Frente al autor material del DNU 690, el vicepresidente del Enacom, Gustavo López; del flamante presidente de Arsat, Matías Tombolini; y del nuevo subsecretario de Telecomunicaciones y Conectividad, Mateo Gómez Ortega -quien luego levantó el guante y prometió «una revisión»-, el presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), Ariel Graizer, leyó un discurso durísimo sobre la situación actual del ecosistema digital en Argentina durante la inauguración del Internet Day 2022, el 16 de mayo pasado. Para los funcionarios, que luego tuvieron oportunidad de responder, los 15 minutos de Graizer parecieron una eternidad. El presidente del Enacom, Claudio Ambrosini, no estuvo presente por encontrarse de viaje a Miami, donde junto a su jefe de gabinete, Ariel Martínez, participó del Latin America & Caribbean Telecom & Media Forum del International Institute for Telecomminications (IIC).
“El DNU 690 ha puesto a todos los actores de esta industria en una situación de incertidumbre, indefiniciones y judicialización que a nadie le sirve, ampliando las asimetrías y generando un contexto nocivo que ya lleva dos años. Dos años que no se recuperan, dos años en los que nos alejamos aún más del objetivo de llevar la conectividad a todos los rincones de nuestro vasto territorio. Desde Cabase estamos convencidos de que como país no podemos darnos el lujo de seguir perdiendo oportunidades de subirnos al tren de la economía digital”, dijo Graizer en uno de los tantos pasajes a los que se refirió al decreto de agosto de 2020 que puso en suspenso a la industria de las telecomunicaciones e Internet en Argentina.
“Estamos en un punto muerto como país y como industria”, “el DNU ha sido una errada decisión regulatoria”, “puso a la industria en un impasse”, “no sólo no resolvió los problemas sino que los agravó y aumentó brecha [digital]”, “con este esquema no hay manera de planificar inversiones”, “lo hemos expresado especialmente al Enacom [porque] esta cámara no tiene doble discurso”. Graizer lo dijo, con amabilidad pero con firmeza, en todos los idiomas posibles durante la inauguración del Cabase Internet Day, que tras los dos años virtuales de la pandemia, se realizó presencialmente en el Goldencenter de Parque Norte. Es curioso que muy pocas crónicas especializadas hayan traducido esa claridad en títulos que le hagan justicia (aunque siempre hay excepciones, claro).
Las palabras de Graizer expresaron la frustración de una buena parte de la industria por los escasos avances en el diálogo abierto con las nuevas autoridades (salvo Ambrosini y López, los demás interlocutores actuales son nuevos, desde el vicejefe de gabinete, Jorge Neme, a su nuevo subsecretario Gómez Ortega). Los tres principales operadores han evitado últimamente referencias al asunto, que las afecta de igual modo, tras avanzar en la asignación directa de espectro para 4G que les permitirá optimizar inversiones en un contexto macroeconómico cada vez más difícil.
Para sostener sus argumentos, el presidente de Cabase dio números: “El ARPU [ingreso promedio por usuario] de un servicio triple play es menor a 30 dólares en Argentina. En Brasil es de US$ 60; Chile, US$ 65; Colombia, US$ 80 y Estados Unidos, de US$ 120. […] Los precios de los insumos y de los equipos necesarios para que todas las redes funcionen cuestan lo mismo en todo el mundo y ese costo es el 80% del desarrollo de nuevas redes”. El directivo también afirmó que la respuesta que dio la industria a la mayor exigencia de conectividad derivada de la cuarentena obligatoria, con un aumento del tráfico del 45%, consumió el margen de crecimiento que la infraestructura tenía para los próximos años. “Las inversiones se planifican a cinco años”, insistió un par de veces y subrayó que “el flujo de inversión, mantenimiento y upgrade de las redes se cortó en agosto de 2020 y sigue sin recomponerse; y la tasa de crecimiento resulta demasiado baja pensando en el objetivo de la universalización del acceso”. Según datos de Enacom la penetración de Internet está en el 72% lo que representa poco más de 10 millones de conexiones totales (en su respuesta a Graizer, López retomaría luego estas cifras).
