El 27 de noviembre de 2019, Telefónica SA -matriz de Movistar- anunció su decisión de desprenderse de sus operaciones en Hispanoamérica para concentrarse en los mercados definidos como estratégicos: España, Reino Unido, Alemania y Brasil. Desde entonces, lentamente durante la gestión de José María Álvarez-Pallete y a toda velocidad con su sucesor, Marc Murtra, la empresa viene concretando un proceso escalonado de desinversión en sus filiales de América Latina.
Cuando sólo quedan sin concretarse las ventas de Chile y México (también Venezuela, pero es un caso especial), se quedó con las operaciones de Telefónica en América Central (Panamá, Nicaragua y Costa Rica), Colombia, Uruguay y Ecuador. En resumen, pasó de operar en siete países latinoamericanos a tener presencia en once, con una base combinada de 50 millones de clientes. Ganó escala, sinergias e infraestructura en mercados medianos y grandes, ganó escala frente a grandes competidores como América Móvil (Claro) y Liberty Latin América (que se quedó con Costa Rica y es candidata en Chile) y se posicionó como un gran jugador.
Millicom (que opera en la región con la marca Tigo) tiene como principal accionista al empresario francés Xavier Niel, a través de su fondo personal NJJ Holding, desde el cual también controla Monaco Telecom, Salt (Suiza), Eir (Irlanda), es co?propietario del diario Le?Monde y de la incubadora de startups Station?F.
Telefónica de España había desembarcado en América Latina a principios de los años 90, en el contexto de los procesos de privatización de empresas estatales de telecomunicaciones impulsados por gobiernos en la región, especialmente en Argentina, Chile, Perú y Brasil. Este ingreso fue parte de una estrategia de internacionalización para compensar la saturación del mercado español y aprovechar el potencial de crecimiento en países con baja penetración telefónica.
A mediados de junio de 2025, la empresa española sólo mantiene su presencia en cuatro de los 14 mercados en los que llegó a operar: Brasil, donde prevé seguir; Chile, que podría ser la próxima venta; México, donde redujo mucho su presencia; y Venezuela, de donde difícilmente pueda retirarse mientras se mantenga el régimen de gobierno vigente.
A continuación se explica cronológicamente la salida de Telefónica de diversos países latinoamericanos, donde transfirió sus operaciones a Millicom y otros jugadores locales:
| PAÍS | INGRESO | SALIDA |
| Chile | 1990: adquirió la participación mayoritaria de CTC (Compañía de Teléfonos de Chile). Fue su primer desembarco importante en la región. | En venta |
| Argentina | 1990-1991: Integró el consorcio que adquirió la ex Entel en la región sur del país (Buenos Aires y Patagonia), en el marco de su división en dos zonas de explotación. Fundó Telefónica de Argentina. | 2025: vende su operación a Telecom Argentina, operador controlado por Cablevisión Holdings/Grupo Clarín y el inversor David Martínez, por €1190 millones |
| Perú | 1994: Ganó la licitación para privatizar la Compañía Peruana de Teléfonos y Entel Perú, consolidando su presencia como operador único y formando Telefónica del Perú. | 2025: vende su operación en Perú mediante la transferencia de su filial local al Grupo Integra Tec, del ex político peronista y empresario José Luis Manzano, por €900.000 (y la deuda, de €1240 millones) |
| Brasil | 1996-1998: Entró en el mercado brasileño adquiriendo participación en varias empresas regionales durante el proceso de privatización del sistema Telebrás. En 1998 ganó el control de Telesp (São Paulo), que más tarde se convertiría en Vivo tras la fusión con Portugal Telecom. | No se vende, es considerado un mercado estratégico, donde la empresa está reforzando sus inversiones. A finales de 2020 participó junto a Claro y TIM en la compra de la operadora móvil Oi, lo que le costó alrededor de €920 millones por 10,5 millones de clientes adicionales, espectro y torres. |
| El Salvador | 1998: Inició operaciones como Movistar Centroamérica. | 2021: vende la operación a un consorcio de inversores locales, General International Telecom, respaldado por Grupo Atlántida, por €125 millones |
