Es tiempo de crisis en la Argentina. No se habla de otra cosa. De la crisis económica, de la política, de la del gobierno y de la de la oposición, de la crisis del sistema, de los 80 años de crisis que acumula el país, de la crisis heredada y de la generada. Si Tato Bores viviera, ya se hubiera aburrido. La crisis en la Argentina tiene entidad en sí misma y parece tener también una voluntad propia. Por supuesto, esa crisis alcanza incluso al sector TMT, que capea el temporal con distintas estrategias (y recursos).
La semana que pasó asistimos al despido de 56 empleados de las secciones Fotografía, Diagramación y Deportes (principalmente) de Arte Gráfico Editorial Argentino SA (AGEA), la empresa editora de los diarios Clarín y Olé (que por ahora seguirá saliendo en papel). Ocurrió días después del anuncio de un nuevo rediseño de la redacción para acelerar la transformación digital (siguiendo el manual internacional que divide las tareas en breaking news digitales, contenidos originales y edición papel y en este caso, una agencia de noticias deportivas -hija del apilamiento de las redacciones deportivas de Clarín y Olé y de las que quedaron de los cerrados diarios La Razón y Muy-). Se cuestionó mucho la forma de los despidos -con vallas y policía en el ingreso a la redacción de la calle Tacuarí- sin considerar el riesgo de toma de esa sede por parte de un cada vez más combativo y clasista Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), en cuya conducción el kirchnerismo cumple el papel moderado (con vínculos muy potentes como lo demostró el video súper editado que envió Diego Armando Maradona en apoyo a los despedidos). AGEA -como muchas editoras de diarios en el mundo- viene acumulando pérdidas de manera sistemática desde hace años. El “periodismo de guerra”, como lo llamó Julio Blank, obligó al grupo Clarín a subsidiar a su principal activo simbólico, el diario fundado por Roberto Noble, conservado por sus partidarios desarrollistas y refundado por Héctor Magnetto. Fue un “fierro” imprescindible en aquellos “combates mediáticos” de 2008 a 2015, que ahora parecen tan lejanos y menores.
Héctor Aranda, CEO de AGEA y hermano de José, accionista de Grupo Clarín y Cablevisión Holding, firmó un mail enviado a todos los empleados de la empresa para explicar la decisión de los despidos, ponerlos en el contexto de la industria y pedir colaboración a quienes siguen en el camino. “Hace años que la inversión publicitaria en la gráfica muestra una tendencia declinante, que no logra compensarse con la publicidad online, fuertemente concentrada en otras plataformas. Las suscripciones digitales son uno de los caminos a explorar y Clarín ha sido pionero, pero estas aún distan de reemplazar los ingresos tradicionales”, comienza ese mensaje.
Aunque el grupo Clarín -empresa escindida de Cablevisión Holding SA- es una corporación rentable, su filial fundadora AGEA perdió el año pasado varias decenas de millones de pesos: si se lo ajusta por inflación, $250 millones (pero claro, así expresados los quebrantos serían extendidos y no sólo por la crisis sino por la transformación radical y estructural de la economía global). Igual, sin ajustar, perdió decenas de millones. Los despidos de la semana pasada se producen cuando muestra señales de agotamiento el plan de retiros voluntarios que ya va por los dos años con hasta 160% de gratificación especial para quienes lo toman (por lejos la oferta más “estimulante” en un mercado laboral con muchas empresas adoptando los mismos mecanismos de adelgazamiento de la planta).
En ese sentido, (el grupo) Clarín apenas empieza un proceso que probablemente y en algún sentido le hará desandar la integración horizontal/vertical de los años 90 y no porque Martín Sabbatella lo quiera ni porque una (absurda) #leydemedios lo obligue: en plena convergencia ya no tiene sentido tener tres empresas separadas y poco sinérgicas dedicadas a la generación de contenidos para TV, radio y prensa. Como creo te lo mencioné alguna vez, ya se observa desde afuera una competencia creciente entre los productos de AGEA, ARTEAR y, en menor medida, Radio Mitre SA. Ya hay algunas tímidas alianzas (como la que llevó las transmisiones deportivas de Mitre a la web de Clarín.com, teniendo enfrente la extraña alianza de Infobae y Víctor Hugo Morales). Si la flamante agencia de noticias deportivas interna de Clarín -empresa que tiene también participación en TyCSports- comienza a abastecer a ARTEAR, entonces podríamos empezar a ver el primer paso en esa gran convergencia que podría terminar en reingenierías varias (a las que habrá que sumar la creciente incorporación de tecnología de automatización). Así, el viejo grupo de medios construido a lo largo de los años 90 también se enfrentará a los desafíos de la convergencia en su flota insignia de contenidos mientras debe digerir las fusiones en los portaviones de las telecomunicaciones.
