrían haber sido las claves de este éxito (hay todavía mucha precaución para hablar en estos términos porque esto recién empieza pero, aún cuando hubiese zonas con dificultades, al día de hoy las redes funcionan de manera correcta). La Argentina está teniendo más o menos el mismo comportamiento que el resto de los alrededor de 40 países en cuarentena (que suman más de 2000 millones de personas): todos los consumos suben, más demanda en fijo que en móvil, pero con redes móviles 4G soportando también la demanda. Enrique Carrier viene contando sobre el comportamiento del consumo en su cuenta de Twitter (Telecom y Claro) al igual que Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase) -cuyos NAP están jugando un papel central en el intercambio de tráfico nacional- y Horacio Martínez, de Datco, contó cómo está haciendo Silica Networks para gestionar el tráfico a través de distintas rutas.
El Enacom, además de celebrar los “acuerdos” con las plataformas, se centró en promocionar recomendaciones para un uso responsable de la conectividad por parte de los ciudadanos (responsabilidad que también pidieron los operadores). El presidente del ente, Claudio Ambrosini, dio algunas entrevistas en las que, en la misma jerga que el ex ministro de Comunicaciones Oscar Aguad, intentó explicar esas sugerencias. “La Internet es como una autopista que tiene principio y tiene fin, si la llenamos de autos que es llenarla de videos, de mala comunicación, de cadenas, va a llegar un momento en que colapsa. La red la tenemos que utilizar para pasar los mensajes que corresponde, consultar los sitios que sean responsables en lo que comunican, por ejemplo los sitios del Ministerio de Salud, de Educación, de gobiernos municipales, provinciales o nacionales. Le pedimos a la población que use la red pero que sea responsable. Que aflojen el tráfico de videos que es lo que más sobrecarga”, le dijo a Radio 10. En su estrategia comunicacional de «malvinizar» la situación de emergencia la administración nacional instaló la idea de que las únicas confiables son las fuentes oficiales (justamente en un país que destruyó la confiabilidad de esas fuentes varias veces).
Mientras tanto, desde otras oficinas públicas, el ministerio de Cultura y la secretaría de Medios y Comunicación Pública de la Nación (el OTT Cine.ar liberado) pero también desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Cultura en Casa), se comenzaba a promocionar fuerte el acceso gratuito a contenidos online y la oferta de recitales gratuitos (para los usuarios aunque no así para los contribuyentes). Las plataformas locales también tuvieron una fuerte demanda, como fue contando Mirta Romay para el caso de Teatrix. En parte como contribución para sobrellevar la cuarentena obligatoria -decretada el pasado jueves 19/03-, en parte como acción de marketing para sumar clientes o no perder mercado, muchos proveedores de contenidos están liberando sus accesos, desde los diarios a los sitios para adultos incluyendo los play, los go y los plus audiovisuales (Telecom habilitó Flow App de manera gratuita para todos sus clientes).

El gobierno nacional, que venía reaccionando a los hechos con increíble demora (sin contar la total improvisación inicial), finalmente empezó a coordinar la respuesta a la pandemia con las jurisdicciones provinciales (algunas de las cuales ya venían tomando medidas duras). Primero suspendió las clases, luego aplicó la cuarentena total obligatoria -imprescindible para frenar el contagio- y se apresta a extenderla este lunes al menos hasta Semana Santa (aunque tenés que prever que siga algún tiempo más). La cuarentena frena la circulación del virus y demostró ser eficaz para aplanar la curva, como ya todos aprendimos. En cambio, el gobierno sigue sin dar información sobre testeos totales y se limita a dar los números de los casos confirmados lo que obliga a hacer las cuentas de manera inversa para saber que apenas se hicieron hasta este sábado 1754 tests. El domingo sumó 300 más y la cifra de contagiados sumó casi 90 casos más. La discusión sobre la eficacia del testeo masivo ya se parece a la que mantenemos en Argentina acerca de si la emisión genera o no inflación (de hecho, el presidente del Banco Central acaba de reconocer que los «alivios» económicos anunciados por la administración Fernández-Fernández se financiarán con emisión pero descartó que eso acelere la suba de los precios).
En el medio siguen las reuniones presenciales masivas e innecesarias del presidente, Alberto Fernández (entre cuyas responsabilidades está cuidar su propia salud), con intendentes y gobernadores y una inflación importante de propaganda gubernamental (que se ha vuelto, curiosamente, muy aficionada a las fotografías aéreas desde helicópteros). Además, hay mucha confusión jurídica: las provincias y los municipios están bloqueando sus fronteras con terraplenes (en algunos ya ya hubo accidentes graves, como ya ocurrió en La Pampa). Por supuesto, es inconstitucional, pero también parece necesario para que la cuarentena obligatoria se cumpla y produzca el efecto deseado.
