Qué es la desinformación, cuáles son sus consecuencias, qué estrategias se aplican para combatirla, qué se sabe y qué se exagera. Esa podría ser una lista no exhaustiva de los temas abordados por el académico e investigador Silvio Waisbord en una clase especial dictada en modalidad virtual el viernes 22 de septiembre de 2023, a las 17, para la licenciatura en Comunicación Digital e Interactiva de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). La actividad, titulada Periodismo y desinformación en el ámbito de la política, fue propuesta por la Embajada de los Estados Unidos de América en Buenos Aires.

Waisbord es profesor e investigador, y fue director (2020-2023) en la Escuela de Medios y Asuntos Públicos en George Washington University; es autor y editor de diecinueve libros y cientos de artículos sobre periodismo, política, medios y comunicación para el cambio social. Es presidente y fellow de la International Communication Association. Se desempeñó como editor general de las revistas académicas Journal of Communication y International Journal of Press/Politics. Dirigió programas de comunicación y periodismo para el desarrollo y salud global en colaboración con agencias internacionales. Es doctor en sociología por la Universidad de California, San Diego, y licenciado en sociología de la Universidad de Buenos Aires.

Para Wisbord, “en Argentina tenemos que identificar los actores de la desinformación, los superpropagadores; el factcheking aportó mejor información verificada, pero no sabemos si esa información estuvo concentrada en públicos vulnerables y si efectivamente cambió las actitudes; la buena información tiene menos atractivo que la desinformación; el periodismo debe hacer un seguimiento de lo que hacen las plataformas, los gobiernos, cuáles son los públicos más vulnerables; en un sistema de libertad de expresión la desinformación es un riesgo intrínseco, pensar que en Internet vamos a llegar a no tener desinformación es no entender cómo funciona Internet; la influencia de las noticias falsas en los acontecimientos sociopolíticos es incierta o sobredimensionada».

A continuación, algunos apuntes tomados de la exposición de Waisbord.