Pero más allá del caso Clarín -al que seguramente le esperan varias semanas de las vallas en su puerta-, ¿Cuál es la situación de las demás empresas editoriales? De ese panorama da cuenta un pedido “desesperado” de las cámaras de diarios al ministro de la Producción, Dante Sica (que pasó de comentarista desde su consultora Abeceb, frecuentemente consultado por los diarios, a comentarista desde el ministerio más peronista de Cambiemos). Las cuatro cámaras de diarios más representativas le enviaron una carta en la que describen la situación: “La industria periodística argentina vive una combinación dramática de un cambio de paradigma global en los consumos culturales y en las fuentes de financiamiento de los medios, en especial los tradicionales, con una coyuntura local que ha potenciado estos fenómenos de manera exponencial, con caídas en los ingresos publicitarios superiores al 40% en términos reales en el último año, que se suman a caídas reales de entre 10 y 15 puntos por año en los anteriores. A lo que se suma un progresivo deterioro de la circulación en papel. El crecimiento aún incipiente de la suscripción digital, está muy lejos de compensar las pérdidas mencionadas”. En ese texto, las entidades le piden al ministro una “mesa de diálogo” para abordar la crisis. La firman la Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires (AEDBA) -presidida por Eugenio Sosa Mendoza, de Clarín (también titular de ATA)-, la Asociación Argentina de Editores de Revistas (AAER) -presidida por Gustavo Bruno, de Perfil-, la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (ADIRA) -liderada por Nahuel Caputto, de El Litoral/La Capital- y la entidad madre, ADEPA -a cuyo frente está Martín Etchevers, también de Clarín-.
De manera dramática profesionales, editores y empresarios de medios viven en Argentina la combinación de todas las crisis: las de sus propias profesiones, las de sus empresas, la del sistema convergente y la macroeconomía del país, que en todos los casos cruzan coyuntura con estructura. ¿Y si a ese panorama se le suma el regreso de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia de la Nación?
Medios
Carlos Rosales también se bajó de la compra de Indalo Media. El dinero sigue fluyendo para sostener C5N y Radio 10 -el canal líder en audiencia en noticias y la radio que pelea el segundo puesto en AM ahora con un impresionante despliegue publicitario en la vía pública-, y los demás medios de Indalo Media, el brazo comunicacional de la quebrada Oil Combustibles (empresa que funcionó como holding de buena parte de los negocios de la dupla convicta Cristóbal López-Fabián de Sousa). En la última #TMTnews te conté que Rosales no era ningún fantasma, que su propuesta para quedarse con los medios “no politizados” de Indalo era concreta y que a pesar de su discurso aséptico tenía claros antecedentes políticos partidarios (luego se destacarían otros vínculos, con el kirchnerismo por el lado de Sergio Berni, y por el macrismo, por el lado de un funcionario del Enacom). Pero la posibilidad de quedarse con tres FM, dos portales web y un diario quedó finalmente descartada luego de que el grupo Papyros comunicara al juez de la quiebra de Oil que desiste de su propuesta (oficialmente por $80 millones de pesos, aunque a mi me habían dicho $100 millones). La resistencia de los dueños detenidos -que aún controlan férreamente la línea editorial de sus empresas- sigue siendo fuerte. ¿No me creés a mi? Entonces creele al contador arrepentido del matrimonio Kirchner, que se decidió a soltar la mano de sus jefes cuando supo lo siguiente: “En Marcos Paz, De Sousa dijo que había pagado, como defensa para todos, unos 7 millones de dólares como defensa integral, lo que chocaba con mi concepto de que [Beraldi, abogado de Cristina Kirchner] me estaba atendiendo gratis por mi asistencia personal”. Fue en ese momento en que Manzanarez aceptó cambiar su declaración y empezó a cantar, como contó este fin de semana el periodista Daniel Seifert. En otras palabras, hay recursos (y habrá más) para mantener al aire los medios en crisis de Indalo Media (y no sólo desde el kirchnerismo sino también de Cambiemos, como lo demuestran las publinotas que la gobernadora que empezó a emitir C5N). En el entorno de Rosales atribuyen el retiro de la oferta a las críticas que algunas de las principales espadas periodísticas de Indalo le hicieron a él y a su firma. “Te tienen preso y te aprietan para que vendas tu empresa”, dijo el periodista Raúl Tuny Kollmann, que incluyó entre las víctimas de esa modalidad a López-De Sousa y a Gerardo Ferreyra -todos presos y con medios- (sobre éste último insistió este domingo en Página 12). También Gustavo Sylvestre y Darío Villarruel se sumaron a las críticas que convencieron a Rosales de dejar por ahora el proyecto de los medios y concentrarse en lo seguro: su empresa asegurada Prof (¡que todavía tiene forma jurídica de cooperativa!). Así, el asegurador se suma a la larga lista de interesados fallidos por los medios de Indalo, que muestran una vitalidad económicofinanciera envidiable en tiempos de crisis.