En el ámbito TMT también hay dificultades jurídicas: ¿es posible administrar el tráfico dando privilegio a un tipo de contenido sobre otro, priorizando la información oficial del ministerio de Salud, por ejemplo? No, el concepto amplísimo de neutralidad de la red consagrado en el artículo 1° de la ley Argentina Digital lo impide claramente (es un tema pendiente de la agenda TIC desde hace al menos dos años). ¿Y qué pasa con el uso de los datos personales? La ley de protección de los datos personales impide utilizarlos como hicieron con enorme éxito Corea del Sur o Japón para trackear los contagios y aislar a los que pudieran haber estado expuestos (y así planchar la curva, no simplemente aplanarla). ¿Y liberar espectro sin licitación como hizo la FCC en los primeros días? A propósito, Ajit Pai -presidente de la FCC- sigue impulsando medidas innovadoras y de urgencia en Estados Unidos que te recomiendo seguir (en el PRO un ex integrante del Enacom está proponiendo algunas cosas por el estilo al interior del partido al menos para alimentar la conversación, siempre desatendida en estos temas).
No sería gran cosa todo eso si no se estuviesen registrando presiones a medios y periodistas que difunden información de interés público como los contagios en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Tierra del Fuego, que rápidamente desaparecieron de los sitios que la habían publicado, Télam e Infobae. Marcelo Martín, el número dos del poderoso vocero presidencial Juan Pablo Biondi está teniendo mucho “trabajo” en ese aspecto. Algo de esa tarea también podemos encontrar en la mudanza de Luis Majul de América a LN+ (y el despido de su socia en las noticias, la abogada Silvina Martínez, siempre vinculada a Margarita Stolbizer -interesante el bajo perfil de algunos políticos ¿no?-). También se quiso hacer con bajo perfil la llegada de 500 médicos cubanos al conurbano bonaerense (para los que fue importante el decreto presidencial que suspendió las reválidas de títulos). Y ya que estamos, el fin de la Superliga también liquidó la transparencia económica a la que estaban obligados los clubes. ¿Y de los motines en las cárceles que ya exceden los dramáticos casos de Santa Fe donde se registraron cinco muertos? En fin, la comunicación (o la no-comunicación como la llamaría Paul Watzlawick ) sobre el virus puede ayudar, pero no resolverá ese ni ningún otro problema.
Telecomunicaciones, Medios y Tecnología
Reunión con “dueños” de medios y telcos, por un lado; y teleconferencia con ejecutivos de tecnología por otro. El presidente, Alberto Fernández, y su equipo convocaron el lunes 16.03 a la Casa Rosada a los “dueños de los medios” -según la terminología usada por el propio gobierno-. Hasta allí fueron el presidente del grupo Clarín, Jorge Rendo; y el gerente de Comunicaciones Externas del mismo grupo y presidente de Adepa (que viene de impulsar la campaña SomosResponsables que tapó las tapas de la previa de la cuarentena), Martín Etchevers; el accionista del grupo América Daniel Vila; el dueño de Telecentro, Alberto Pierri; el dueño de Infobae, Daniel Hadad; el director de El Cronista, Hernán de Goñi; el dueño de Alpha Media, Marcelo Fígoli; el CEO de Perfil Networks, Jorge Fontevecchia; el subdirector y accionista del diario La Nación, Fernán Saguier; el CEO y el vicepresidente del Grupo Crónica, Raúl Olmos y Marcelo Carbone, respectivamente; el director ejecutivo de Diario Popular, Francisco Fascetto; el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Telefónica Movistar Argentina, Alejandro Lastra; el director de Asuntos Regulatorios e Institucionales de Claro Argentina, Paraguay y Uruguay, Alejandro Quiroga López; y el presidente del grupo Octubre, líder de los encargados de edificios y del Partido Justicialista porteño, Víctor Santa María. Una mezcla variopinta de dueños, ejecutivos y editores de medios tradicionales -interesante que no hayan estado los titulares de medios kirchneristas, como el grupo Indalo, que mantiene el liderazgo en audiencia en algunos segmentos- y de empresas de telecomunicaciones, algunos de ellos contratistas del Estado, otros con sombreros varios sobre sus cabezas, incluidos algunos de importante representación política. Unos, con capacidad para llegar a audiencias masivas; otros con un alcance simbólico a los públicos, y unos cuantos sin ningún tipo de audiencia porque no producen contenidos. Aunque los detalles más interesantes no se dieron a conocer, trascendió que el Presidente les pidió “responsabilidad” y “colaboración” en la comunicación de la pandemia, y también les solicitó ideas (no faltaron algunas extravagancias como la propuesta de destinar franjas horarias a la emisión de programas educativos en TV abierta, como si no existiera Internet y una larga lista de apps de teleconferencias para dictar los contenidos que correspondan a los estudiantes que correspondan en función de lo que indica la currícula para cada edad). Un apartado interesante, que no fue mencionado ni en la crónica de Saguier -una de las pocas y por lo tanto una de las más completas- fue el pasaje en el que se habló de economía. Allí el presidente sugirió que el coronavirus es una oportunidad para lograr una quita importante de la deuda pública, que era nuestro tema central hasta los 3000 puntos de riesgo país. Ahora que llegamos a los 4500 y sin saber cuántos contagiados y muertos hay por el covid-19 ya no es tan relevante.
