Emiliano Kargieman cofundó Core Security Technologies a los 19 años y allí desarrolló el primer software automatizado de tests de violación de la seguridad informática y, a su vez, brindó sus servicios a clientes como Apple, Cisco, Homeland Security, NSA, NASA, Lockheed Martin y DARPA.

Actualmente, es CEO de Satellogic, empresa que desarrolla tecnología espacial y puso en órbita el primer nanosatélite de la historia argentina.

A fines de 2018 estuvo en #TMTConversaciones y allí se refirió a los procesos que se llevan a cabo a la hora de desarrollar satélites, los objetivos a futuro de la empresa y la posibilidad que tiene Argentina de posicionarse en el campo tecnológico.

Satellogic es una empresa de satélites, pero no de cualquier tipo de satélites. ¿Cómo son?

-Somos una empresa que hace tecnología de satélites, diseñamos y lanzamos nuestros propios satélites. La particularidad que tienen es que son mil veces más eficientes, desde el punto de vista de costos, contra las capacidades que tienen los satélites tradicionales.

Para eso, entre otras cosas, tuvimos que hacerlos chiquitos. Entonces, miden un poquito menos un metro y pesan unos 40 kilos, cuando los satélites tradicionales que pesan cientos de kilos o toneladas.

-¿Cuántos satélites ya lanzaron? [NdE: a fines de 2018]

-Llevamos lanzados ocho hasta ahora. Estamos en un proceso de lanzar hasta unos 300 satélites que queremos operar de manera constante. Nuestro objetivo final no es hacer satélites, sino que los hacemos como un vehículo para capturar datos de lo que pasa en el planeta Tierra. Con suficientes de estos satélites, podríamos capturar datos con mucha frecuencia y después, al procesar estos datos, empezar a entender qué es lo que está pasando. El objetivo que tenemos es analizar lo que pasa en la superficie del planeta y derivar conocimiento que permita mejorar la toma de decisiones en distintas industrias.

«Somos una empresa que hace tecnología de satélites, diseñamos y lanzamos nuestros propios satélites. La particularidad que tienen es que son mil veces más eficientes, desde el punto de vista de costos, contra las capacidades que tienen los satélites tradicionales»

¿En qué industrias, por ejemplo?

-Las decisiones relacionadas a cosas que pasan en áreas extensivas, alrededor de la superficie del planeta, se adaptan muy bien a lo que hacemos. Entonces, tenemos muchas aplicaciones en agricultura, en petróleo y gas. Además, en todo lo que tiene que ver con monitoreo de infraestructura distribuida y a nivel de gobierno en monitoreo estructuras y fronteras. En general, cada vez más, las compañías toman decisiones que afectan o que están afectadas por cosas que pasan en ciertos lugares del mundo. Tener un mecanismo para poder contestar preguntas sobre lo que está pasando en el planeta va a ser una clave en la toma de decisiones. Desde el grado de madurez de los granos de café en Kenia, hasta la cantidad de barcos petroleros que hay esta semana en el Golfo de Ormuz.

¿Esos ocho satélites, o algunos de esos satélites, ya están capturando datos en esa dirección?

-Exacto. Al principio, lanzamos algunos prototipos incrementales. En 2013 lanzamos nuestros primeros satélites. Los primeros tres fueron prototipos y los últimos cinco satélites están en condiciones de capturar datos de muy alta resolución desde el espacio.

«El objetivo que tenemos es analizar lo que pasa en la superficie del planeta y derivar conocimiento que permita mejorar la toma de decisiones en distintas industrias»

¿Son imágenes?

-Estamos tomando imágenes en el espectro visible. Hay cosas que podemos ver con la vista y otras que no podemos ver a simple vista, pero que sí podemos captar con sensores en el espacio.

Nosotros queremos, en lugar tomar una imagen de algún lugar de la tierra cada tanto, tener un vídeo constante de todo lo que está sucediendo en la superficie del planeta.

¿Hay muchas empresas con este objetivo hoy en el mundo?

-Esta visión sólo la tenemos nosotros: poder capturar cada metro cuadrado en la superficie de la tierra con esta frecuencia para poder tomar decisiones en tiempo real.

