Néstor Sclauzero es gerente de noticias de la TV Pública y hasta fines de 2019 fue presidente del Foro de Periodismo Argentino-Fopea. Desde hace varios años se desempeña como profesor universitario en diversas instituciones. Sclauzero cuenta con una amplia trayectoria en medios: trabajó en Radio Nacional, durante 10 años se desempeñó en el multimedios América, y fue el conductor del noticiero nocturno de Canal 26 durante siete años.

A principios de 2018, en #TMTConversaciones Sclauzero analizó la calidad del periodismo en Argentina, el futuro de la televisión, la “dictadura del click” y la necesidad de un contenido federal en los medios públicos.

¿Tiene futuro el periodismo?

-Claro que tiene futuro. El periodismo atraviesa cambios fundamentalmente dados por la tecnología y la participación de otros actores en la difusión de hechos, lo que no significa que esto se realice con criterios periodísticos que tienen que ver con la credibilidad. La necesidad de observar y contar cuestiones de interés, que son importantes para la sociedad o para un ámbito, siempre va a estar presente en el periodismo y eso es lo que nunca va a dejar de hacer. El tema es cómo el periodismo se adapta a esa realidad cuando se le ha cruzado una mala competencia que dice hacer periodismo y no lo es.

¿Estamos haciendo buen periodismo en Argentina?

-No. No quiero ser categórico porque uno termina siendo injusto y uno también hace periodismo, pero si yo comento en una mesa de café si tenemos un buen periodismo en Argentina yo te diría que no. ¿Es el peor de todos? Tampoco. ¿Es el peor de la región? No, no estamos mal en esa escala. El problema que tenemos en el periodismo de la Argentina de hoy no es distinto a lo que ocurre en líneas generales en el mundo, pero que quizás algunos aspectos nosotros los tenemos potenciados. Por un lado es la falta de calidad profesional, los periodistas tenemos que ser más críticos sobre el trabajo que nosotros hacemos. ¿Que significa ser crítico? Ser más riguroso. ¿Qué significa ser más riguroso? Estar mejor informado y tener la observación.

«El periodismo no va a desaparecer, el tema es cómo se adapta a esa realidad cuando se le ha cruzado una mala competencia que dice hacer periodismo y no lo es»

Los periodistas hoy tenemos más problemas de cintura que de tobillo, estamos más tiempo sentados en una computadora viendo qué hacen los otros y creyendo que allí está la información. Tenemos que salir a caminar y obtener la información, observar qué le pasó a la gente, qué es lo que sucede y desde ahí contar una historia. Para eso necesitas ser riguroso, necesitas ser un profesional preparado y, por supuesto, necesitas también empresas o medios que te permitan generar esa lógica que, en estos tiempos de inmediatez, se hace cada vez más difícil.

¿No estamos un poco intoxicados de hacer periodismo de declaraciones, alejándonos de los hechos? A veces da la impresión de que portamos de un lado a otro lo que dice un funcionario, un empresario, un político o incluso una fuente de la calle

-Es parte de esa mala calidad pensar que nosotros sólo debemos ir a buscar una opinión para trasladarla y desde allí generar supuestamente la noticia. El otro problema dentro de esa lógica de la mala calidad es el “yo creo”. Los periodistas, hoy, cada vez que pasa algo dicen “porque yo creo que”. ¿Y vos quién sos para decir “yo creo que”?

Para la opinión hay que tener una solidez y una formación que te lo permita, después uno puede compartirlo o no y hasta estar equivocado o no, pero gran parte del problema que hoy tenemos los periodistas es que queremos opinar más que informar.

El segundo problema que tenemos los periodistas es que nos creemos más importantes que el hecho, la noticia o a la persona que vamos a entrevistar. Pasa mucho en la televisión que  cuando el entrevistado comienza a hablar, el periodista lo corta y le dice “yo creo que”. Creemos, estoy generalizando, que somos más importantes que la noticia. Ese es uno de los problemas de esta mala calidad.