En concentración mediática y libertad de expresión, para RSF vamos de mal en peor ¿Será? La semana pasada empecé a escribirte pero al final no terminé y acá estamos, con la Semana Santa concluida, la Pascua -judía y cristiana- festejada y camino al receso de invierno. Es difícil describir cualquier aspecto de la Argentina mientras ocurre (aquella tarde noche eran las elecciones primarias en Entre Ríos donde se consolidó una tercera “fuerza” muy competitiva: el voto en blanco, la opción de unos 100.000 electores, el 13% del total de los votos). Entonces quería contarte que el 10.04 había estado en el Auditorio del Anexo A de la Cámara de Diputados (el paso me fue habilitado por disposición del diputado nacional Leonardo Grosso, del Movimiento Evita), donde Reporteros Sin Fronteras-RSF y el semanario cooperativo Tiempo Argentino presentaron el capítulo de Argentina del Media Ownership Monitor-MOM, una iniciativa global de la organización con base en París. El trabajo -ampliamente difundido por el partido de la ley de medios en los días posteriores- se basa en el relevamiento de 52 medios de comunicación (14 canales de TV, 14 radios, 14 portales web y 10 diarios o semanarios), la descripción de sus propietarios (en función de información pública y privada y de fuentes periodística) y audiencias (sobre la base de datos de Kantar Ibope, de Comscore y del IVC). En el auditorio hubo mucha presencia del partido ya mencionado (algunos en el estrado y otros en las butacas, como el ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Glenn Postolski, con quien nos saludamos educadamente), dirigentes sindicales (como el combativo Sindicato de Prensa de Rosario, que se quejó de la “megaconcentración de Scaglione y Caputto” en Santa Fe) y de medios cooperativos (que reclamaron contra la desregulación del precio del papel para diarios tras la aprobación del proyecto presentado por el diputado nacional Diego Bossio). La figura destacada de la presentación fue el académico y periodista Martín Becerra, cuya descripción -en la que hubo varias e hirientes ironías para las autoridades del Enacom y agradecimientos entre dientes para el grupo Clarín por la información disponible sobre la empresa en razón de cotizar en la bolsa- se resume en una frase: “el problema no son las fallas del mercado, el problema es el mercado” (es decir, están avisados). Diego de Charras, director de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UBA, presentó el resumen jurídico, en el que básicamente cuestionó la derogación parcial de la ley de medios de 2009 (como todos esperábamos). No se dejaron ver ni Damián Loreti, coordinador de ese análisis a pedido de RSF y autor de la letra original de la ley de medios, ni Sebastián Lacunza, ex director del Buenos Aires Herald (de infeliz memoria en el tratamiento de la primicia de la muerte del fiscal Alberto Nisman) y corresponsal de RSF en el país. La voz autorizada fue la de Olaf Steenfadt, director de proyectos de RSF con base en Frankfurt, que tiene a su cargo el MOM y también el Journalism Trust Initiative (muy interesante iniciativa). Cuando pregunté si la metodología aplicada era suficiente para justificar todos los porcentajes de concentración de la audiencia y de la propiedad que se desprenden del trabajo -máxime en un país enorme como la Argentina-, Steenfadt sintió la necesidad de justificarlo, tomó el micrófono y dio su posición en inglés. Traducido sería algo así como “es lo que hay”. Antes, Becerra y sus colaboradores habían dado vueltas sobre las cifras disponibles de rating y la información sobre los dueños de los 52 únicos medios estudiados, seleccionados a voluntad de los investigadores. Al comenzar la presentación, Steenfadt hizo una pequeña encuesta a mano alzada. Preguntó quiénes opinaban que la Argentina había mejorado en el índice de libertad de expresión que anualmente elabora RSF y quiénes pensaban lo contrario. Los partidarios de la mejoría tuvieron un solo voto: el mío. En efecto, pocos días después, RSF publicó la edición 2019 de su informe con un nuevo retroceso de la Argentina, país que para la organización está hoy peor que durante la cumbre del kirchnerismo. La justificación es la siguiente: “La polarización entre los medios de comunicación públicos y los privados en muy fuerte en Argentina. La Ley de Medios adoptada en 2009 constituía un avance en el pluralismo, pues garantizaba una mejor distribución de las