| Guatemala | 1998: Inicia operaciones como Movistar Centroamérica | 2019: vende la operación al grupo América Móvil Claro por €293 millones |
| México | 2001: Compra Pegaso PCS, un operador móvil con presencia limitada en algunas regiones del país | 2019: anunció una reestructuración profunda sin vender completamente la operación. Devolvió espectro radioeléctrico al Estado para reducir costos operativos; firmó un acuerdo mayorista con AT&T México para utilizar su red a nivel nacional, en lugar de seguir invirtiendo en red propia; vendió su infraestructura de torres a American Tower |
| Venezuela | 2004: Compra de los activos de BellSouth (Telcel Venezuela), relanzados como Movistar Venezuela . | Impedida de salir de ese mercado por motivos económicos, legales y geopolíticos que dificultan cualquier operación de venta viable |
| Colombia | 2006: Adquiere el 50% más una acción de la estatal Colombia Telecomunicaciones y se convierte en el principal operador telefónico del país. | 2025: vende la totalidad de su participación (67,5%) en Colombia Telecom a Millicom por €368 millones |
| Uruguay | 2005: Compra Movicom y BellSouth, lanza Movistar Uruguay. | 2025: vende la operación Millicom por €389 millones. |
| Ecuador | 2004: Compra BellSouth Ecuador, inicia operaciones como Movistar. | 2025: vende la operación a Millicom por €330 millones |
| Nicaragua | 2004: Compra BellSouth Nicaragua, inicia operaciones como Movistar | 2019: vende la operación a Millicom por €390 millones |
| Panamá | 2004: Compra BellSouth Panamá, inicia operaciones como Movistar | 2019: vende la operación a Millicom por €573 millones |
| Costa Rica | 2004: Compra BellSouth Costa Rica, inicia operaciones como Movistar | 2019: vende la operación a Liberty Latin America por €425 millones |
América Central
El proceso de desinversión de Telefónica en América Latina comenzó en América Central en 2019 y tuvo varios momentos. La empresa había desembarcado en varios países mediante la compra de la operación de Bell South en 2004.
En enero de 2019, Telefónica anunció la venta de sus filiales en Guatemala y El Salvador al grupo América Móvil-Claro del mexicano Carlos Slim por un valor conjunto de 570 millones de euros. La venta de Guatemala (€293 millones) se concretó ese mes, pero la de El Salvador (€ 277 millones) no prosperó entonces por trabas regulatorias locales.
En febrero de 2019, la empresa acordó la venta de sus operaciones en Nicaragua y Panamá (y originalmente Costa Rica) a Millicom-Tigo por aproximadamente €1450 millones. Finalmente, Millicom completó la compra de Nicaragua (€390 millones) y Panamá (€573 millones) en 2019, pero desistió de Costa Rica por retrasos regulatorios. Telefónica logró más tarde vender Costa Rica en julio de 2020 a Liberty Latin America por unos €425 millones.
La venta de la filial en El Salvador, originalmente pretendida por América Móvil-Claro, se resolvió finalmente en octubre de 2021 y quedó en manos de un consorcio de inversores locales, General International Telecom (GIT), respaldado por Grupo Atlántida/Banco Atlántida, por €125 millones. Con esta transacción, Telefónica completó el plan anunciado en 2019 de salir de América Central, reduciendo su exposición regional y recortando deuda.
La salida de la compañía de América Central estuvo influida no sólo por razones financieras y estratégicas, sino también por graves problemas de seguridad que afectaron directamente a sus operaciones y empleados. Un caso emblemático ocurrió en noviembre de 2017 en Guatemala, cuando al menos cuatro trabajadores de Movistar fueron asesinados en ataques coordinados atribuidos a pandillas que extorsionaban a la empresa.
Esos ataques llevaron al cierre temporal de todas las oficinas en Guatemala y la implementación de medidas de seguridad adicionales para proteger al personal. En audios difundidos en redes sociales, los extorsionadores exigían pagos iniciales de 100.000 quetzales (aproximadamente 13.600 dólares) y cuotas semanales por cada unidad operativa, amenazando con continuar la violencia si no se cumplían sus demandas.