  • Es pertinente diferenciar desinformación de mala información. La desinformación es la información deliberadamente propagada con fines políticos y comerciales con el objetivo de confundir a la opinión pública y sembrar dudas sobre la veracidad de hechos empíricos documentados. La mala información es información incorrecta o ausente sobre diferentes temas producto de falta de interés o exposición a información falsa.
  • ¿Qué es lo nuevo? La desinformación no es nueva; es más antigua que la “información”. La era digital facilita la distribución masiva de información falsa. Son operaciones sofisticadas, hiper segmentadas, masivas, coordinadas y globales con múltiples flujos. Circulan en plataformas digitales operadas por compañías que reúsan actuar como árbitros de la verdad de forma consistente, que deliberadamente dan espacio a información falsa y operan con opacidad en términos de regulación de contenidos.
  • En América Latina la desinformación despertó enorme interés, espacialmente en relación con campañas electorales y episodios como conflictos sociales (protestas, paros) y la pandemia del Covid 19. Hay casos de actores políticos que utilizaron las redes para difundir mentiras y engañar a la ciudadanía en momentos de alta tensión pública y enorme interés periodístico.
  • Los casos de desinformación se verifican en:
    • Procesos electorales con información falsa, estratégicamente definida para crear realidades inexistentes, y perjudicar/beneficiar a candidatos y partidos.
    • Operaciones de desinformación durante episodios-tumultuosos -protestas, escándalos desatados por investigaciones y denuncias periodísticas.
    • Flujos de información falsa sobre las condiciones de la migración, especialmente en México y el Triángulo Norte de Centroamérica.
    • Desinformación sobre varios aspectos de la pandemia de Covid 19 (ej, medidas de prevención, seguridad de las vacunas…)
    • La desinformación es medular a la estructura comunicacional de los autoritarismos
  • Fuentes de desinformación:
    • Estatal: coordinación entre dependencias oficiales, ataques a personas y organizaciones, filtrada por medios tradicionales o digitales
    • Campañas políticas: componente de candidaturas y partidos, con páginas y cuentas falsas en medios sociales (conductas «no auténticas» coordinadas)
    • Publicidad + relaciones públicas: actividades para clientes hechas por equipos para fines particulares
    • Líderes de opinión + «influencers»: puntos nodales en medios sociales
  • Desinformación digital concentrada
    • Superpropagadores («redes sociales patógenas») responsables por altos niveles de actividad en términos de generación y amplificación de contenido malicioso
    • Minoría de cuentas que tienen una fuerte influencia en plataformas de redes sociales específicas
    • Están en el centro de la actividad dentro de redes entrelazadas
  • Comprender las jerarquías de las redes de desinformación: las identidades de los superpropagadores, sus interconexiones y los flujos en cascada. Es importante entender las jerarquías de nodos para poder tener una estrategia adecuada contra la desinformación
  • ¿Súperpropagadores también en fuentes tradicionales: medios y política? A quién se dirige la desinformación
    • Se debe adoptar una perspectiva similar para comprender la desinformación en medios tradicionales
    • Un número relativo de superdifusores (por ejemplo, estaciones/programas de televisión, periódicos, elites políticas) pueden tener un poder de atención e influencia significativa en ecosistemas de información
    • Así como la difusión de la desinformación tiende a concentrarse, la desinformación tiende a aglutinarse en ciertos grupos de usuarios
  • No todos (ciudadanía/audiencia) son igualmente vulnerables a las campañas de desinformación dadas las motivaciones y patrones existentes de actividad digital
  • ¿Quién es responsable de la desinformación?
    • Elites políticas interesadas en desinformación, polarización y odio
    • Medios tradicionales y digitales empeñados en tales prácticas debido a razones políticas, económicas y sociales
    • Responsabilidad de compañías digitales como árbitros del enorme flujo de comunicación pública
  • Observaciones importantes pero incompletas. ¿Hay desinformación? Sí ¿Se comparte? Sí. Pero ese es un cuadro parcial. Hay que hacerse otras preguntas y las respuestas sugieren una realidad más compleja de lo que habitualmente se supone o se asume. No es que no exista desinformación sino que hay que entender sus características particulares. Hay que contextualizar la desinformación dentro del ecosistema de contenidos que consumimos en Internet
  • ¿Qué tan masiva es la desinformación? ¿Cuál es la dimensión del problema?
    • Porcentaje ínfimo; circulación limitada. Las noticias no confiables, incluidas las noticias falsas, engañosas, de baja calidad o hiperpartidistas/ideológicas, representan una porción mínima de la dieta de información de las personas.
    • No se usa Internet principalmente para estar informado/a, sino para conectarse con amigos, comprar, trabajar y entretenerse
    • Es importante documentar el gran volumen de interacciones que genera la desinformación, pero no debe tomarse como prueba de su predominio
    • Los grandes números (big data) son la regla en Internet, y para que se entiendan correctamente, deben contextualizarse dentro del ecosistema de información
  • ¿Quién es más proclive a estar expuesto a la desinformación? La desinformación está altamente segmentada y limitada a la reproducción/compartir información falsa. La desinformación busca usuarios y los perfiles varían según el país. La desinformación se comparte menos de lo que se cree.