frecuencias entre los medios de comunicación públicos, privados y comunitarios. Sin embargo, ésta fue modificada cuando Mauricio Macri llegó al poder, en diciembre de 2015. La nueva legislación favorece la concentración de los medios de comunicación y beneficia a los grandes grupos de prensa. Los medios de comunicación argentinos más críticos a menudo son acusados de calumnia y deben comparecer ante tribunales civiles, que suelen sancionarlos con multas que los asfixian económicamente. En 2017, durante las multitudinarias manifestaciones, se registraron numerosos casos de periodistas (freelance y empleados) agredidos, víctimas de la violencia policíaca en las grandes ciudades del país. Los medios de comunicación públicos, que han sufrido grandes recortes presupuestarios desde que Macri llegó al poder, se han debilitado de forma considerable”. Salvo por la violencia callejera -policial- de 2017, ninguna de las demás afirmaciones es fácil de sostener para RSF y se contradice con datos y pronunciamientos de Adepa y Fopea e incluso con el informe de la Relatoría de Libertad de Expresión de la CIDH. Hay gente que está haciendo bien su trabajo y tiene recursos. O otra gente, a la que se le está escapando la tortuga.
El Mundo, Del Plata, Rock and Pop y Canal 9. Como ya es casi un clásico de #TMTnews, aquí va un mininoticiero de las crisis de los medios. La telenovela de la histórica Radio El Mundo continúa. Radiodifusora Baires, controlada por Disney, envió telegramas de despido a los empleados de esa firma y devolvió la licencia de la AM (o intenta eso) argumentando que la frecuencia está usurpada por su último inquilino, el titular de FioFio Producciones, Eduardo Martín Rodríguez Flores (también dueño de Arte Argentino que supo operar Radio Chaco). Pero Rodríguez Flores dice que no, que él todavía está a cargo de la radio, que mientras tanto está fuera del aire. El Enacom, que en esta historia sólo autorizó la escisión de la FM que Disney usa para su exitosa FM, aún no resolvió qué hará con la AM (hasta ahora, en casos similares y tal vez evaluando las experiencias previas, se ha resistido a re-licitar las frecuencias). Los sindicatos denuncian el despido de 60 empleados. En Radio del Plata, la emisora de los detenidos Ferreyra-Acosta, suenan nuevos candidatos para comprar la emisora: Ariel Diwan y Miguel Pardo. El volumen de los pasivos y la sospecha razonable de pasivos ocultos importantes obliga a pensar dos veces en la viabilidad de estas propuestas. O bien, a pensar mal: Pardo -dueño de teatros en Carlos Paz- compró FM Pulxo, la radio con la que Ferreyra-Acosta quisieron competirle a Cadena 3 en su patria chica. Diwan también es productor de teatro. Mientras tanto, Marcelo Fígoli -dueño de Alpha Media y de lo que queda de la marca Fenix Entertainment Group- resiste desde su cuenta en Twitter la debacle de los medios que acumuló rápidamente meses atrás, entre ellos las radios Rock and Pop y AM 990 y la agencia de noticias Noticias Argentinas. “La transformación es necesaria pero no creo que deba ser salvaje, lo mejor es que se haga con consenso colectivo. Con caja del estado o de la política todo es más fácil pero desde lo privado cuesta pero se puede”, tuiteó el 14.04 luego de que el 13.04 posteara: “A los opinadores oportunistas que nunca manejaron nada les vamos a demostrar cómo se sale adelante. Fundamentalmente se lo merece ese grupo de gente que se viene bancando mucho y sigue adelante”. Críptico y no tanto. Casi como el comunicado de los empleados del noticiero de Canal 9, Telenueve (muchos están allí desde los tiempos del recordado Nuevediario, que no siempre decía la verdad pero siempre resultaba entretenido) que se preguntan y le preguntan al Enacom algo que todos queremos saber: ¿Quién es el dueño de la licencia de LS83 TV Canal 9, Buenos Aires, Argentina? Algunas de estas crisis y también la de AGEA fueron objeto de la columna de esta semana de Carlos Ulanovsky en El Cohete a la Luna para quien todas las crisis mediáticas comenzaron con el cierre en 1998 del primer diario Perfil (además, el artículo incluye una “declaración personal”: “Trabajé en el diario Clarín entre 1983 y 1990. Y cuando me fui (cobrando un despido; no existían los retiros voluntarios con un plus del 160 por ciento) divulgué la frase “Hay vida después de Clarín”. Que todos los despedidos, con los que me solidarizo, la tengan en cuenta, porque es rigurosamente cierta”.