¿Cuánto entretenimiento tolera el buen periodismo?

-La palabra entretenimiento es tan grande que, sobre todo en la televisión, se genera una mezcla. En la gráfica está pasando también, desde que está presente el mundo de la web entró en la “dictadura de click”. A veces tiene que “entretener”, tiene que tener palabras, ganchos e imágenes que sean entretenidas.

En un noticiero para lograr un efecto se necesitaba que el canal tuviese arte electrónico disponible, gente que participe, y una isla que era inmensa. Hoy con una computadora esto se puede hacer con mejor calidad y rápidamente, por lo tanto tenemos que estar preparados para “entretener” en la historia que estamos contando.

El “entretener” yo lo cambiaría por “hacerlo interesante”. Por ejemplo si yo te digo que la tasa de interés en Estados Unidos subió y es un tema preocupante, vos vas a decir qué me importa a mi. Aunque si yo te digo que esa decisión que pueden tomar en Estados Unidos puede influir en el precio del dólar y va a significar que el celular que querías comprar te va salir más caro y te va a llevar más tiempo poder comprarlo ¿te va a interesar o no? Probablemente si.

«Los periodistas hoy tenemos más problemas de cintura que de tobillo, estamos más tiempo sentados en una computadora viendo qué hacen los otros y creyendo que allí está la información»

Nuestro desafío es hacer interesante los contenidos periodísticos para no convertirnos en algo aburrido, limitado y que no genere expectativas. Hay profesionalismo en pensar qué voy a decir; qué palabras voy a usar; la duración; la edición; y las imágenes.

¿Cuánto tiene que entretener? Tiene que ser interesante y eso es un desafío profesional.

Muchas veces por el alejamiento de las prácticas profesionales más básicas, como por ejemplo la verificación de la información, se terminan publicando noticias falsas. ¿Deberíamos resolver primero esa situación para después preocuparnos qué sucede con la difusión de información no producida por periodistas en redes sociales?

-La mala calidad tiene que ver con eso, con la urgencia de los nuevos medios de publicar rápido y de hacer las cosas rápido sin tiempo para la verificación. A veces, quien lo quiere hacer no se lo permite el propio sistema porque el diario exige que escriba rápido.

Muchas veces se deja de lado, pero si uno hace bien su trabajo lo va a chequear. Lo grave para mí es que siendo consciente de eso se haga igual, y lo otro que termina siendo aún más grave es que nosotros tomemos versiones que aparecieron en el mundo de las redes sociales y las demos como ciertas.

Existe lo que denomino la “dictadura de las audiencias”. Muchas veces quienes trabajan en una radio o en un programa de televisión terminan haciendo lo que las redes sociales o la audiencia les dice. Si yo creo que lo más importante es determinado aspecto, tengo que abordarlo desde ese lado y no dejarme influir por lo que me llega por Twitter, por celular, etcétera. Es un termómetro que hay que tener, pero que no debe cambiarme.

Si como generador de contenido voy hacia donde me digan por medio de determinados sistemas de comunicación voy a prostituir el contenido, muchas veces, con mentiras. Hasta que Internet no resuelva el tema del anonimato esto va a seguir pasando.

«Nuestro desafío es hacer interesante los contenidos periodísticos para no convertirnos en algo aburrido, limitado y que no genere expectativas. Hay profesionalismo en pensar qué voy a decir; qué palabras voy a usar; la duración; la edición; y las imágenes»

¿Hay pluralidad de voces en la televisión pública, en los noticieros, que es lo que te compete?

-Si, soy el responsable de eso. Sobre todo en un medio público con la historia que tiene el Canal 7.

¿En qué se manifiesta esa pluralidad?

-En que hay críticas al Gobierno [NdE: se refiere a la administración Macri] o las opiniones de dirigentes que no están de acuerdo con con alguna política y tienen su espacio para poder hacerlo. Definitivamente si.

