Héctor Otheguy es un físico graduado del Instituto Balseiro de San Carlos de Bariloche. Tiene una maestría en física de la Universidad del Estado de Ohio y una maestría en gerenciamiento de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford.
Otheguy es presidente de INVAP, empresa dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos y pertenece al grupo fundador de la organización.
A mediados de 2018 estuvo en #TMTConversaciones donde mencionó cuáles son los contratos vigentes entre INVAP y el Estado. Además, Héctor se refirió a los proyectos que se están realizando en el exterior.
–INVAP es una marca conocida para los argentinos, pero no siempre se tiene presente su historia. En breves palabras, ¿cómo fue esa evolución?
-INVAP es una empresa de tecnología que arrancó hace más de 40 años en el Centro Atómico Bariloche. Fue una iniciativa de un grupo de físicos del Instituto Balseiro, que también está en Bariloche, con el objetivo de aplicar los métodos científicos de ciencia básica, pero para resolver problemas concretos en poco tiempo. No como la ciencia básica que no tiene una aplicación inmediata. Ese fue el concepto original de Conrado Varotto, un físico del Balseiro que creó la empresa y yo tuve la suerte, un poco el honor, de estar desde el principio en el equipo de él. Conozco bastante todas las experiencias que pasamos, las exitosas y los tiempos difíciles.
Arrancó con un negocio principal relacionado a lo nuclear, por eso estamos dentro del Centro Atómico Bariloche. Es una empresa de la provincia de Río Negro, pero comparte el control con el Estado Nacional a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
«INVAP es una empresa de tecnología que arrancó hace más de 40 años en el Centro Atómico Bariloche. Fue una iniciativa de un grupo de físicos del Instituto Balseiro, que también está en Bariloche, con el objetivo de aplicar los métodos científicos de ciencia básica, pero para resolver problemas concretos en poco tiempo»
–El propietario de la empresa es la provincia de Río Negro, pero comparte el control con el Estado nacional
-Por eso a veces la gente dice que es una empresa mixta, pero estrictamente hablando en la práctica se han manejado siempre de común acuerdo. Es como si fuera una sociedad.
–Una primera cosa para subrayar es la voluntad de los distintos gobiernos a lo largo del tiempo de la provincia de Río Negro de conservar esta empresa
-Exacto. Yo creo que es importante destacar que la provincia puso un capital inicial muy pequeño, pero nunca retiró las ganancias. La provincia ha contribuido con avales y con garantías para los contratos internacionales sin los cuales no se podría haber hecho.
Cada gobierno de la provincia, lo mismo que los gobiernos nacionales, en mayor o menor grado han aportado para que una empresa de estas características pueda crecer.
El tema arrancó con lo nuclear. A partir de ahí, habiendo demostrado que había capacidades en el país, empezó la parte de exportación. La primera exportación fue a mitad de la década del 80, se trató de un reactor de investigación y producción de radioisótopos para uso médico. Eso se pudo lograr porque habíamos hecho un rector de características similares en el Centro Atómico Bariloche para formar a los ingenieros nucleares del Instituto Balseiro. Eso es un poco parte de la receta mágica: mostrar que hay capacidad para hacer cosas en el país y recién después se puede exportar. Especialmente en un país que no tiene tradición tecnológica. Esa es la receta que los distintos gobiernos, con mayor o menor intensidad, han ido aplicando. Cuando tienen una necesidad, en vez de la solución tradicional de importarla, tienen que confiar en los técnicos y científicos argentinos. Un privado nunca lo haría, por eso a veces en estas cosas el mercado no funciona en la etapa inicial. En todos los países del mundo desarrollados esa es la receta, en las cosas de alto riesgo invierte el Estado Nacional porque el privado no lo haría.
«Es importante destacar que la provincia de Río Negro puso un capital inicial muy pequeño, pero nunca retiró las ganancias. La provincia ha contribuido con avales y con garantías para los contratos internacionales sin los cuales no se podría haber hecho»
–Incluso cuando hay un privado muchas veces es el Estado el que financia
-Y después, una vez que se tiene una tecnología básica, ya se puede salir a competir y exportar. Si no hubiera habido esa cadena de confianza del Estado Nacional y la inversión en algo que no se había hecho antes, nosotros no podríamos estar compitiendo entre las dos o tres empresas que lideran este segmento.