“Aún más grave es cómo está evolucionando el upgrade. La participación de fibra óptica no llega el 17% del total de las conexiones. En Uruguay es del 80%; Brasil, 62%; y Chile, 56 %. Es ese el espejo más crudo que muestra la realidad de cómo estamos hoy”, detalló.
El presidente de Cabase se reservó dos cartuchos para otros dos temas que preocupan, uno a todo el sector (la competencia de las plataformas) y el otro en especial a las pymes (el fantasma de la Arsat minorista). “El rol de Arsat debe ser exclusivamente mayorista, sin competir con el sector privado. Y también las Sapem provinciales. Estamos viendo que las Sapem salen del mercado mayorista y empiezan a competir con pymes, y encima con redes construidas con recursos del fondo universal, es decir, financiadas por sus competidores privados”, advirtió. “Nuevos actores, las majors del entretenimiento, han cambiado el modelo de negocio y ahora van directamente al consumidor final pasando por alto a sus viejos socios y distribuidores pero usando nuestras redes sin pagar por ello. Eso está generando un gran debate en todo el mundo”, completó. Casi el mismo tiempo, ese tema era uno de los más conversados en el fórum de Miami (donde las telco levantaron nuevamente la voz, por las asimetrías regulatorias respecto de las plataformas).
La respuesta del gobierno
Visto que el horno no estaba para bollos, los funcionarios presentes en el acto inaugural del Cabase Internet Day intentaron ser componedores. El último en hablar, el más breve y también el más directo fue el nuevo subsecretario de Telecomunicaciones y Conectividad, Mateo Gómez Ortega, que responde al vicejefe de gabinete manzurista, Jorge Neme.
Gómez Ortega -que ocupa hoy el lugar que dejó Martín Olmos- cambió su discurso en función de lo escuchado y dio la impresión de tener idea de lo que estaba diciendo. “Nuestro compromiso es escuchar y articular con todos ustedes porque hay un conjunto de problemas que aquejan a todos los integrantes de esta industria”, comenzó y a continuación se permitió una humorada política. “Internet se ha convertido de golpe en un agente logístico [para distribución de recursos a costos marginales crecientemente despreciables]. Vamos a tratar de que [Hugo] Moyano no me escuche demasiado”, dijo en lo que pareció una broma pero no pareció causar gracia.
“La idea es conformar mesas sectoriales que nos reúnan en torno a los problemas para sentarnos entre todos a pensar cómo resolverlos. Y creo que en este caso implica pensar modelos de negocios que no pasen por cercenar el derecho de acceso universal ni la neutralidad de la red pero a partir de ahí es abrir la imaginación», afirmó y enumeró acciones de mediano y largo plazo que se harán con universidades y municipios.
«No quiero escaparle al tema del DNU 690, claramente esto requiere una revisión. Jorge Neme ya lo ha planteado, se ha juntado con buena parte de los actores. Ahí tenemos que trabajar de los dos lados porque hay que desjudicializarlo. Entre todas las partes tenemos que desanudar esa situación que no es feliz y que entendemos que hay que revertir», prometió.
Antes de eso, el massista Matías Tombolini había divagado un rato sobre desconexiones, pandemias, ferrocarriles, zooms y otras fantasías hasta sorprender (o no) al auditorio: “Vengo de ser vicepresidente del Banco Nación, no soy una persona de las telecomunicaciones y estoy aprendiendo”, reconoció. Tal vez por eso se mostró obnubilado por su reciente visita a la sede de Invap, donde se está construyendo el Arsat SG1 (ahí ya metió la pata al decir que ese aparato “reemplaza al Arsat 3 discontunidado en la gestión anterior”). Alguien tendría que educar a Tombolini respecto de que el SG1 es el Arsat 3 y que la modernización de la tecnología se decidió durante la gestión anterior también por recomendación de “los científicos y las científicas” del Invap. La sorpresa del presiente de Arsat por lo que vio en Bariloche me hizo acordar a la sorpresa del ex ministro de Comunicaciones Oscar Aguad por las maravillas de Internet que vio en el congreso mundial de móviles de Barcelona.