Fernández se mostró frente a los dueños-ejecutivos-editores con el perfil de político seductor y conciliador que lo caracteriza y sobre el que construyó su exitosa carrera como dirigente. Fue como si estuviera en campaña, me contaron. En la conversación estuvo acompañado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz (parecía no querer salir en el video aunque estuvo sentado junto al presidente); el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el vocero presidencial y figura clave del gobierno, Juan Pablo Biondi; el secretario de Medios y Comunicación Pública, Francisco Meritello; el presidente del Enacom, Claudio Ambrosini -sentado en un rincón en segunda fila- y la presidenta de Radio y Telvisión Argentinas RTA SE, Rosario Lufrano, una de las pocas mujeres sentadas a la mesa (yo conté dos). Varios tomaron la palabra, algunos a pedido de Meritello que cumplió el rol de estimulador de la conversación (tiralengua, podríamos graficar). Hasta donde se, el único de los presentes que escribió y firmó una crónica del encuentro fue Saguier en La Nación, y con eso cumplió con el pedido del mandatario de difundir el mensaje de que todos nos quedemos en casa (¡Acá estamos Presidente!). Otro que comentó el tema, aunque en una entrevista radial, fue Vila: “Una idea que surgió de la reunión es que los canales de televisión privados ofrezcamos dos horas en la mañana para que cada sector educativo pueda ofrecerles contenidos educativos a los chicos en sus casas” -ahí está la extravagancia-. La propuesta llegó tarde porque, para una audiencia que hace tiempo no mira TV, el gobierno ya había puesto en marcha el programa Seguimos Educando que destina cuatro horas diarias a programas educativos en la TV Pública (las caras de los funcionarios al hacer el anuncio no fueron de lo más motivadoras, y menos cuando el presidente del Enacom retó a la audiencia: «No tanto video, no tanto meme, no difundamos contenidos de dudosa veracidad, informémonos en las plataformas del gobierno en las plataformas», dijo. ¡Pero si los memes y videos humorísticos son lo único bueno que tiene esta cuarentena obligatoria y además, comparados con tres tempradas de 10 capítulos no son nada!).

Mucho alcohol en gen y metro de distancia pero todos compartieron más o menos los mismos micrófonos sin protección. A propósito de medios y política, ¿Se seguirá verificando el teorema de Fontevecchia o será hora de modificar su enunciado? ¿Y qué habrá significado este encuentro presidencial con los hegemónicos para el partido de la ley de medios? Lindos temas para tratar en terapia, que ahora también hacemos por videoconferencia.