En noviembre de 2019, Telefónica SA anunció una reorganización global en la que definió cinco unidades principales: España, Alemania, Reino Unido, Brasil e Hispanoamérica. Esta última -que comenzó a funcionar en 2021- tuvo como mandato buscar desinversiones selectivas, fusiones o alianzas para optimizar su valor. No obstante, la falta de interesados a buen precio y las complejidades regulatorias hicieron que la salida se ejecutara país por país de forma escalonada.
Durante estos años Telefónica sí avanzó en desinversiones de infraestructura para reducir deuda –por ejemplo, vendió su filial de torres Telxius a American Tower en 2021 (con más de 7000 sitios en Brasil, Chile, Perú y Argentina), e inició joint ventures de fibra óptica en América Latina (Chile y Colombia) con el fondo KKR, replicando un modelo de escisión de red aplicado también en Europa.
Argentina
En 2025 Telefónica aceleró su retirada del resto de América Latina. En febrero de 2025 cerró la venta de Telefónica Argentina (Movistar Argentina) a Telecom Argentina, operador controlado por Cablevisión Holdings/Grupo Clarín y el inversor mexicano David Martínez, por € 1190 millones, unos USD 1245 millones. Dicha operación supuso la primera gran desinversión de esta nueva fase y la de mayor valor hasta la fecha, dada la importante cuota de mercado (32%) de Movistar en Argentina.
La operación, cuestionada desde el discurso por el presidente Javier Milei, está pendiente de la aprobación de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), en lo referente a la composición del mercado, y del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), en lo relativo a los topes de espectro vigentes en el país. Además, se abrió un frente judicial en el que la empresa logró una primera gran victoria.
Colombia
En marzo de 2025, Telefónica vendió la totalidad de su participación (67,5%) en Colombia al grupo Millicom Tigo por € 368 millones. La operación también incluyó una oferta para comprar el 32,5?% restante, en manos del Estado colombiano y otros accionistas, con miras a consolidar el control total de la empresa.
La transacción se presentó ante la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia a finales de 2024 y se cerró formalmente en marzo de 2025, aunque quedó sujeta a la aprobación regulatoria, así como acuerdos adicionales con entidades públicas como el Ministerio de Hacienda y Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Para Millicom, la compra fortalece su presencia en Colombia al combinar Movistar con Tigo UNE, creando un competidor de mayor escala frente a Claro, con una participación conjunta de mercado estimada en alrededor del 43%. La Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) expresó preocupaciones sobre la competencia en mayo de 2025, señalando que la fusión de Coltel con Tigo UNE podría crear un duopolio con Claro, controlando cerca del 90% del mercado móvil -similar a lo que ocurriría en Argentina tras la compra de Telefónica por parte de Telecom-. La decisión final recae en la SIC, que aún evalúa el impacto en la competencia.
Perú
En abril de 2025, le siguió la salida de Perú mediante la transferencia de su filial local a Integra Tec International, liderada por Integra Capital del ex político peronista y empresario José Luis Manzano, por apenas 3,7 millones de soles (alrededor de €900.000 o un millón de dólares), una cifra simbólica que refleja las pérdidas acumuladas de la operación peruana, cuya deuda consolidada llega a los €1240 millones. La filial peruana enfrentaba procesos concursales y embargos por parte del fisco local, Sunat.
Tras la concreción de la venta, un juzgado de Lima admitió a trámite una demanda de acreedores para revisar la transacción. La demanda de amparo, presentada por los principales acreedores de Telefónica del Perú, incluyendo administradoras de fondos de pensiones (AFP) como Profuturo, AFP Integra y Prima, así como compañías de seguros, argumenta que la transferencia de acciones se realizó de manera irregular y abusiva, sin consultar ni informar a los bonistas, a pesar de que la compañía ya había iniciado un Procedimiento Concursal Ordinario (PCO) ante el Indecopi en febrero de 2025 para reestructurar sus deudas.
Los demandantes también cuestionan la idoneidad de Integra Tec, una empresa registrada en Panamá con un capital de sólo 10.000 dólares y sin experiencia en telecomunicaciones, lo que genera dudas sobre su capacidad para gestionar Telefónica del Perú. Algunos expertos en derecho concursal consideran que la demanda podría no prosperar, ya que la transferencia de acciones corresponde a Telefónica Hispanoamérica, no a la filial peruana, y no existía una junta de acreedores formalmente constituida al momento de la venta, lo que podría limitar la obligación de consultar a los acreedores.
