En #TMTradio hablamos con Gonzalo Blousson, presidente de la Fundación Bitcoin Argentina, emprendedor, cofundador y CEO de Signatura, plataforma de firma digital basada en la tecnología blockchain. A continuación, los párrafos más destacados de esa charla.
-¿Qué quedó de aquella primera explosión de mineros argentinos en 2013?
-Creo que incluso desde antes. Para los que entraron en esto al principio, en 2012 o 2011, era muy difícil conseguir quien te vendiera bitcoin y la única forma de conseguirlos era recurrir a un grupo de gente muy joven que tenía placas de video porque jugaban videojuegos y se habían dedicado a minar esto casi como un juego porque era un coleccionable que no tenía casi valor económico y que de repente descubrieron que había gente quería comprarselos. Ellos fueron el proveedor más grande de bitcoin en Argentina en esa época. Hubo una gran generación de gente muy joven argentina que estuvo proveyendo los primeros bitcoin en el país.
https://soundcloud.com/tmtcomunica/el-vuelo-del-bitcoin-gonzalo-blousson
«El minero es quien ofrece poder de cálculo, invierte en hardware y procesamiento para asegurar la integridad de la red donde se registran los bitcoin y obtiene como recompensa bitcoins nuevos que se van emitiendo»
-¿Y eso cómo evolucionó?
-La minería en sí se fue profesionalizando. Hoy minar requiere de inversiones y riesgos muy grandes. El minero es quien ofrece poder de cálculo, invierte en hardware y procesamiento para asegurar la integridad de la red donde se registran los bitcoin y obtiene como recompensa bitcoins nuevos que se van emitiendo. Eso hoy es una inversión de muchísimo riesgo porque tu recompensa está atada a la volatilidad del bitcoin. Es una inversión donde hay una competencia por innovar y generar maquinaria que mine bitcoin de manera más eficiente, consumiendo menos electricidad y de manera más rápida. Estamos viendo cómo grandes desarrolladores en China y el resto del mundo fabrican hardware más eficiente para generar bitcoins. Son inversiones donde el pequeño minero tiene los márgenes muy justos, es un negocio para grandes inversores dispuestos a tomar riesgos y viendo en qué momento exactamente conviene o no minar y pelear costos de electricidad.
Por eso vemos grandes desarrollos de minería en países donde se terminan negociando costos de electricidad, por ejemplo comprando excedentes de represas hidroeléctricas. En China se ve mucho que se instalan las fábricas de hardware para minar al lado de los grandes datacenters o granjas de minería para evitar pérdidas de tiempo. Ahí mismo se mueven de un galpón a otro. Es un negocio muy profesional.
«Es muy fácil calcular el consumo eléctrico del bitcoin. Uno sabe el poder de cálculo dedicado a asegurar la red de bitcoin y puede calcular aproximadamente qué consumo eléctrico requiere ese poder de cálculo. Pero… ¿alguien sabe cuántos postnet hay conectados alrededor del mundo, en cuántos miles de millones de comercios sin hacer nada absolutamente todo el día y que sólo se usan 10 veces por día?»
-Ahí aparece la controversia ecológica en torno del bitcoin, que es el consumo de energía
-Creo que se habla mucho sin calcular realmente cuál es el costo del sistema monetario mundial. Es muy fácil calcular el consumo eléctrico del bitcoin. Uno sabe el poder de cálculo dedicado a asegurar la red de bitcoin y puede calcular aproximadamente qué consumo eléctrico requiere ese poder de cálculo. Pero… ¿alguien sabe cuántos postnet hay conectados alrededor del mundo, en cuántos miles de millones de comercios sin hacer nada absolutamente todo el día y que sólo se usan 10 veces por día? ¿Alguien estimó el poder de cálculo de todos los servidores de todos los bancos del mundo que es lo que requiere el sistema financiero tradicional para poder funcionar? Como no podemos calcular y comparar eso, se hace lo que sí se pude que es el del bitcoin y nos da un número alto. Pero si calcularámos el costo de todo lo demás y su costo operativo… Por ejemplo, cuánto se gasta en combustible para trasladar el dinero de un lado a otro. Si calculáramos el costo ecológico de sostener el sistema financiero tradicional terminaríamos viendo que lo de bitcoin es totalmente despreciable. Además, ya hay otras criptomonedas que están empezando a trabajar en sistemas que son menos exigentes en términos energéticos.
-¿Cómo es el ecosistema del bitcoin en Argentina?
-Argentina tiene una de las comunidades más grandes casi del mundo, que se dio por la adopción temprana que tuvo el bitcoin en el país producto del cepo cambiario. Hubo muchos freelancers -diseñadores gráficos, desarrolladores de software, traductores, etc- que en la época del cepo adoptaron la moneda como forma de pago sencilla porque era la manera sencilla de traer dólares al país.
El bitcoin es casi como un commodity, cotiza en la moneda local en todos los países, y por eso es una manera sencilla de cobrar en el exterior y liquidar los bitcoins en el país. No tengo el dato exacto pero creo que Buenos Aires debe ser la cuarta o quinta ciudad más importante en el mundo.
Tuvimos la suerte de haber tenido un grupo de visionarios que arrancaron este movimiento, que fueron los primeros en organizar la conferencia de bitcoin latinoamericana que ya lleva cuatro o cinco ediciones. Eso hizo que en 2013 nos visitaran los referentes más importantes del bitcoin en el mundo. Por eso tenemos una comunidad muy ferviente, de usuarios y de desarrolladores que se destaca en el mundo, y hubo muchas empresas internacionales que contrataron desarrolladores argentinos.
«El bitcoin es casi como un commodity, cotiza en la moneda local en todos los países, y por eso es una manera sencilla de cobrar en el exterior y liquidar los bitcoins en el país. No tengo el dato exacto pero creo que Buenos Aires debe ser la cuarta o quinta ciudad más importante en el mundo»
-Si tuvieras que describir la cadena de valor del bitcoin, ¿cómo sería?
-Es un nuevo sistema de intercambio de valor, que no es censurable, de persona a persona, que no depende de ningún ente centralizado y que permite trasladar el valor de un punto a otro del mundo sin fronteras y libremente.
Siempre hago el chiste de que al bitcoin lo debe haber inventado un argentino que vivió la crisis de 2001 y 2002 porque creó una moneda que no puede ser controlada ni por los estados ni por los bancos, que no tenga inflación ni pueda ser confiscada ni manejada por entes centralizados. Eso le da mucho valor al bitcoin y es lo que vemos que de a poco que la comunidad internacional está empezando a valorar.
-Más allá de la especulación y de la reserva de valor ¿Hay un uso cotidiano del bitcoin como moneda para el intercambio?
-Este crecimiento acelerado hizo que bitcoin no sea la plataforma ideal para pequeños pagos. La red está en algunos momentos saturados y no permite ser usada para comprar un café. Pero bitcoin es un desarrollo de código abierto con desarrolladores talentosísimos y vemos que en el corto plazo tendremos soluciones que van a volver a hacer que pueda usarse para pequeños pagos. Hoy el principal caso de uso fuera del atesoramiento lo que más se ve es para remesas incluso hay bancos argentinos para pequeñas remesas. Hay multinacionales que están usando bitcoin para enviar dinero de un lugar a otro del mundo.
Una transferencia via SWIFT, que es el sistema de transferencias internacionales, generalmente pasa por tres bancos antes de llegar al banco de destino. Con bitcoin vos podés mandar dinero de una punta a otra con una conexión de internet con un clic sin pasar por ningún otro lugar.
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