Dos proyectos de ley para tener en cuenta: libros y publicidad. Dos novedades legislativas para cerrar este bloque. La primera será presentada por el diputado kirchnerista Daniel Filmus y promete tener un amplio apoyo multipardista: la creación del Instituto Nacional del Libro, que como sus similares del cine, la música, el teatro o las artes, buscará fomentar la producción nacional. Lógicamente, ya tiene un coro de militantes y es difícil que surjan opositores no por el fondo (en definitiva, todos estaremos de acuerdo con los objetivos) pero sí con la forma divergente de fomento en un contexto convergente. En algún momento habrá que pensar en hacer converger todas esas iniciativas dispersas (algunas con muchos años) y crear un solo gran sistema de fomento de la cultura para ahorrar costos administrativos y de estructura y destinar más fondos a los objetivos finales de cada uno de esos institutos aunque será difícil tocar los intereses de quienes viven de la burocracia (otro tanto habría que decir de las sociedades colectivas gestoras de derechos y, con permiso y en voz bajita, con los propios sindicatos y cámaras empresariales). El proyecto del nuevo instituto -que se presentará en una jornada con escritores este lunes 22.04- cuenta con el apoyo de la industria editorial que desde la semana próxima también hará tronar el escarmiento (al secretario de Cultura, como cada año desde 2016) en la Feria del Libro. El otro proyecto presentado estos días es el de la diputada Karina Banfi (Cambiemos-UCR) que propone autorizar y regular la publicidad comparativa, prohibida en la Argentina prácticamente desde siempre. “Queda aceptado el uso de una marca, logo, nombre comercial o imagen de un competidor en publicidad comparativa con fines de identificación del producto competidor, siempre que dicho uso sea de buena fe y se ajuste a los requisitos establecidos en el artículo 2 de la presente ley”, dice el proyecto en su artículo 4°. Habrá resistencia.
Telecomunicaciones
Fibra y marketing, pico y pala de Telefónica Movistar. Aunque la campaña sigue mostrando altas dosis de TMT en sus formas y contenidos (sí, mucha conectividad en los proto-spots y tinte modernizador en los discursos del oficialismo y la oposición), la realidad de las telecomunicaciones y los medios no escapa a dos indicadores fundamentales de la macroeconomía cambiemita: inflación y devaluación. Esas realidades impactan en todas las empresas, que se asoman además a la nueva realidad competitiva de la convergencia posfusión. En ese contexto, Claro está dando pocas señales (parece restringido a las zonas que tenía cableadas con fibra sin que muestre grandes avances en su cobertura y dando pelea a pura baja de precio en las localidades que son laboratorio de la convergencia) mientras Telecom apura el tranco con su pre-paquetización (con el estandarte en alto del 40% de descuento por un año para quienes compren servicios cruzados) y Telefónica le mete pico y pala (es decir, despliegue de fibra y marketing) a su estrategia en un contexto adverso para todos. Más de 1,8 millones de hogares pasados con fibra, 500.000 clientes de conectividad y casi 60.000 de televisión con una fuerte evangelización para el uso del OTT “para todos” Movistar Play y el lanzamiento sucesivo de la fibra simétrica en distintas ciudades de su área de cobertura original (el sur del AMBA, San Juan, Mendoza, Mar del Plata, Bariloche, Neuquén, Tandil, Mercedes y Junín, entre otras). En la calle, en los medios, en eventos, mediante content marketing y en cuanto soporte publicitario haya, Movistar también se deja ver con sus productos y lanzamientos recientes en todos los frentes. En algún tiempo será interesante revisar nuevamente los números para considerar la velocidad de despliegue de la fibra en Argentina, que arranca desde muy atrás en la región (por lo pronto, con los números disponibles, la tendencia ya empieza a notarse en los datos de Enacom, que podrían darle al gobierno justo antes de las elecciones un indicador de éxito en este terreno: el salto de la penetración de la FTTH en el país que casi se duplicó entre 2017 y 2018 aunque partiendo de una base muy baja). Telefónica Movistar y Telecom Cablevisión se aprestan también para librar la batalla de los OTT de la mano de los distribuidores minoristas -dispersos en todo el territorio-, que podrían ver revalorizados sus activos en esa disputa (ahora, hechos de nuevo los cálculos, el OMV de Catel se espera para agosto próximo).
