Sonia Agnese es analista senior para América Latina en Ovum, empresa global de investigación y consultoría especializada en telecomunicaciones, medios y tecnología fundada en 1985 en el Reino Unido. Experta en regulación y política de telecomunicaciones, Agnese tiene más de 20 años de experiencia en el sector.

En esta entrevista para #TMTConversaciones describió las complicaciones presentes al momento de desplegar fibra óptica y la situación de los operadores en el país.

¿Hay cierto consenso global en términos de regulación de la convergencia o todavía hay mucho margen para innovar?

-Hay ciertas cuestiones que son básicas, que sí o sí tienen que existir. Por un lado, cualquier empresa si quiere invertir en un país va a querer las cosas que se piden usualmente: previsibilidad, un marco que sea estable, procesos judiciales que sean transparentes y todo lo que tiene que ver con el clima de negocios. Es una cuestión básica de inversión, más que nada en inversiones a largo plazo con muchos recursos hundidos.

Vos incluís el tema de la convergencia y claramente como estamos hablando de altas inversiones, uno de los conceptos básicos es que las redes se pueden utilizar para todos los servicios para poder sacarle el mayor provecho posible y hacerlas rentables. Uno de los principales problemas que se está viendo con pequeños operadores o con proveedores que no tienen escala, es que no llegan a contar con el dinero suficiente para seguir invirtiendo y seguir haciendo crecer la red. Con las actualizaciones tecnológicas que existen van tendiendo a quedar retrasados y en algún momento tienden a fusionarse.

Luego, hay un punto central. Sabemos la importancia que hoy tiene la movilidad, el espectro es la piedra angular para que crezca todo el resto. El 5G tiene una gran trascendencia para la Internet fija inalámbrica. Esto requiere una planificación de corto, mediano y largo plazo pero hay que estar permanentemente trabajando sobre esto y vemos, lamentablemente, que en América Latina vamos más lento de lo que deberíamos.

Cuando hablamos del espectro hablamos de las frecuencias por las que funcionan las comunicaciones móviles. Así como utilizan los servicios de televisión, las radios y los satélites, hay ciertos bloques de frecuencias que se reservan para el uso de banda ancha móvil. Esto lleva tiempo porque en algún momento ese aspecto fue asignado para otros servicios. Luego, se define a nivel global cuáles son las bandas que van a elegirse para este tipo de servicios. La industria ya se prepara para esto.

Nosotros tenemos desde América Latina cuál es el camino hacia dónde tenemos que ir, el tema es cómo recorrerlo y en qué tiempo porque vemos que está ese atraso. Hay anuncios de posibles subastas acá en la Argentina [la administración Macri la anunció antes del cambio de gobierno].

«Uno de los principales problemas que se está viendo con pequeños operadores o con proveedores que no tienen escala, es que no llegan a contar con el dinero suficiente para seguir invirtiendo y seguir haciendo crecer la red»

Con respecto al tema de la convergencia hicimos el marco legal general, con respecto a todo lo relacionado con espectro, y uno de los puntos centrales es la promoción de la competencia. Nosotros lo que vemos es que aquellos mercados que son saludables son aquellos en lo que existen competidores, cuando viene la competencia uno puede elegir entre más de uno. Lo mismo sucede que cuando un proveedor no me da buen servicio, lo cambio por otro otro que es mejor. Basado en el concepto de competencia con ciertas condiciones equilibradas.

Lo que hoy se manifiesta como uno de los grandes impedimentos para este tipo de servicios tiene que ver con impedimentos de despliegue de infraestructura, el tema de los municipios, los problemas que existen para poner una nueva torre y para conectar una nueva fibra. También a veces hay grandes peleas por el uso de los postes o el tema de los ductos, eso tiende a ser un acuerdo entre partes, pero también se discute si en algunos casos esto tendría que estar regulado. Es importante es que se den las condiciones y que no haya bloqueos en el uso de aquellos servicios que históricamente se llamaron como servicios esenciales.

