La industria audiovisual ha emergido como un motor económico clave en América Latina en los últimos años. Su crecimiento continuo y su potencial para impulsar la economía regional son innegables. Los gobiernos reconocen cada vez más su importancia, y están tomando medidas para fomentar su desarrollo.
En efecto, los datos recabados en una investigación recientemente publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo y Netflix, muestran cómo la industria audiovisual está contribuyendo al crecimiento económico en la región y cómo las políticas y alianzas pueden fortalecer aún más esta contribución. A continuación, algunos de los principales hallazgos del estudio:
El crecimiento de la industria audiovisual en América Latina
La industria audiovisual es un componente fundamental del mercado global del cine y el entretenimiento, que se prevé que alcance alrededor de US$170.000 millones en 2030, con un crecimiento anual del 7,2% entre 2022 y 2030. Argentina, Brasil y México tienen la industria audiovisual más grande de la región. Los ingresos del sector en estos tres países fueron de aproximadamente US$20.000 millones en 2021, de los cuales US$3000 millones procedieron del cine. En los últimos años, se produjo un crecimiento en los países latinoamericanos con industrias audiovisuales emergentes, como Colombia. Entre 2009 y 2019, los ingresos de la industria audiovisual en Colombia han aumentado un 15% y alcanzaron los US$2.300 millones en 2021.
Con la demanda global de contenidos en constante aumento, las empresas de video bajo demanda (VoD) han experimentado un crecimiento rápido en la región. Esto ha llevado a una mayor producción de contenidos locales de alta calidad, lo que a su vez ha impulsado las industrias de animación y efectos visuales (VFX) en la región. Se vislumbra la posibilidad de que Latinoamérica se convierta en un importante exportador de contenido audiovisual en los próximos años.
El impacto económico de la industria audiovisual
La industria audiovisual no solo genera ingresos directos, sino que también tiene un impacto económico más amplio. El gasto en esta industria impulsa la demanda de bienes y servicios de proveedores secundarios, lo que se conoce como «impacto indirecto». Por ejemplo, la producción cinematográfica requiere vestuario, lo que a su vez impulsa la fabricación de materias primas y procesos relacionados. Además, el aumento de la actividad económica en estas industrias se traduce en salarios más altos para los empleados, lo que a su vez aumenta el gasto local en otros sectores, conocido como «impacto inducido». Por lo tanto, la industria audiovisual contribuye significativamente al crecimiento económico al estimular la producción de bienes y servicios en la economía local.
Los gobiernos y los actores de la industria pueden medir el impacto económico del sector mediante multiplicadores. Estos multiplicadores, calculados para Argentina, Brasil, Colombia y México en el reciente estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo y Netflix, indican que por cada $10 gastados en la industria audiovisual, se generan entre $6 y $9 adicionales en la cadena de suministro. Además, por cada 100 personas empleadas en la industria, se contratan de 50 a 70 más en otros sectores económicos.
Políticas para impulsar el crecimiento de la industria audiovisual
Para aprovechar al máximo el potencial de la industria audiovisual en Latinoamérica, se requieren políticas públicas. Algunas medidas clave incluyen:
- Ampliación de la infraestructura: Inversión en espacios para estudios y colaboraciones público-privadas para superar limitaciones en la capacidad de producción.
- Incentivos a la producción: Ofrecer créditos y bonificaciones para atraer productoras internacionales y fomentar la colaboración con empresas locales.
- Programas de capacitación: Desarrollar competencias técnicas y promover la diversidad en la industria, incluyendo programas para grupos subrepresentados y jóvenes.
- Combate a la piratería: Colaboración entre la industria y el gobierno para reducir la piratería de contenido digital, lo que puede representar pérdidas significativas.
La industria audiovisual está en auge en Latinoamérica, impulsada por la demanda global de contenidos y la expansión de los servicios de VoD. Su impacto económico no se limita a los ingresos directos, sino que se extiende a través de la cadena de suministro y la creación de empleo en otros sectores. Para aprovechar este potencial, los gobiernos y la industria deben colaborar en la implementación de políticas que fomenten la inversión, la formación de talento y la lucha contra la piratería. El futuro de la industria audiovisual en Latinoamérica se presenta prometedor, con la posibilidad de convertirse en un importante motor de crecimiento económico en la región.
La autora es Líder en Innovación y Creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
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