Tecnología
Road show de despedida de uno de los dueños Taringa! Tres socios re-fundadores tiene la red social Taringa!, que supo reinar en la Argentina y la región y aún resiste en un mundo occidental dominado por plataformas globales de origen estadounidense. Hernán y Matías Botbol y Alberto Nakayama acaban de resolver -como te conté- el último de los pleitos judiciales por violación de la propiedad intelectual en tiempos en los que en Taringa! se conseguía casi cualquier cosa (tiempos en los que también despuntó el vicio de ver series y peliculas por Cuevana! entre otras muchas alternativas ilegales). De los tres socios también es el servicio de hosting Wiroos y la versión de Taringa! con contenidos pornográficos. Tanto en lo tecnológico como en lo comercial, Taringa! viene explorando nuevos proyectos desde hace tiempo (ligados a la música, a las comunidades de interés, a las criptomonedas, etc). En los últimos días habrás visto varias notas periodísticas sobre el caso (aquí en El Cronista, aquí en Perfil, y aquí en El Observador de Uruguay, por ejemplo). Lo que no se dice allí es que Matías, CEO de la empresa, seguirá los pasos de su hermano Hernán y se radicará en Estados Unidos para dirigir desde allí la empresa. La movida estaba planificada desde hacía tiempo (como contó aquí Hernán en 2012) pero recién ahora -finalizado con resultado positivo el último juicio- se concretará. En Estados Unidos, Taringa! tiene amigos en el entorno de Silicon Valley que podrán explotar mejor (entre ellos el creador del prematuro banco Patagon, Wenceslao Casares). Cuidando la base operativa Buenos Aires quedará Nakayama.
El dato
Net TV, el canal de televisión de Perfil y Kuarzo, tendrá se segundo programa periodístico (el primero fue Periodismo Puro, el resumen audiovisual de la tradicional entrevista larga de Jorge Fontevecchia para su semanario). Se trata de Corea del Centro, que conducirán los máximos y orgullosos exponentes del género: María O’Donnel (cuyo espacio en LN+ será ocupado por Willy Cohen y Carlos Reymundo Roberts) y Ernesto Tenembaum. Todo eso no deja de ser un mensaje ordenador hacia la oferta periodística nacional al menos en lo que se supone es la línea editorial de los medios involucrados.
El dato II
Si no le leíste, te recomiendo repasar dos notas del director de Estrategia Digital de la Presidencia de la Nación e integrante de la Academia Nacional de Periodismo Julián Gallo en La Nación y Clarín (otro Gallo, Darío, le tomaba un poco el pelo en Twitter estos días al subrayarle el hecho de que la explicación de la estrategia de redes sociales se hace en los medios tradicionales). En una nota en Infobae, Julián explica la trastienda y la filosofía del video con el que el presidente Mauricio Macri utilizó para anunciar el paquete de medidas contra la inflación (“¡Qué fácil hubiese sido llenar de aplausos el Salón Blanco y dar un discurso por Cadena Nacional!”, afirma allí), y en otra nota, en La Nación, aborda el fenómeno de la “polarización afectiva”, aquí en Argentina conocida como “grieta” (la misma que literalmente servirá de escenografía para el programa Corea del Centro de O’Donnell-Tenembaum). A propósito, entre las medidas para frenar la suba de precios hay una oporte del sector TMT: el congelamiento de los precios de los prepagos (que contiene un error en los números, según encontró el suscriptor de esta newsletter Enrique Carrier, para quien no son 35 millones de líneas, sino 23,4 millones desde que es obligatorio nominarlas).
El dato III
Lanzamos la tercera temporada de #TMTconversaciones con nueva locación y realización audiovisual. Este año, el tercero de nuestro programa de entrevistas que se emite por el canal Metro, se realiza en la Hemeroteca del CCK, en el 7mo piso del antiguo Palacio de las Telecomunicaciones y Correo Central. Ya tuvimos la primera jornada de grabación y los nuevos programas comenzarán a emitirse desde el domingo próximo.
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