Sólo nosotros podemos apuntar a dicha visión porque tenemos ventajas, desde el punto de vista tecnológico, que fuimos diseñando en los últimos años que nos permiten llegar a escalar en una constelación suficientemente grande de satélites con estas características a un bajo costo.

Quizás hay otras compañías en el mundo pensando en capturar datos de la tierra a mayor frecuencia en la mayor resolución, pero realmente lo que nosotros estamos haciendo es un salto más adelante de lo que se está haciendo en todos lados.

Estos son satélites que están orbitando alrededor de la Tierra

-Así es, orbitan en los que se llama una órbita baja a unos 450 kilómetros de altura. Lo importante es que van a 27.000 kilómetros por hora. Un satélite da una vuelta completa a la tierra cada 90 minutos y la Tierra gira ahí abajo. Cada satélite eventualmente te permite mirar toda la superficie del planeta.

No en tiempo real

-No en tiempo real. Un satélite por ahí se tomaría 250 días en mirar toda la superficie del planeta, si tenés 250 satélites lo hacés en un día. Ese es un poco el desafío. Hasta ahora no hay ninguna compañía operando una cantidad satélites de alta resolución tan grande como para poder hacer eso.

«Quizás hay otras compañías en el mundo pensando en capturar datos de la tierra a mayor frecuencia en la mayor resolución, pero realmente lo que nosotros estamos haciendo es un salto más adelante de lo que se está haciendo en todos lados»

¿En dónde están fijados sus objetivos?

-Tenemos ocho satélites que lanzamos. El año que viene [2019] vamos a lanzar 15 satélites más.  El objetivo va a estar entre los 36 y 60 satélites, dependiendo un poco de los lanzamientos que consigamos y de que tan rápido nosotros escalemos la producción. Para 2020 esperamos estar operando una constelación de más de 70 satélites.

En los siguientes años, 2021-2022, creo que vamos a estar realizando esta idea de poder capturar la superficie entera del planeta, una vez por día, y procesar todos los datos. Es un montón de información, ya no podés poner gente a mirar esa cantidad de datos, tienen que ser procesados por computadora.

¿No se chocan tantos satélites? ¿Eso está planificado? ¿Hay un organismo internacional que prevé eso?

-Se coordinan, un poco, las órbitas. Hoy estamos operando unos 1500 o 2000 satélites en total activos en órbita baja. La superficie del planeta es muy grande, la chance de que se choquen es muy bajita. Hay mejores prácticas y procesos para tratar a asegurarse que eso no pase.

¿Ya están esos organismos y esos ámbitos de coordinación?

-Sí. Cuando lanzas un satélite lo registras frente a la ONU, que lleva monitorea los objetos en el espacio extraterrestre. Entonces, cada satélite tiene su órbita y tiene sus frecuencias de comunicación asignadas. Eso te permite tener un mapa de eso.

Además, hay organismos internacionales que tienen radares que se encargan de ver lo que está sucediendo. Un satélite puede cambiar de órbita y no avisarle a nadie. Incluso algunos, cuando hay una probabilidad de colisión, te mandan un mail o te llaman.

«Hoy estamos operando unos 1500 o 2000 satélites en total activos en órbita baja. La superficie del planeta es muy grande, la chance de que se choquen es muy bajita. Hay mejores prácticas y procesos para tratar a asegurarse que eso no pase»

¿Dónde se fabrican estos satélites? ¿Con qué piezas?

-Nosotros diseñamos todos los satélites acá en Argentina. Tenemos un equipo mayormente Buenos Aires, también en Córdoba, que hace el diseño de todo lo que va en los satélites.

Luego, tenemos una red de proveedores en distintos lugares del mundo donde mandamos a fabricar cosas que están diseñados por nosotros.

Después llevamos todos estos componentes, estas partes que están hechas a medida de nuestras especificaciones, a una planta de integración que tenemos en Uruguay. Ahí integramos los subsistemas de los satélites.

Una vez que están integrados los mandamos hasta la base de lanzamiento que puede ser China, Rusia, o podría ser desde Estados Unidos. 

¿Hasta ahora en dónde se han realizado los lanzamientos de los satélites anteriores?

-Hasta ahora lanzamos de Rusia y China.