El 10 de junio, Telefónica del Perú cambió su nombre a Integratel Perú, reestructuró su capital social y se crearon acciones preferenciales sin derecho a voto. Con esta transición, la empresa continúa prestando servicios móviles, de banda ancha e internet a unos 13?millones de usuarios bajo la nueva administración, que será liderada por el contador Germán Ranftl, procedente de la distribuidora eléctrica argentina Edenor -empresa integrada por Manzano-.
Uruguay
En mayo de 2025, Telefónica anunció la venta del 100% de Movistar Uruguay a Millicom Tigo por €390 millones, marcando su retirada del mercado uruguayo tras casi tres décadas de presencia.
Esta operación le permite a Millicom fortalecer su presencia en América del Sur, integrando a Uruguay con sus operaciones existentes en Paraguay y Bolivia, y posicionándose como un actor clave en el ecosistema digital regional.
Según informó Millicom, la compra busca generar sinergias operativas, eficiencia de escala y diversificación del flujo de caja, con impacto positivo previsto a partir de 2026. Uruguay representa un mercado atractivo por su estabilidad macroeconómica, su entorno regulatorio favorable y un crecimiento sostenido del sector móvil.
La integración de Movistar Uruguay, que tiene aproximadamente el 29% del mercado móvil uruguayo, posiciona a Millicom como un competidor relevante frente a la estatal Antel (49% del mercado) y Claro (21%).
Durante varios años, la filial uruguaya de Telefónica fue pretendida por varios empresarios argentinos, como contó en su momento Convercom.info En mayo de 2021 un inesperado tercer oferente liderado por Carlos J. Newbery, Luis Malvido y Miguel Gutiérrez, se sumó a los grupos Olmos y Prado-Carval en la puja en la que Liberty, Millicom, Claro y Telecom Argentina ya habían presentado ofertas iniciales.
El fondo liderado por Olmos causó revuelo al destacar la incorporación de Luis Miguel Gilpérez —ex CEO de Telefónica España— y al presentar una oferta estimada en USD 500 millones, ocho veces el EBITDA de la filial uruguaya. Mientras tanto, Newbery, Prado y compañía exhibieron experiencia sectorial y apoyo de consultoras como McKinsey, Price y UBS/StoneX, lo que intensificó las expectativas sobre los resultados de las ofertas vinculantes presentadas el 26 de mayo de aquel año.
Aquellos movimientos finalmente quedaron en la nada durante algún tiempo hasta que la venta se reactivó.
Chile
Tras dos años consecutivos de resultados negaotivos, Telefónica inició formalmente el proceso de venta de su filial en Chile. En mayo de 2025, la compañía contrató al banco Citi para gestionar este proceso y tendría el objetivo de recaudar aproximadamente unos US$ 1000 millones, una cifra alineada con el valor asignado a otras desinversiones en la región.
Telefónica inyectó un crédito de US$ 140 millones para apuntalar la operación chilena antes de la venta, buscando reducir parte de ese pasivo y facilitar la continuidad a un eventual comprador. Por eso, la operación en Chile sigue siendo inminente, con interesados que podrían incluir a Millicom, la local Entel o Liberty, aunque aún no se anunció un comprador definitivo.
Brasil
En Brasil, mercado que considera estratégico, Telefónica siguió invirtiendo para crecer: a finales de 2020 participó junto a Claro y TIM en la compra de la hasta entonces cuarta operadora móvil Oi, lo que le costó alrededor de €920 millones para sumar 10,5 millones de clientes adicionales, espectro 4G/5G y unos 2700 sitios de antenas (el consorcio pagó un total de 16.500 millones de reales brasileños, unos €2740 millones, de los cuales Telefónica aportó aproximadamente un 33%). La operación tuvo luz verde regulatoria recién en 2022.
Telefónica opera en este país con la marca Vivo y es líder en el mercado móvil con el 30% del segmento. En ese sentido, Vivo también invirtió en la expansión de fibra óptica mediante alianzas; por ejemplo, la creación de la empresa mayorista FiBrasil en 2021, un joint venture con el fondo canadiense CDPQ, para desplegar FTTH en ciudades medianas brasileñas.