Tombolini, que reemplazó en el cargo a Pablo Tognetti, directivo de Invap, enumeró lo que está haciendo la telco estatal: extendiendo la red federal de fibra óptica (Refefo), un upgrade para aumentar su capacidad, construyendo el SG1 -que dará internet de banda ancha satelital-, instrumentando modelos de negocios de IoT, y gestionando la TV digital. Y respondió la alusión directa de Graizer: “No estamos yendo al hogar, no creemos que Arsat tenga que hacer fibra al hogar”.
El discurso del vicepresidente de Enacom, Gustavo López, podría resumirse en “Ah, pero la pandemia”. Afirmó que el esquema del DNU 690 se dio en el contexto de pandemia (dándole la razón a Enrique Carrier, que afirma que se hizo permanente una regulación para la emergencia) y que “siempre el Estado tiene la posibilidad de revisar todas las normas”, lo que fue recibido con atención pero sin entusiasmo por el auditorio.
“[El DNU] tuvo un fundamento muy fuerte en el momento de la pandemia, cuando el país tuvo una caída del 10 puntos del PBI y el Estado tuvo que sostener la actividad económica. En ese marco agosto de 2020, hubo un anuncio de un aumento desmesurado en la situación pandémica y se tomó esa decisión, pero estamos siempre abiertos al diálogo para hacer las modificaciones siempre que se generen condiciones de igualdad”.
López revoleó nuevamente las cifras (medias verdades) que lleva en la billetera para argumentar que ahora se está mejor que en 2019. Algo así como hechos alternativos. “Tenemos una lectura distinta de Cabase sobre los mismos datos. Es como esta copa que se puede ver medio llena o medio vacía. En el 4to trimestre de 2019 la cantidad de hogares con acceso a internet era de 63%, ahora es de 71%. En el medio tuvimos la pandemia y a pesar de eso, tenemos 1,3 millones de hogares conectados más. La fibra óptica, que es una deuda que no tiene nada que ver el 690; en 2019 era el 13% ahora estamos en el 18%. En los dos años que transcurrimos aumentó 5% la capacidad de fibra”, detalló sin que nadie le retrucara (tal vez no era el momento). Durante el gobierno anterior, la fibra óptica era inexistente y recién hacia la mitad de la administración Macri se pusieron en marcha instrumentos que permitieron un rápido crecimiento desde cero, esa inercia fue la que encontró el presidente Alberto Fernández, que interrumpió el crecimiento justamente con el 690. En cuanto al crecimiento de los accesos, la pandemia no fue un ralentizante sino un acelerador en todo el mundo.
Es justo decir que el despliegue de fibra podría reactivarse (como la seguidilla de espectáculos en vivo de artistas internacionales que llegan sin cesar a Buenos Aires): si el gobierno facilita los dólares (oficiales), las empresas podrían retomar el ritmo de despliegue de fibra, que es la tabla de salvación ante la caída que empiezan a mostrar otros servicios, como la vaca lechera de la TV paga. Por ahora, los números muestran otra cosa (fuente Carrier & Asoc).
López dio un detallado informe del reparto del dinero del Fondo de Servicio Universal que está haciendo la actual administración. “Cuando llegamos en diciembre de 2019 decidimos reformular los programas de adelantos no reembolsables [sic], y ya tenemos una veintena de programas. Hemos aprobado proyectos de conectividad por 11.690 millones de pesos, el 35% de esos fondos ya fueron ejecutados”, contó. Dijo que uno de los más importantes es el de barrios populares ($ 2944 millones, para 486 barrios populares donde viven 837.000 personas) y contó que a Tierra del Fuego (cuyo gobernador fue parte del armado político del propio López) recibió 400 millones de pesos para iluminar la red provincial de 357 km. Unos 4100 millones de pesos irán para upgrade de la Refefo; $ 2120 millones irán a conectar localidades de 40.000 habitantes; $ 448 millones irán a zonas adversas del delta del Paraná, San Fernando (donde gobierna el massimo) y Zárate (cuya cooperativa eléctrica, el beneficiario, es gerenciada por un dirigente del kirchnerismo). Los números son de López, las aclaraciones sobre los beneficiarios son agregados.