Tienen también sedes en Tel Aviv y en Barcelona

-Tenemos un equipo de desarrollo de software en Tel Aviv que hace todo el software de procesamiento a escala de las imágenes que bajamos en los satélites y de presentación. Después, tenemos un equipo de análisis de datos en Barcelona en donde están los científicos de datos que procesan estas imágenes satelitales con un algoritmo de inteligencia artificial y machine learning para derivar las soluciones que le entregamos a nuestros clientes. Además, tenemos un equipo de desarrollo de negocio en San Francisco, en California, y recientemente abrimos una oficina de desarrollo de negocios en Beijing.

¿Hay financiamiento disponible? ¿El hecho de ser una empresa global, pero con genes argentinos ayuda o no?

-El ecosistema de financiamiento en Argentina para este tipo de proyectos es pequeño. Sí es emergente, está mejor que hace unos años. La pendiente es la correcta.

Nosotros no tuvimos inconveniente en comenzar la compañía acá. Al principio tuvimos apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología junto con el Estado. Nos apoyaron inversores ángeles, familias y amigos para financiar los primeros desarrollos de la compañía. Después, cuando empezamos a requerir capital para empezar a montar una planta, lanzar varios satélites y crecer en cantidad de gente tuvimos que salir a buscar este financiamiento afuera de Argentina. Hoy [NdE: 2018] llevamos levantados algo más de 80 millones de dólares en la historia de la compañía y la mayor parte de este dinero vino de inversores que no son argentinos y no son inversores institucionales de acá. Hay realmente pocos fondos en la región que estén invirtiendo a ese nivel.

«El ecosistema de financiamiento en Argentina para este tipo de proyectos es pequeño. Sí es emergente, está mejor que hace unos años. La pendiente es la correcta»

Una empresa de tecnología necesita talento, ¿de dónde sale?

-Ahí tenemos realmente una ventaja competitiva que nosotros hemos podido aprovechar en Argentina. Hay muy buen talento.

Un proyecto como Satellogic, que es atractivo, te ayuda a reclutar ese talento. Es una ventaja para nosotros haber podido atraer el mejor talento disponible en el país y retenerlo.

Argentina tiene muy buen talento, tiene gente que piensa muy bien, que puede solucionar problemas difíciles y que puede trabajar en equipo.

El talento es escaso en términos absolutos, nunca vamos a hacer un país que vaya a competir con China o con India. Me parece que parte del desafío de la Argentina es demostrar que se puede competir a partir del valor agregado y de aprovechar el talento que tenemos para generar la mayor cantidad de valor posible por individuo.

Un hacker muy habilidoso entra en los sistemas de Satellogic, logra tomar control de los satélites y los tira a la Tierra, ¿es eso posible?

-Posible sí. Yo vengo del mundo de la seguridad informática, de hecho de adolescente yo era el hacker.

Es posible, sin duda. Nosotros tratamos de obviamente de hacérselo difícil, pero le puede pasar a cualquiera.  El trabajo es cuánto invertís para evitarlo. Lo peor que puede pasar, si tiran nuestros satélites a la Tierra, es que se generen un montón de fuegos artificiales porque los satélites se desintegran cuando reingresan a la atmósfera.

Por otro lado, nuestros satélites están diseñados para vivir un tiempo relativamente corto. Nosotros tenemos en el modelo de negocios de Satellogic incorporada la idea de que cada 3 o 5 años reemplazamos toda la flota de satélites. En ese sentido, el riesgo de perder algunos de estos satélites es menor en términos del impacto que puede tener para la compañía, pero sin duda trabajamos para que no nos pase.

-¿Cómo es el tema de la basura espacial?

-Está claro que hay un tema a futuro con la basura espacial porque las cosas que acumulamos en órbita, por la masa que tienen y por la velocidad a la que van, se pueden a veces mantener cientos de años o miles de años. Si uno va acumulando eso, después se hace más difícil salir al espacio y lo hace más riesgoso.

En el caso de Satellogic, los satélites que nosotros hacemos están diseñados para que una vez que completan su vida útil reingresen a la atmósfera y se desintegren de manera planeada para no dejar basura.

Es un tema que creo que se va a tener que regular. Es difícil porque implica poner de acuerdo a un montón de países. El último tratado sobre el espacio internacional que tenemos es el Tratado de la Luna que es del 79.