México
Telefónica no salió del mercado mexicano vendiendo la compañía en sí, pero transformó profundamente su operación entre 2019 y 2022.
A partir de 2019 Telefónica decidió dejar de operar su propia red móvil en México y firmó un acuerdo mayorista con AT&T, migrando gradualmente todo el tráfico bajo ese esquema y devolviendo al Estado el espectro que ya no utilizaba. Con estas decisiones, Movistar México dejó de invertir en infraestructura propia, operando desde entonces como operador virtual sobre la red de AT&T, manteniendo marca y clientes sin red propia.
La transformación en México respondió a la intensa competencia del mercado, dominado por Telcel (América Móvil-Claro) con más del 60% del mercado, y a los malos resultados financieras de Telefónica México, que en 2020 reportó pérdidas operativas de €606 millones (US$ 744 millones).
En febrero de 2025, Telefónica contrató a JPMorgan para evaluar la posible venta de su filial mexicana. La operación se valuó entre US$ 400 millones y US$ 500 millones. Entre los posibles compradores se mencionan Beyond ONE (que opera Virgin Mobile México) y Wal-Mart de México (a través de su MVNO Bait, con 18,3 millones de usuarios).
Venezuela
A pesar de su plan general de retirada de Hispanoamérica, Telefónica no pudo salir de Venezuela debido a factores económicos, legales y geopolíticos que dificultan cualquier operación de venta viable.
Este mercado se caracteriza por tarifas reguladas que no reflejan los costos operativos reales o obliga a operar con márgenes muy reducidos, e inseguridad jurídica y falta de un marco regulatorio estable que desincentivan cualquier interés de compra. Cualquier posible comprador necesitaría negociar con el regulador Conatel para mantener licencias operativas, un proceso complejo en el contexto político actual, caracterizado por un régimen autoritario y fraudulento encabezado por Nicolás Maduro y sustentado en el poder militar.
Liderada por José Luis Rodríguez Zarco, un veterano directivo de la firma -de casi 76 años-, la empresa ha logrado mantener una operación relativamente estable a pesar del entorno adverso, con ingresos dolarizados y liderazgo en el mercado móvil, lo que la lleva a sostener la operación como un “activo en espera”. En esa línea, en febrero de 2025, Rodríguez Zarco reapareció para anunciar una inversión de €481 millones (unos US$ 500 millones) en los próximos dos años para desplegar la tecnología 5G y fortalecer su red ya existente de 4G/LTE en la banda de 2.600 megahercios (MHz).
La historia de Rodríguez Zarco merece un capítulo aparte. El ejecutivo vive en América Latina desde que en 2001 -el año del estallido socioeconómico que terminó con el gobierno del presidente Fernando de la Rúa en Argentina- fue enviado a Buenos Aires para asumir como director corporativo de Seguridad del grupo Telefónica. Fue repatriado algunos meses a España en 2016 para asumir como director de Prevención de Fraude e Investigación y en 2017 fue nuevamente enviado a la región para asumir como presidente de Telefónica de Venezuela.
Ecuador
El 13 de junio de 2025, en la operación más reciente hasta ahora, Telefónica anunció la venta del 100?% de su operación en Ecuador (Movistar/Otecel) a Millicom Tigo por unos €330 millones (US$ 380?millones). Al cierre de marzo de 2025, la filial contaba con aproximadamente 5 millones de clientes, lo que representaba cerca del 28% del mercado móvil, siendo el segundo operador del país tras Claro (54?%) y por encima de CNT (18?%).
El cierre final dependerá de las aprobaciones de la Superintendencia de Compañías y la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones de Ecuador, así como del gobierno en relación a su concesión, pero no se anticipan obstáculos significativos, ya que Millicom no era competidor previo en el país.
Este texto fue elaborado y verificado con herramientas de Inteligencia Artificial ChatGPT 4o Plus y Grok 3 y supervisión humana. La información utilizada se originó en comunicados oficiales de Telefónica, prensa económica internacional (El País, Gestión Perú, Infobae, SwissInfo/EFE y Bloomberg, entre otras) y resultados financieros recientes de las compañías mencionadas.


Hacé tu comentario