Uno de los contratos más importantes que tenemos de exportación, estamos en la mitad del proyecto, es de alguna manera aggiornar el primer reactor que vendimos en la década del 80. Yo creo que esa es la tarjeta de presentación más importante, un cliente vuelve incluso teniendo otras opciones de otros proveedores internacionales.
La cadena empezó en Argelia y siguió en Egipto. Después, cuando vino la licitación en Australia, pudimos mostrarles que habíamos hecho dos obras importantes en el exterior.
Haber ganado la licitación en Australia nos permitió jugar en primera en la liga internacional porque ahí competimos con siete empresas de primera línea europeas y americanas. Haber ganado ese contrato, ejecutado en término y con el cliente satisfecho hizo que se hablara de esto en todos los foros internacionales.
La Argentina no es sólo producción primaria, se hacen cosas de relevancia internacional.
La misión de INVAP es desarrollar actividades en las distintas áreas, pero apuntando a generar fuentes genuinas de trabajo en nuestro país. No somos una empresa común en cuanto a una empresa privada que tiene como objetivo fundamental la rentabilidad. Tenemos que ser rentables porque sino no podemos crecer, pero no es el objetivo máximo. Eso nos hace, frente a ciertas decisiones, operar de otra manera.
-¿Cómo llegamos a Holanda?
-Holanda es el caso más reciente, en el corazón de Europa.
–La rodearon a Europa
-Claro, es un camino de proyectos de complejidad creciente y cada antecedente te sirve para el próximo.
Lo de Holanda es curioso porque fue una licitación que se hizo originariamente en 2009, la habíamos ganado en ese momento, y cuando estábamos negociando los detalles del contrato los holandeses decidieron suspenderlo porque no habían completado el paquete financiero. A partir del 2010, cada año parecía que se iba a rehacer. Finalmente, en 2015, arrancó la licitación y en enero del 2018 firmamos un contrato ganándola por segunda vez. Hasta ahora la relación es muy buena con los clientes en esta primera parte que es complicada porque es el arranque. La ventaja que tenemos ahí en Holanda, como la tuvimos en Australia, es que es un cliente muy inteligente porque tiene experiencia de varias décadas de operar reactores similares. En los dos casos son proyectos de reemplazo de un reactor.
«La receta ‘mágica’ es mostrar que hay capacidad para hacer cosas en el país y recién después exportar. Especialmente en un país que no tiene tradición tecnológica. Esa es la receta que los distintos gobiernos, con mayor o menor intensidad, han ido aplicando»
La historia arrancó con el reactor en Bariloche, llegamos a las exportaciones en Holanda y hoy estamos a medio construir un reactor, similar al de Australia, haciéndolo acá en la Argentina. Dimos toda la vuelta. Salimos con un reactor en la Argentina, empezamos a exportar a países cada vez más desarrollados e industrializados y toda esa experiencia ahora la volcamos también en un reactor de reemplazo para uso médico acá en el país. Además, estamos terminando un reactor similar al argentino en Brasil.
Una de las consecuencias de las políticas de desarrollo tecnológico es que tienen una influencia no sólo comercial en otros países sino geopolíticas. Son beneficios que, si bien son difíciles de cuantificar, son los que hay que tener en cuenta.
–¿Qué pasa con los contratos vigentes entre INVAP y el Estado Nacional en lo inmediato y hacia el futuro? [NdE: la entrevista se realizó a mediados de 2018, durante la administración del presidente Macri]
-Hoy tenemos vigentes contratos con cinco o seis ministerios, agencias que están dentro de ese ámbito, por ejemplo en el Ministerio de Energía está el ámbito de la actividad nuclear en la Argentina y ahí tenemos contratos con la comisión de energía atómica para el reactor en Ezeiza.
También participamos en un proyecto que es el reactor Carem en el cual nosotros somos subcontratistas de la Comisión en ese proyecto. En el área de defensa y seguridad tenemos varios proyectos. El ritmo de ejecución se ha bajado un poco como consecuencia de tener que ajustar los presupuestos, pero continúan.
Estamos haciendo un sistema de trazabilidad de armas para el Ministerio de Seguridad que es una cosa nueva, es un desarrollo, no existe en el mundo eso. Puede tener potencial exportador.