Luego, hay cuestiones que tienen que ver con los aspectos impositivos y todo lo que hace a que realmente sea un negocio viable. Debemos reconocer que las telecomunicaciones son un negocio y el inversionista está esperando un retorno. Lo que sucedió en los últimos años es que las empresas de telecomunicaciones no se presentan tan atractivas en el mercado bursátil como empresas como Google, Facebook o Amazon donde uno ve crecimientos de un año al otro del 100%.

«Un país no puede pensar en tener una prosperidad y un desarrollo a futuro sin tener las bases sentadas de una red que le permita comunicarse con el mundo, que le permita hacer transacciones»

Una empresa de telecomunicaciones hoy en realidad está pagando dividendos y tratando de mantener el valor de la acción, si analizamos la acción en los últimos años vemos una reducción. Entonces, ante un contexto donde los inversionistas eligen otro tipo de inversiones, realmente uno tiene que asegurarse que lo que vaya a invertir en la red tenga un retorno en algún momento. Todas estas condiciones hacen que se determine si se va a invertir o no, por eso es muy importante el tema de la convergencia para poder dar la mayor cantidad de servicios posibles sobre esa misma red base.

Me gustaría que nos cuentes qué vínculo hay entre toda esa lista de cosas por hacer con una economía desarrollada y una sociedad educada con multiplicidad de oportunidades

-Es fundamental. Un país no puede pensar en tener una prosperidad y un desarrollo a futuro sin tener las bases sentadas de una red que le permita comunicarse con el mundo, que le permita hacer transacciones. Está comprobado que tiene una relación directa todo lo que hace a una mejor infraestructura de banda ancha y un crecimiento de la adopción de la banda ancha de los países con un crecimiento en el PIB y una mejora en la productividad.

Uno de los temas principales que vemos en América Latina es el retraso que tenemos en la productividad comparado con países desarrollados. Hubo crecimientos y mejoras, pero la realidad es que cuando comparamos por cada trabajador en Estados Unidos se requieren cinco en América Latina. Los niveles de productividad son muy bajos, hay tareas que son muy básicas y donde claramente estos trabajadores van a tener que prepararse para esta nueva economía del conocimiento.

Hay grandes empresas como el caso de Mercado Libre o Despegar, pero tenemos un bagaje muy grande de muchos trabajadores que tienen que aggiornarse. Básicamente todo viene por la conectividad, estar conectados al mundo y la apropiación de las tecnologías.

¿Cómo estamos en términos de despliegue de fibra óptica en Argentina?

-Se han hecho bastantes avances en este último año. La verdad que es bastante sorprendente ver los números en términos de tasas de crecimiento, pero empezamos de cero. Se perdió mucho tiempo en los años previos, por un lado por todo lo que tiene que ver con el congelamiento tarifario. Las redes de Telefónica y Telecom en esos momentos fueron dejadas de lado y, básicamente, todo el dinero que había se ponía en el móvil porque era aquella área donde se podían aumentar los precios.

Lo que a mí me preocupa a veces es que veo los despliegues de redes de fibras todos en el mismo lugar, por ejemplo yo vivo cerca del centro y puedo elegir entre seis proveedores de banda ancha y varios con fibra, pero luego vas a otros lugares y no hay absolutamente nada. A veces la planificación del despegue de la fibra no se hace previendo la dispersión de la población y todos van a los mismos lugares. Hay mucho por hacer. A veces hay mucha fibra que se despliega, pero luego nunca termina de conectar a los hogares.

También hay otra cuestión. Una serie de personas, que elijan cambiarse a una conexión de fibra, van a estar dispuestas a pagar más pero otros no tienen esa disponibilidad, ni siquiera tienen la posibilidad de tener banda ancha.

«A veces la planificación del despegue de la fibra no se hace previendo la dispersión de la población y todos van a los mismos lugares. Hay mucho por hacer»

El despliegue de fibra es uno de los hitos fundamentales para la revolución de las redes de telecomunicaciones en la Argentina. Hay mucho más por hacer, creo que falta trabajar de forma cooperativa entre los diferentes operadores con ayuda del regulador como facilitador para esto, entendiendo que no solamente el regulador tiene participación sino también los gobiernos municipales. Hoy las ciudades tienen un rol muy importante como centros para el cambio de lo que llamamos smart city o la ciudad de fibra, donde se plantean todos los servicios para los ciudadanos en forma integral.