El miércoles 18.03 el presidente se reunió con ejecutivos y representantes de las industrias tecnológicas, aunque esta vez fue por teleconferencia y no cara a cara como había sido con los dueños. Según la agencia oficial Telam, participaron la siguientes empresas y directivos: Aníbal Carmona (Unitech); Paula Córdoba (Amazon); Fabián Barros (Paypertic); Sebastián Biagini ( Red Hat); José María Louzao (G&L Group); Santiago Ceria (Medallia Argentina); Gustavo Gutman ( SAS ); Hernán Piñero (Cisco Systems); Álvaro Venini (Oracle); María Inés Cura (IBM Argentina); Marina Bericua y Diego Bekerman (Microsoft); Sergio Candelo y Blas Briceño (CESSI); Daniel Colleti (Cadesol); Soledad Dematteo y Karen Bruck (Mercado Libre); Norberto Capellán (Cicomra); Juan Carlos Ferreira (Nación Servicios SA); Nelson Gabriel Sprejer (Practia); Mariano Alberto Dolhare y María Eugenia Montero (HP Argentina); Pablo Beramendi y Eleonora Rabinovich (Google); Santiago Mignone (PwC Argentina); Adrián De Grazia (Intel); y Cristian Malaspina (Datawise SA). El encuentro tuvo más o menos la misma lógica que mantenido días antes con los “dueños de los medios”. En la reunión, el mandatario fue acompañado por el gobernador de San Juan, Sergio Uñac; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; los ministros del Interior, Eduardo de Pedro; de Educación, Nicolás Trotta; y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; los secretarios general de la Presidencia, Julio Vitobello; de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; y de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti; y la asesora Cecilia Nicolini. El Presidente les pidió a los tecnológicos “mejorar los servicios durante el aislamiento” y los asistentes dieron algunas ideas. Los profesores que estamos dando clase por Teams sabemos lo complicado que es administrar una conversación virtual con tantos asistentes así que no de haber dado para mucho más. Según la información oficial se habría conversado sobre geolocalización, plataformas educativas y de capacitación, software de trabajo remoto y pago electrónico, iniciativas de espacios virtuales, apps de tracking y estadísticas, desarrollos de bots para distribuir información prioritaria y todas esas cosas que impulsaba la ley de economía del conocimiento virtualmente derogada por la administración Fernández. Pero también se habló de la “remoción de todo contenido de noticias falsas referidos al coronavirus de las redes sociales”. ¡Upa! ¿Y quién dice qué es verdadero y qué es falso? En algunas cosas puede estar muy claro, por ejemplo en que las bebidas calientes no sirven para combatir el virus, pero en otras cosas la cuestión podría ser más difícil de distinguir. Aunque estamos todos en nuestras casas, el coronavirus nos puso en un nivel de aceleración que nos impide detenernos a pensar en muchas de las afirmaciones que se están haciendo.
Roberto Navarro pide pauta oficial a los gritos (y es la voz de muchos otros). La situación económica ya venía asfixiando a los medios de comunicación, sumidos además en una transformación digital que la mayoría se resiste a a sumir seriamente. Pero el Covid-19 aceleró también ese tobogán y, con la soga al cuello, es decir demoras en la instrumentación de la “pauta educativa” -a la que el presidente se refirió dos veces frente a la Asamblea Legislativa-, todo el sistema de medios cruje -y no sólo en la Argentina-. Prueba de que estamos en el fondo del mar es que el animador kirchnerista Roberto Navarro avisó que su proyecto El Destapa (web, FM, web TV y redes) corre riesgo de desaparecer. «El gobierno no cumplió con la pauta los primeros tres meses. Ayer nos confirmaron que nos van a dar un mínimo pero no nos alcanza y si esto sigue así vamos a tener que cerrar», dijo Roberto Navarro, el comunicador que más pauta oficial recibió entre 2009 y 2015 según las cifras nunca desmentidas que cuantificamos en su momento y que volvió a la Casa Rosada a pedir fondos públicos durante la administración Macri.

No quedó claro si el editorial, como sugirió alguien por ahí, era un pedido “llorapauta” o una amenaza directa (un género que cultivan muchos comunicadores en el país, hay que decirlo también). En cualquier caso, confirma que hay que revisar en profundidad el sistema público heterodoxo de subsidios a los medios de comunicación que rige en Argentina desde hace décadas y que no termina redundando en un buen servicio informativo a los ciudadanos.
El dato
El kirchnerismo quiere a la periodista Miriam Lewin (ex Telenoche Investiga, programa insignia de Grupo Clarín) en la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. La periodista, ex detenida desaparecida y recordada por haber liderado la investigación que terminó llevando a la cárcel al sacerdote Julio César Grassi por abuso de menores, que propuesta para ese cargo durante la primera reunión de la Comisión Bicameral de Seguimiento y Promoción de la Comunicación Audiovisual, las Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización, que será presidida por la diputada kirchnerista Gabriela Cerruti (amiga de Lewin). La defensoría, creada por la ley de medios de 2009, es básicamente una caja de más de 1000 millones de pesos (directos porque provienen de la recaudación que el Enacon hace del gravamen audiovisual). Con Lewin y Cerruti podría volver también la influencia del partido Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella, que financió su militancia con esos fondos hasta la intervención radical -y nosiglista- dispuesta por el antecesor de Cerruti, el senador santacruceño Eduardo Costa, hace dos años. Ahora corren 45 días de plazo para impugnaciones (difícilmente las haya porque el curriculum de Miriam como periodista es muy digno para el promedio de candidatos a funcionario que ofrece la Argentina). Alguna vez me preguntaron qué habría que hacer con ese organismo: cerrarlo, respondí.
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