    • Los usuarios más vulnerables son los que no interés en política, tienen sesgos ideológicos o dependen de redes para información
    • Aquellos que consumen información errónea políticamente afín -con la que ya están de acuerdo o están predispuestos a aceptarla-
    • La desinformación está principalmente dirigida a audiencias afines
    • La mayoría de las personas no comparte noticias poco confiables -costos de reputación dentro de los medios sociales
  • Desinformación ligada a polarización
    • Los medios «partidarios» usan información de manera engañosa al informar selectivamente sobre algunos temas y no sobre otros y enmarcarlos de una manera políticamente congruente con sus agendas
    • La polarización partidaria/ideológica es la principal motivación psicológica detrás del intercambio de noticias políticas falsas en Twitter
    • En contextos más polarizados la desinformación tiene mayor alcance
    • La polarización tiene dos dimensiones fundamentales: afectiva y programática
      • Polarización afectiva es la radicalización de las actitudes negativas y hostles sobre el «otro» partido político o ideología
      • Polarización programática implica la adopción de posiciones y agendas antidemocráticas supuestamente para «triunfar» sobre el «enemigo»
  • Los hallazgos en la psicología del consumo de información política (selección, sesgos, reaseguros de identidades colectivas y escasa motivación para cuestionar convicciones) sugieren que la influencia de las noticias falsas en acontecimientos sociopolíticos es incierta o sobredimensionada.
    • A pesar de las preocupaciones legítimas sobre la desinformación, es más probable que las personas estén malinformadas que desinformadas, incluso durante la pandemia de Covid 19
    • No tiene efectos en todos los públicos de forma similar.
    • Es más preocupante en determinados contextos
    • El problema es la gente que está mal informada o no tiene interés en la información
  • ¿Cuándo y por qué la desinformación es un problema?
    • Estas características de la desinformación no implican que no existan problemas y peligros
    • Si bien existe exageración e imprecisión sobre alcance e influencia de la desinformación, los problemas existen
    • Es importante entender cuándo las tácticas y los bolsones de desinformación adquieren fuerza y viabilidad política de forma que comprometen a la democracia y la solución de problemas públicos, como la pandemia (caso de movimientos antivacunas)
    • No deberíamos exagerar o ser imprecisos sobre los alcances de la información
    • Hay que entender cuándo las tácticas adquieren fuerza y viabilidad política de forma de que puedan comprometer la democracia
    • La desinformación es un problema de minorías pero minorías desinformadas pueden socavar la resolución de problemas públicos o socavar las bases de la democracia
  • Notas de atención
  • La mayoría de los estudios son fundamentalmente descriptivos, focalizados en casos determinados que documentan casos de desinformación
  • Dan instantáneas de flujos digitales de la desinformación en ciertos momentos, aunque casi nunca en el contexto completo de la información
  • Ofrecen hechos y evidencia sobre dinámicas digitales de información falsa y propaganda, aunque rara vez explican cómo casos de desinformación y polarización están conectados causalmente con actitudes de la población o con la calidad de la democracia
  • Tener cuidado a la hora de generalizar sobre experiencias particulares en EEUU, Europa y otros países/regionales. No todo país/ecología informativa expuesta a desinformación de modo similar
  • Se deben comprender flujos/dinámicas de desinformación ligados a procesos políticos/decisiones con impacto públicos
  • La desinformación es inevitable en el caos de la comunicación digital y es un problema sin soluciones obvias. Los resultados son ambiguos tanto en estrategias duras (remoción) como blandas (advertencias). Una caja de herramientas podría incluir:
    • Oferta de información validada/íntegra = factchecking debunkin/prebunking
    • Fomentar habilidades críticas de consumo de información = alfabetización mediática
    • Decisiones de plataformas: dificultar difusión y acceso a desinformación digital; advertencias. Necesidad de mayor información y transparencia.
  • ¿Cuál es el impacto de la desinformación? ¿Hay estrategias claras contra la desinformación acordes con principios de la comunicación estratégica? Algunas preguntas para abordar el problema desde esta perspectiva:
    • Alcance = ¿a quién llegan las intervenciones contra la desinformación? ¿Son públicos clave? ¿Públicos más vulnerables a la desinformación?
    • ¿Se recurre a líderes de opinión más vulnerables a la desinformación?
    • ¿Se utilizan canales apropiados para públicos claves?
    • ¿Se entienden cuáles son las motivaciones para modificar hábitos informativos?
  • Para cambiar hábitos de información hay que:
    • Entender las motivaciones
    • Sabemos poco y debemos saber más
    • Más preguntas (de la comunicación estratégica)
  • ¿Qué formatos son útiles para combatir la desinformación? El entretenimiento y lo visual
  • ¿Qué tipos de mensajes son más eficaces? Los emocionales y el humor.
  • ¿Cómo combatir bolsones de desinformación? Es necesario un enfoque estratégico basado en evidencia:
    • Identificar flujos y actores de desinformación sobre temas  particulares (ej, elecciones, salud, discurso de odio)
    • Utilizar estrategias afinadas según las características del problema/amenazas

Ayudanos a seguir pensando, buscando y elaborando información para conectar a la sociedad. Si valoras lo que hacemos....

Invitame un café en cafecito.app
Buy Me a Coffee at ko-fi.com

Hacé tu comentario

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)