La cumbre de la Amcham
En la Amcham Summit 2022, que se realizó en el Alvear Icon de Puerto Madero, el 10 de mayo, hubo también referencias al mundo telco tech (aunque el corazón del evento fue la tragedia macroeconómica y en lo informativo estuvo dominado por la hípercoyuntura). En varios paneles productivos hubo reclamos del agro y la economía del conocimiento por un mejor acceso a la conectividad en disponibilidad y calidad. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, dijo que las comunicaciones móviles son cada vez peores por la falta de previsión del sector (no quedó claro si quiso ayudar a las empresas o hundirlas).
Por la tarde, en un panel sobre transformación de los negocios, expusieron Roberto Nobile, CEO de Telecom Argentina; Darío Turovelsky, director general de Paramount Hub Latam Sur; Fernando López Iervasi, gerente general de Microsoft Argentina; y Lorena Zicker, gerente regional del sector público de AWS Cono Sur.
Nobile destacó que la pandemia fue un catalizador y aceleración de los cambios en Telecom que llegó justo cuando apenas había avanzado la fusión y destacó los planes para atraer y retener talento digital. Señaló que en los últimos cinco años la empresa invirtió en total US$ 5000 millones y pidió seguridad jurídica. «Uno mira el 5G y ve que se necesita licitar espectro, lo cual requiere un contexto macro y jurídico que garantice seguridad. Brasil nos va a sacar entre dos y tres años, ya licitó espectro y va con un despliegue muy agresivo y rápido. Tienen claro que detrás del despliegue de 5G hay por lo menos dos puntos de crecimiento del PBI», advirtió. Y, en línea con lo dicho días después en el Internet Day de Cabase (cámara que Telecom también integra), repasó: «Un hogar en EE.UU. paga entre 250 y 300 dólares de conexión total. Acá estamos en 40 dólares oficiales. La tecnología es la misma pero aquí incluso es más cara por la logística, los derechos aduaneros y todo. Necesitamos tener unas condiciones macro distintas».
Turovelsky, de Paramount Hub, pidió «estímulos o incentivos como los que tienen Uruguay y Colombia, donde se pueden compensar gastos. Esto se viene trabajando localmente pero no hay una ley que lo impulse y falta ese estímulo para la industria de contenidos.
López Iervasi contó que Microsoft firmó un acuerdo con el Ministerio de Seguridad de la Nación «para entrenar en temática de ciberdelito a todas las fuerzas de seguridad, unas 170.000 personas». Y dio algunas cifras. «En 2021 en el mundo hubo pérdidas por US$ 6000 millones debido al ciberdelito, y en 2025 podrían llegar a US$ 10.000 millones. La ciberseguridad es un tema muy importante». También destacó que se está registrando un cambio de paradigma en la adopción de tecnología. «Como no hay suficientes desarrolladores estamos yendo hacia un modelo de soluciones de no código o de código bajo para que cualquier persona pueda desarrollar su tecnología», explicó.
Zicker, de Amazon Web Services, destacó que para contribuir a formar talento digital la empresa se propuso entrenar 29 millones de personas en todo el mundo hasta 2025 en habilidades en la nube y que ya se llevan capacitando 800.000 personas en América Latina.
El forum del IIC en Miami
El miércoles 18 de mayo, el presidente del Enacom, Claudio Ambrosini, participó del Foro Regional de Reguladores (RRF) que formó parte del Latin America & Caribbean Telecom & Media Forum organizado por el IIC, que se completó el jueves 19. Allí se habló sobre todo de metaverso.
El forum de IIC es un encuentro de conversación sin multitudes, que no se transmite on line y es muy convocante para los actores públicos y privados de la industria así como los consultores y organizaciones multilaterales.
A este encuentro también asistieron el gerente de Asuntos Regulatorios de Telecom Argentina, Hernán Verdaguer; el de Vrio DirecTV (Grupo Werthein), el chileno Gianpaolo Peirano; de WarnerMedia Discovery, Facundo Recondo; y de Cisco, Gonzalo Valverde. También estuvieron Heber Martínez, ex directivo de Telefónica-Telefé y ex director del Enacom, que ahora vive en EE.UU; y Ángel Melguizo, que tras su paso por DirecTV con asiento en Buenos Aires, vive ahora en Colombia.
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