«Nosotros tenemos en el modelo de negocios de Satellogic incorporada la idea de que cada 3 o 5 años reemplazamos toda la flota de satélites»

Es curioso porque, en los últimos años, han habido muchos proyectos junto con la irrupción del sector privado

-Yo creo que la irrupción del sector privado va a hacer que haya un empuje para regular algunas cosas. Hace poco países como Estados Unidos y Luxemburgo empezaron a sacar legislación acerca del uso de recursos del espacio. Hasta ahora, había una especie de vacío legal acerca de a quién le pertenece un asteroide capturado para minarlo y sacar algo de ahí adentro. Hay algunos países que empezaron a decir que si las corporaciones hacen eso, les pertenece. No está claro cómo eso cierra con la regulación internacional.

¿Quién hace cumplir la ley?

-Hasta ahora está la ONU, pero sin dudas va a haber una discusión.

China tiene un programa bastante ambicioso para empezar a trabajar sobre la Luna. La Unión Europea acaba de presentar su plan de establecer colonias de investigación en la Luna. 

Gracias al empuje del sector privado y al descubrimiento de modelos negocios que funcionan desde el espacio, muchas de estas cosas se van a regular.

¿Países como la Argentina, tienen una oportunidad de posicionarse? ¿Es un tema sólo de las grandes potencias?

-Yo creo que hay una gran oportunidad para países como Argentina. En particular este país tiene una tradición aeroespacial muy rica con INVAP y CONAE. Nosotros somos sus herederos, hemos aprendido mucho de gente que ha hecho su primer camino en INVAP o en CONAE. Hay una riqueza de experiencia que nos separa del resto de los países de la región.

Me consta que hemos inspirado a una nueva generación y ahora empiezan a aparecer tres o cuatro empresas que están arrancando con proyectos muy ambiciosos. Argentina puede dar un salto y aprovechar esta confluencia de tecnologías que tenemos ahora para construir tecnología para el espacio.

«Hay una gran oportunidad para países como Argentina. En particular este país tiene una tradición aeroespacial muy rica con INVAP y CONAE. Nosotros somos sus herederos»

Hay un elemento para la soberanía que es la industria del lanzamiento, Argentina tiene un proyecto muy incipiente que es el de Tronador. ¿Cómo ves eso?

-Sin duda, el acceso y el costo por kilo de poner algo en el espacio son grandes limitantes para el desarrollo de la industria.

Creo que al haber una mayor cantidad de compañías privadas haciendo lanzadores, la tecnología de lanzamiento también se está democratizando. No es como hace diez años donde los únicos proveedores del lanzamiento eran las agencias espaciales.

Uno no necesita esperar que una agencia espacial desarrolle esa tecnología. Creo que vamos a empezar a ver el abaratamiento del costo de lanzar cosas al espacio en los próximos años. Hay ciertas tecnologías que estamos siguiendo de cerca que tienen una promesa de bajar el costo. Desde los años 50’ hasta ahora, ha habido una barrera de los 10 mil dólares por kilo en órbita que no se ha vulnerado.

Creo que los países tienen, cuando hacen inversiones desde el estado para el empuje de ciertas infraestructuras, una visión a largo plazo. Tratar de entender en dónde va a estar el mundo dentro de 10 o 15 años para construir infraestructura que nos permita llegar allí en buenas condiciones. Tronador se puede insertar en ese contexto, pero por ahí hay otras inversiones alrededor complementarias y distintas que se pueden hacer para aprovechar la ola que se viene.

¿Cómo te imaginás a Satellogic en 15 años?

Me gustaría pensar que en 15 años logramos estar monitoreando toda la Tierra en tiempo real, que tenemos un motor que nos permite entender lo que pasa sobre la superficie del planeta y que realmente hemos tenido un impacto en mejorar la producción y distribución de alimentos, la generación y distribución de energía, la gestión de recursos naturales en el mundo. Que vamos a poder mirar para atrás y decir que la plataforma que montó Satellogic nos ha permitido tener un planeta más sano, alimentar a las casi 9,000 millones de personas que vamos a ser y darles energía para que tengan un mejor estándar de vida. Nuestra ambición es hacer eso, mejorar esas condiciones para todo el mundo. Si podemos mirar para atrás, dentro de 15 años, y haber hecho eso vamos a estar muy contentos.

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