–Los proyectos siguen adelante
-Sí. Hay dos o tres proyectos que están en un proceso de revisión, por ejemplo en la parte de Arsat había un contrato que estaba en revisión que era el del Arsat-3.
«La misión de INVAP es desarrollar actividades en las distintas áreas, pero apuntando a generar fuentes genuinas de trabajo en nuestro país. No somos una empresa común en cuanto a una empresa privada que tiene como objetivo fundamental la rentabilidad»
–Recordemos que el INVAP construyó el Arsat-1 y el Arsat-2
-Están funcionando perfectamente, a plena capacidad y generan un ingreso importante de dólares porque muchas de las ventas son en el exterior. Es un ingreso importante para la empresa Arsat que es una empresa nacional y es nuestra cliente.
Con ellos también estamos haciendo, con los técnicos de Arsat, una revisión de los requerimientos de un tercer satélite con una tecnología más nueva que tiene que ver con bajar el peso de un satélite a la mitad. Con lo cual, el costo de lanzamiento baja y se obtiene un producto más económico para Arsat, pero además es un producto que podría competir en el mercado internacional.
Siempre le conviene al país es que se tenga una proyección de exportación, siempre los proyectos que hacemos tienen esa visión.
Estamos haciendo tres centros médicos de medicina nuclear y radioterapia en Bolivia. Son proyectos importantes, cada centro sale 50 millones de dólares.
Hay mucha gente trabajando en estos proyectos.
–¿Cuánta gente trabaja en la empresa? ¿Qué perfil tiene esa gente? ¿Cómo se gobierna?
-La empresa tiene, en relación dependencia, 1350 trabajadores. Además, hay unos 150 más contratados. El 85% son profesionales y técnicos altamente especializados, es un perfil completamente opuesto al presente en una empresa industrial.
A veces nosotros decimos que somos artesanos del siglo XXI por que cada cosa es una unidad per se y la próxima es distinta. La gente es muy versátil, estamos organizados por proyectos. Los proyectos empiezan y terminan, es muy difícil mantener una carga estable de proyectos para un determinado sector. La gente acepta cuando hay poca carga en un sector pasar a otro sector, a veces eso implica a mudarse a otra ciudad o a otro país por el tipo de trabajo. Esta es otra característica diferente de una empresa común: tener esa flexibilidad.
La dirección de la empresa es como cualquier empresa. Hay un directorio y hay una dirección ejecutiva. Hay una continuidad, en 42 años que vamos a cumplir ahora durante los primeros 15 años el director ejecutivo fue Conrado Varotto, el líder del grupo fundador, y desde el año 91 hasta el año pasado estuve yo. Es importante destacar la continuidad que es otra característica para poder haber llegado a competir internacionalmente y transmitir confianza.
Lo que nos diferencia de cualquier empresa en la Argentina o en Latinoamérica es la capacidad de manejar equipos muy grandes multidisciplinarios dentro de la empresa, con la gente de Arsat o de la Conae, o de otras agencias internacionales.
«La dirección de la empresa es como cualquier otra. Hay un directorio y una dirección ejecutiva. Hay una continuidad, en 42 años durante los primeros 15 el director ejecutivo fue Conrado Varotto, el líder del grupo fundador, y desde el año 91 hasta el 2017 estuve yo»
–Alguna vez escuché que había algún tipo de compensación a todos los empleados, por ejemplo premios por alguna labor destacada
-Esa es una característica fundamental. Está la participación en las ganancias que no es un monto extremadamente significativo, pero el concepto es importante. De las ganancias que hay en un año, el directorio propone entre un 10% y un 15% de esa ganancia y se reparte entre todos los empleados por igual.
–¿Y el futuro?
-Cada vez que hay un cambio de gobierno, el mismo pone su impronta y hay un tiempo de ajuste. Tenemos una carga de trabajo a futuro de 800 millones de dólares, de los cuales 500 millones son trabajos de exportación y otros 300 millones son los trabajos que hay que retomar acá. El trabajo no está parejo, hay áreas que más tempranamente van a necesitar otros proyectos, otras que están con exceso de trabajo. Es difícil tener una carga pareja cuando somos una empresa de proyectos.
Hacé tu comentario