Por ejemplo se cubrió la información relacionada al ministro Caputo o los Panamá Papers

-Si, por supuesto. Los medios públicos en el mundo entero tienen un rol cada vez más importante porque representan el último eslabón de la credibilidad y de la calidad. Si vemos los medios públicos europeos mantienen mucha audiencia porque son los reservorios de la calidad del periodismo, no impregnado por los distintos contenidos de las empresas que son dueñas de los grandes multimedios. Eso lo tiene que hacer el Estado y lo debe garantizar de dos maneras: con un gobierno que no se meta y con profesionales que den respuesta a esa lógica.

El Gobierno [administración Macri] hoy no se mete, si me exige obviamente una responsabilidad. Es un gran desafío construir medios públicos que tengan este perfil de credibilidad, que no se hace de un día para el otro.

¿El noticiero de la televisión pública no debería tener más contenido federal?

-Indudablemente sí. Hay un tema gremial, no nos permiten la salida de algunos medios sobre todo de los medios públicos, y estamos trabajando en esa dirección.

Dentro del escenario que tenemos por ejemplo tenemos un formato, las síntesis de noticias, que son 6 noticias: 2 son de temas nacionales, 2 internacionales y 2 enfocadas en las provincias. Se reflejan hechos que en ningún otro canal los vas a ver, a veces con limitaciones para el desarrollo pero están presentes. ¿Eso alcanza? Definitivamente no.

Tenemos una mentalidad centralista en la Argentina y lamentablemente nuestra cultura siempre mira lo de afuera con otros ojos. También sucede que en las provincias no siempre tenés buena calidad desde la tecnología o un buen desarrollo para pagar puestos de trabajo.

«Los medios públicos en el mundo entero tienen un rol cada vez más importante porque representan el último eslabón de la credibilidad y de la calidad»

Después habría que debatir qué es el federalismo en televisión. ¿Mostrar gente del interior o de las provincias es federalismo? Yo creo que no. Quizás hay que dar un marco con la presencia de los temas de todo el país, presente en una pantalla que vea todo el país. Por supuesto que el choque de Callao y Corrientes no es importante en el Chaco, hay que entender esa lógica también.

Este país tiene muchas tonadas, a veces los medios nacionales solamente hablan como se habla en el puerto

-Por suerte eso cambió bastante. Un pequeño granito de arena que estoy aportando es que invitamos al noticiero a un conductor, de un canal de las provincias, y viene por dos semanas a conducir el noticiero de la mañana. Son más de 30 los que han pasado [NdE: El dato es de principios de 2018 pero el número creció porque la práctica se extendió todo ese año y durante 2019].

¿Tiene corresponsales en las provincias el noticiero?

-No, el canal no tiene corresponsales. Tiene que ver con en este marco gremial que te decía antes.

También la tecnología están modificando groseramente todo esto y hay un gran debate entre lo que es el trabajo y los puestos de trabajo con respecto a la televisión en general. La televisión argentina de aire pierde el 15% de audiencia por año, esto que nos lleva a decir que definitivamente la televisión va a desaparecer. En tres años, dicen en la industria, no va a haber más televisión. Esto significa que no vamos a tener el esquema que conocemos.

Hoy mucha gente no quiere tener más el cable porque tiene Netflix.

«La televisión argentina de aire pierde el 15% de audiencia por año, esto que nos lleva a decir que definitivamente la televisión va a desaparecer»

El canal de televisión que genera más contenidos periodísticos y tiene más periodistas empleados en el mundo es Vice, que es una plataforma de Internet. Los canales están desapareciendo porque nosotros consumimos de otra manera y ese es el gran desafío de la industria. El canal y el diario papel no van a desaparecer, hay que adecuarlos.

El gran desafío en nuestro es mantener esos puestos de trabajo, ser conscientes de esa realidad y producir contenidos para esas nuevas lógicas.