Todo el proceso de planificación se tiene que trabajar conjuntamente con las ciudades y no pensando que sea una cuestión extractiva hacia las empresas. Muchas veces se ponen altos impuestos a las empresas por desplegar fibra, por cada metro que se despliega se cobra una tasa altísima. En realidad es pensar que es una inversión a futuro para que otras industrias se desarrollen, se afiancen en la ciudad y se puedan también dar otros servicios a los ciudadanos.

Todavía hay una necesidad de alfabetizar a los intendentes respecto de la oportunidad que significa que se desplegar fibra. Los intendentes también tienen un rol que es administrar los temores de su población y numerosas veces no lo están pudiendo resolver

-Totalmente. Hay procesos donde se establecen ciertos “rehenes” durante las discusiones y se demoran muchísimo las decisiones. En algunos países, por ejemplo en Perú, lo que se ha logrado es la autorización automática presentando ciertos papeles aprobados por los consejos de arquitectos por los temas del impacto visual y de protección ambiental. Excepto que haya un veto, todo avanza directamente y con eso se gana tiempo.

Uno de los puntos es el tema impositivo. ¿Cómo plantear esto para que las empresas estén interesadas en invertir y con un marco claro de cuánto van a tener que pagar? Vemos permanentemente cada año, cuando se discute la ordenanza municipal, que se ajustan los valores: no saben cuánto va a ser, si se cuentan por antenas o por radio base. La realidad es que todo eso, a la larga, perjudica al ciudadano y en definitiva a la prosperidad del país a futuro.

¿Cuántos operadores, de escala nacional, aseguran la competencia en la Argentina?

-Hoy tenemos una situación con tres operadores nacionales, de servicio móvil, de bastante equilibrio con situaciones bastante parejas. Hay otros países en la región que tienen tres operadores, pero con desbalances muy fuertes en cuanto a participación de mercados como por ejemplo México o Colombia.

Lo que me parece interesante también es entender lo que es: competencia, con competencia de redes y competencia de servicios. A veces se discute cuántos competidores puede haber, pero en realidad debemos preguntarnos cuántas redes puede haber. Realmente no hay posibilidad de tener tantas redes en paralelo.

Lo que sí existe, en muchos países se aplica, es el tema de arrendamiento de infraestructura. El famoso operador móvil virtual. No son grandes participantes del mercado, pero apuntan a ciertos nichos y dan dinamismo al mercado entonces se genera competencia. Acá en la Argentina existe el operador Tuenti, no mucha gente lo conoce, que es una marca blanca de Movistar. Es un cuarto operador con una oferta muy disruptiva, bastante competitiva en cuanto a precios, orientada jóvenes, sin call center, con ciertas de cuestiones que hacen que el producto sea más barato. Existe una competencia, si alguien lo busca lo va a tener.

«A veces se discute cuántos competidores puede haber, pero en realidad debemos preguntarnos cuántas redes puede haber. Realmente no hay posibilidad de tener tantas redes en paralelo»

No veo la posibilidad de que haya un cuarto operador nacional. En el mundo está la tendencia a la consolidación. Sí existe la participación para algunos pequeños o que un operador de cable pueda sumar un operador móvil virtual, pero realmente el espectro es un recurso muy escaso con lo cual no se puede repartir entre tantos para que sea eficiente.

Están estos rumores de la nueva licitación, que se va a anunciar en estos días, del espectro remanente que ha quedado [NdE: no avanzó antes del cambio de gobierno a fines de 2019]. Finalmente se va a licitar y según los trascendidos, porque todavía no es oficial, se habla de que va a haber espectro para los operadores actuales y adicionalmente se va a licitar en cinco regiones parte del aspecto para tener competencia a nivel regional.

¿Existen otros países con ese formato?

