El presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Carlos Pirovano, anunció la derogación de decenas de aranceles que gravaban distintas actividades del sector cinematográfico y burocratizaban la actividad. En 2024, esos aranceles le representaron al organismo ingresos por unos 600 millones de pesos.
Así lo confirmó a Convercom.info el propio Pirovano, que explicó que el organismo se seguirá financiando con dos fuentes principales: el impuesto del 10% a las entradas a las salas, originado en la ley del cine, y el 25% de lo que la televisión y la radio abiertas pagan al Enacom en concepto de gravamen, según estableció la ley de medios.
“Derogamos cantidades de aranceles que había por declaraciones juradas, por anotarse en registros y otros engendros. Había un arancel de la época de [Liliana] Mazure por superar las 15 pantallas de exhibición, que era progresivo y se encarecía cuantas más pantallas sumaba la película. Ese era el principal, pero al revisarlos decidimos derogar todo lo demás porque no tenía ningún sentido«, explicó el funcionario.
«Aquel arancel [de la presidenta de entonces Liliana Mazure] le cobraba principalmente a las distribuidoras internacionales, se hacía exponencial y significaba mucho dinero al superar las 40 pantallas. Por culpa de ese arancel muchas películas no llegan hoy al interior dado que, si va a tener que pagar por pantalla, el distribuidor preferirá sumar en sus principales plazas. Eso era ridículo y se derogó”, detalló Pirovano.
«El resultado [de la resolución de Mazure] fue devastador: al imponer un impuesto que crecía con el número de salas, los productores encontraron que ya no era rentable pasar cine en salas pequeñas del interior. Así, en 2024, de los 800 títulos estrenados en AMBA, sólo 200 llegaron a las provincias más pequeñas», explicó el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, al explicar la medida de Pirovano.
Consultado sobre el balance del primer tramo de la gestión, el presidente del Incaa lo describió como el período de “nivelar el avión, que venía en picada”. Y agregó: “Lo que hicimos fue ordenar las cuentas, el Incaa tenía un déficit estructural de dos millones de dólares anuales. En este momento tenemos un superávit de 4 millones de dólares que, por supuesto, es como un buffer de seguridad. Cuando asumimos, el 65% de los recursos se destinaban a salarios y edificios y hoy estamos en el 25%. Pasamos de 730 empleados a 327 hoy y la idea es llegar a 250 en mayo”.
De manera deliberada, Pirovano aplica una regla para comparar cómo estaba el cine cuando el kirchnerismo llegó al poder, y como lo dejó dos décadas después cuando lo dejó -tras el interregno de Mauricio Macri-: “En el 2003 el share de películas nacionales en los cines era el 20% y en el 2024 fue el 2,19%”, sintetizó.


Los últimos aranceles vigentes publicados en el sitio fiscalizacion.incaa.gob.ar
La administración Milei ya realizó varias modificaciones en el sistema de fomento de la producción audiovisual nacional a través de la reglamentación del decreto ley y mediante resoluciones del instituto. Sin embargo, originadas durante el gobierno de Alberto y Cristina Fernández, aún quedan para estrenarse unas 400 películas en distintas instancias del proceso de producción. “El problema que tenemos es que, en general, son películas que la gente no ve. Acá no es una cuestión de hacer películas, acá hay que hacer cine que la gente vea. Si vos das subsidios básicos por 70 millones, como tengo un caso ahora a la firma, a una película que tiene 1000 espectadores, estás subsidiando cada entrada con 70.000 pesos”, dijo Pirovano.
A ese proceso que viene del gobierno anterior y de la historia del Incaa, y que durará todavía varios meses, el presidente del Instituto lo llama “la vieja ruta”. ¿Cuándo arranca la nueva? “La nueva ruta parte de dos premisas. Primero, para recibir subsidio tenés que tener audiencia Y segundo, no hay más anticipos de subsidios. La película la tiene que hacer el productor, que ahora tiene riesgo empresario lo que hará que sea el primero en pensar en producir una película para tener espectadores. Si quieren financiamiento se lo damos, pero si no tiene espectadores no va a tener subsidios. En esta nueva ruta el trámite se inicia con la presentación con la copia masterizada. Si se exhibe, el subsidio es un porcentaje de la taquilla, y si es cero taquilla tiene cero subsidio”, describió.
Por otro lado, para acceder al subsidio a la exhibición a los medios electrónicos se tiene que acreditar una audiencia en plataformas de 10.000 espectadores al menos.
Convercom.info consultó a Pirovano sobre los créditos -principal formato de financiamiento previsto originalmente por el decreto ley de cine-. “Los créditos ya están corriendo y son de dos tipos. Por un lado, hay un microcrédito que el Incaa da de manera directa y que sustituye los anticipos de subsidios existentes hasta ahora. Son de hasta 50.000 dólares por proyecto y productor, a cinco años con tres de gracia, a tasa fija de plazo fijo de Banco Nación o a tasa Badlar en caso de que se quiera tasa variable, o eventualmente, a la tasa de un plazo fijo en dólares si se lo quiere en dólares. Por otro lado, si el productor quiere más de 50.000 dólares tenemos un convenio con SGR Garantizar para el que consiga una garantía que le permita acceder al sistema financiero. En ese caso, el Incaa paga el fee de la garantía, que suele ser el 2,5% del crédito. Es decir, lo que hace el instituto es permitirle al realizador ser sujeto de crédito”, explicó el funcionario, que durante la administración Macri fue director de la sociedad de garantías recíprocas Garantizar, del grupo Banco Nación, y ya había desarrollado un esquema similar cuando Ralph Haiek presidía el Incaa.
En cuanto al futuro de CineAr, el canal de cable y la plataforma digital del Incaa, Pirovano anticipó que se prevé que pasen al ámbito de los medios estatales operados por la empresa Contenidos Públicos (que ya tiene a cargo Paka Paka y Encuentro, entre otras señales). Esa transferencia se haría por decreto presidencial en las próximas semanas. Contenidos Públicos, que se encuentra actualmente intervenida, está en proceso de transformación de sociedad del Estado a sociedad anónima, al igual que otras empresas gubernamentales.
Respecto de los Espacios Incaa, el funcionario explicó que lo único que actualmente hace el Incaa es brindar el servicio técnico y proveer de la programación de films mientras que toda la responsabilidad y el riesgo de la operación está a cargo de privados o terceros responsables.
Sí sigue en manos del Incaa el cine Gaumont, cuyo funcionamiento fue redefinido. “Hemos establecido que la entrada es equivalente al 50% del ticket promedio de los cines, con lo cual hemos quintuplicado su ingreso. La cantidad de gente que va a la sala sigue siendo la misma pero antes cobrábamos $ 400 y ahora $ 2600. En 2024, el cine Gaumont recaudó cerca de 400 millones de pesos. Además, tenemos un plan para aggiornar y habilitar los microcines de la Enerc [Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica] y de la sede central de Lima y concentrar allí la proyección de películas de exploración y documentales”, detalló.
El 3/2/25 se agregó el comentario del ministro Sturzenegger y se corrigió el nombre de Mazure, funcionaria responsable de la resolución sobre pantallas derogada
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