Las señales de noticias privadas en Argentina tienen prácticamente un corresponsal o un colaborador en cada provincia. La TV Pública, que la pagan todos los ciudadanos argentinos con sus impuestos, no tiene corresponsales

-Me gusta mucho el formato europeo, los españoles tienen un sistema de transmisión en donde sale un noticiero con una parte que es local y, luego, lo enlazan con los contenidos a nivel nacional. Hay que hacer una reestructuración importante que permita generar esos contenidos y que permitan al televidente convertirse en seguidor de un noticiero que tenga noticias porque es lo que se ha perdido.

Los canales de televisión de aire de Buenos Aires tienen noticieros a los que le va muy bien, pero no tienen noticias en sí, son grandes desarrolladores y contadores de historias.

El concepto de informarse ha desaparecido en gran medida y eso es lo que nosotros debemos mantener porque esa necesidad no desapareció.

Si ves los noticieros de la televisión pública no podés decir que no te informás y eso es lo que debemos defender.

¿Por qué no hay más noticieros los fines de semana en la TV Pública? [NdR: los gremios acusaron a la gerencia de noticias de vaciar esos informativos]

-Los noticieros no se levantaron. Cuando llegué a la gerencia incorporé media hora más de noticiero internacional los fines de semana y los noticieros de la noche, que eran de media hora, pasaron a una hora los sábados y domingos.  Ahora, los gremios no han aceptado un cambio en las horas extras y en el pago de cada una de esas jornadas, por este motivo es que no están saliendo al aire. Yo soy el primero que quiere que salgan al aire.

«Los canales de televisión de aire de Buenos Aires tienen noticieros a los que le va muy bien, pero no tienen noticias en sí, son grandes desarrolladores y contadores de historias»

 -Hay dirigentes sindicales que dicen que eso es censura

-La palabra censura, la palabra persecución y la palabra lista negra significan otra cosa. Más aún en la Argentina en donde eso tiene una historia reciente muy dura. Censura es no dejar hablar a alguien, prohibir a alguien que no salga y que no se conozca su opinión. Nada de eso ocurre en el noticiero. No hay una salida al aire porque gremialmente no se acepta un cambio de horario, a partir de una paga que antes tenían, que empresa dice no se puede mantener por una cuestión presupuestaria.

-¿Hacia dónde te gustaría que fuese el noticiero de la TV Pública? Si no tuvieras limitaciones en el presupuesto de por medio ¿qué noticiero te gustaría hacer?

-Yo me puse un calibre marcado por tres etapas. La primera fue sacar la militancia y la propaganda en el contenido del noticiero. No se echó a una persona ni tampoco se incorporó a otra, yo estoy con el mismo equipo que trabajó hasta diciembre del 2015. No es un detalle menor. Fue un gran desafío, pero con una gran aceptación, para muchos profesionales trabajar con un criterio periodístico y no de militancia.

El segundo aspecto lo denominé “la televisión”. El estudio del canal es una belleza, tiene un sistema de pantallas que lo hace muy dinámico y  rompe con esa figura del presentador detrás de un escritorio hablando. Esa etapa, más allá de algunos detalles, la doy por cumplida.

La tercera son los contenidos. La calidad es el gran problema de todo el periodismo y de la televisión aún más. Cuando nosotros éramos chicos escuchábamos en nuestras casas “poné el noticiero para ver lo que pasó durante el día”. Hoy eso se perdió porque tenés acceso a un montón de medios. Por lo tanto, la calidad en el periodismo televisivo está en el valor agregado de lo original, de lo que genera una producción propia, de lo que te dé la observación. Esa etapa, que tiene que ver con una posibilidad de un desarrollo de calidad, está en transición. Me gustaría un noticiero con calidad, que tenga investigación, que tenga recurso humano para hacerlo y recursos económicos, ese es el gran desafío que me queda.

«Fue un gran desafío, pero con una gran aceptación, para muchos profesionales trabajar con un criterio periodístico y no de militancia»

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