-Es un modelo que en Estados Unidos es bastante conocido que se ha aplicado históricamente con licencias paralelas, se hacen licitaciones por grandes regiones para operadores nacionales y, luego, hay pequeñas áreas locales. En la práctica lo que sucede es que ese espectro tiende a ser acaparado por algún operador y luego es vendido en forma especulativa. Hay algunos pequeños operadores en Estados Unidos que cubren un 3% del mercado, pero en la práctica no existen esas operaciones de tipo local. Es un sueño que eso exista algún día, pero en la práctica no se da.

Incluso en Estados Unidos, que es un país con una economía de escala totalmente diferente, pasaron de cuatro grandes operadores nacionales móviles a tres.

Vemos que esto es una tendencia global y que utilizar el espectro así puede ser interesante. Podemos generar desarrollo local, pero en la práctica los números no cierran para hacerlo de ese modo. No sé si vamos a estar perdiendo tiempo, no sé quién va a ser el interesado, si es solamente un trascendido o en la práctica se va a dar, pero no hay que tener miedo a darle más espectro a los operadores actuales porque lo único que hace es mejorar el servicio para los consumidores y asegurar que las inversiones sean más eficientes y efectivas.

«Incluso en Estados Unidos, que es un país con una economía de escala totalmente diferente, pasaron de cuatro grandes operadores nacionales móviles a tres»

En los últimos 10 años tuvimos la ley de medios que reguló la cuestión de la conectividad de Internet del cable y tuvimos la ley de Argentina Digital. En 2015 tuvimos un DNU que acomodó algunas cosas. Lo que tenemos hoy algunos lo llamamos Frankenstein regulatorio, porque son retazos de distintas normas modificadas. ¿En algún momento deberíamos tener una ley o con ese Frankenstein estamos bien? ¿Cúal es tu perspectiva?

-Yo pienso que si una persona de afuera pregunta cuál es la regulación y le mandan un listado con todos estos decretos con artículos derogados y reabiertos, lo va a encontrar realmente muy poco atractivo.

Me parece que sería interesante tener una base única que tiene que ser muy general, sin entrar en los detalles porque también está el riesgo, como pasó con la ley de medios, que luego no es aplicable. Entonces, sería trabajar en un marco global que dé una perspectiva para los inversores a grandes líneas, pero me parece que hoy por hoy eso no es posible.

«Si una persona de afuera pregunta cuál es la regulación y le mandan un listado con todos estos decretos con artículos derogados y reabiertos, lo va a encontrar realmente muy poco atractivo»

¿El hecho de que la Argentina se acerque a la OCDE y quiera ser aceptada puede impactar en una mejora de nuestro marco regulatorio?

-Yo creo que sí. Lo veo con los casos de México y Colombia que siguen muy al pie de la letra las recomendaciones de la OCDE y, en base a esto, han trabajado para tener un marco global integral.

Lamentablemente acá en Argentina estamos corriendo siempre con las urgencias, con la próxima elección cada dos años, y eso dificulta llegar a acuerdos en este tipo de legislación. Incluso con ciertos cambios, que uno piensa que van a ser para mejor, cuando uno ve su paso por el Senado termina siendo una peor versión de lo que era originalmente.

Hay que entender que no es una cuestión de que estamos favoreciendo a los privados, simplemente estamos favoreciendo a los ciudadanos para que tengan mejores servicios. En esta discusión estamos perdiendo todos con servicios que no tienen calidad y no van a estar preparados para lo que está viniendo en los próximos años.

¿Qué cosas se están haciendo con respecto a la ciberseguridad o el ataque a las infraestructuras?

-Hay una preocupación global sobre esto.  En la Unión Europea este año decidieron reforzar el organismo que se dedica a la seguridad de las comunicaciones.

Más allá de las cuestiones políticas que uno lee en los diarios, tenemos que entender realmente los riesgos que esto tiene.

También se está trabajando, en otros países, el tema de la homologación de estos equipos con un sistema de etiquetado por ejemplo identificando equipos. Inicialmente era con un código de buenas prácticas pero ahora se está por implementar, en el caso del Reino Unido, de forma estandarizada que los equipos no puedan venir con password genéricas. Son cosas muy sencillas que ayudan muchísimo a la seguridad.

Estas redes tienen muchísima información, hay que darle seguridad y tranquilidad al consumidor y a todos los que las estamos utilizando.

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