Aunque se confiesa agnóstico, Iván Petrella es doctor en Religión y Derecho y autor de Dios en el Siglo XXI: Judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo y budismo para creyentes, ateos, agnósticos, curiosos e indiferentes. Es licenciado en Relaciones Internacionales, fue legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el PRO entre 2013 y 2015 y secretario de Integración Federal y Cooperación Internacional del Ministerio de Cultura de la nación, entre 2017 y 2017.
?Estuvo en TMT Conversaciones, hoy Conversaciones Convergentes -que se emite por Metro y UCLplay- para hablar sobre el papel de Dios y la religión en la política, el papel del papa Francisco, el crecimiento y la relevancia del evangelismo y la enseñanza de religión en las escuelas. La entrevista se realizó en el primer semestre de 2022.
-En algún lugar leí que te confesabas como agnóstico, ¿Cómo un agnóstico llega a interesarse en Dios?
-En primer lugar definamos agnóstico porque tal vez mucha gente no conoce el concepto. El creyente es quien cree, el ateo es la persona que no cree y rechaza y el agnóstico, y voy a dar la descripción con la cual me autopercibo, es quien no sabe o no se decide pero para quien la pregunta sobre la existencia o no de un Dios y la implicancia de esa existencia por la vida de uno le parece una de las preguntas centrales de la humanidad.
A veces los ateos o los creyentes se ofenden con esto, pero es otra manera de ver el tema, pero los creyentes y los ateos viven con certezas y muchas veces las certezas te pueden encerrar en tu propio mundo de certezas. El agnóstico para mí es quien está abierto a distintas posturas, argumentos, opiniones porque el agnóstico siempre está en la búsqueda y la búsqueda te lleva a abrirte a las posibilidades. Así entiendo yo el agnosticismo. Por ende ante tu pregunta, al agnóstico siempre le interesa la pregunta de Dios, lo que pasa es que no sabe, no tiene las herramientas como para decidir.
-En tus trabajos, investigaciones pusiste a Dios en el ámbito del derecho como decíamos recién pero también especialmente en la política. ¿Qué lugar ocupa Dios en la política? Si querés te lo replanteo también en estos términos, ¿es un facilitador de la convivencia o todo lo contrario?
-La realidad es que depende del contexto. Lo primero que hay que decir es que hace mucho tiempo se decía que la religión no tenía que involucrarse en la política, que había una separación de Iglesia y Estado, etcétera, etcétera, que no había lugar para la convicción religiosa y los fundamentos en espacio público y la función pública. La verdad que eso fracasó, fracasó porque inevitablemente si vos crees en algo con convicción esa creencia no es solamente personal e interior, lo llevás al espacio público y la verdad que en las últimas décadas hemos visto un auge del involucramiento de la religión en lo publico.
El auge de los evangélicos en distintos países de la región, en Brasil, la intervención política de los evangélicos en Argentina en la discusión sobre el aborto. En Estados Unidos, la derecha religiosa tiene una influencia importante en la política en particular en el Partido Republicano, ni hablar de lo que ocurre en distintos países musulmanes o el debate alrededor de la islamofobia en Europa. Yo creo que tenemos que reconocer que vivimos en un mundo religioso. Creo que mucha gente cree que el mundo es secular, la verdad que Europa occidental es como la única parte secularizada realmente del mundo. Vivimos en un mundo donde la gente cree y esas creencias impactan en lo público nos guste o no.
-Dónde se ubica Dios ¿está más a la izquierda o más a la derecha?
-De nuevo, depende de tu interpretación de Dios
-Y de izquierda y de derecha
-Esto es importante. La teología que suena como algo anacrónico en la era del genoma y de la inteligencia artificial. Hablar hoy de teología parece de libros polvorientos pero la verdad es que la teología es central para entender el mundo hoy. ¿Por qué? Porque la teología viene antes que el bien y el mal. Una teología no es sólo una cosmovisión, es un gran cuadro que te ubica a vos en relación a otros, en relación a vos mismo, en relación al universo para no usar la palabra Dios y eso determina tus convicciones éticas.
El tipo que se revienta con un chaleco explosivo en un mercado lo hace porque cree que está bien, no porque está mal. Su teología, su visión del mundo dice que esto es lo que Dios quiere. Dependiendo tu visión del mundo, tu teología vos podés tener convicciones más hacia la derecha, de nuevo conservadores en Estados Unidos etcétera, o más hacia la izquierda, el papa Francisco.
-Hablando del Papa, ¿ha sido un actor político relevante en América Latina Francisco ya con varios años de pontificado?
-Me parece que ha sido un actor relevante políticamente en el mundo, no solamente en América Latina. Creo que tenemos una tendencia a veces de reducir al Papa a su rol en Argentina o en la región y creo que cuando el Papa habla sobre el capitalismo -nos guste o no lo que diga, eso es una cosa aparte-, lo escucha mucha gente en el mundo, cuando habla sobre el problema de los refugiados lo escucha mucha gente en el mundo y esos son problemas que no son solamente regionales, son problemas globales.
El Papa representa una Iglesia que tiene millones y millones de seguidores en todo el mundo. Creo que hay que pensarlo en cuanto a su relevancia y su rol global y no solamente en cuanto a la región.
-Me refería en cuanto a la región, a si han sido relevantes y han torcido de alguna manera el rumbo de los acontecimientos las intervenciones del Papa en la región o si más bien el primer Papa latinoamericano no ha logrado de pronto ejercer una influencia mayor en esta región
-O sea que tu pregunta tiene que ver con la eficacia de sus intervenciones. Eso es debatible. Por un lado creo que hay que ver cómo se mide eso, eso es una pregunta. Pero si uno mide la eficacia de un Papa en relación a por ejemplo el crecimiento del catolicismo vis a vis hoy su principal rival en la región que son los grupos evangélicos, ahí no ha sido muy eficaz pero en el fondo también la realidad es que el catolicismo pierde en relación a grupos evangélicos antes del papado de Francisco, es una tendencia que viene de antes. Ahora, no se ha podido revertir eso.
El catolicismo sigue creciendo a nivel global pero crece menos en relación a grupos evangélicos y la verdad que se estima que para el año 2050 o 2060 tal vez el número de evangélicos y católicos en América Latina esté empatados o haya una mayoría de evangélicos.
-Hablábamos de la participación de Dios en la política, el concepto de las religiones, las distintas creencias pero ¿qué hay si uno lo mira de otra manera, sí de golpe identifica rasgos religiosos en movimientos políticos? Movimientos que de golpe reivindican ciertas ideologías pero en su práctica, te diría casi liturgia, para usa una palabra que se extrapola de un ámbito a otro, tienen características religiosas, ¿pasa eso, es más frecuente en este tiempo, siempre pasó?
-A ver, no sé si tenés en mente algún movimiento en particular
-Pienso los populismos, el chavismo por ejemplo, mismo en Argentina el peronismo que en algún momento sí tuvo hasta casi un santoral pero en los tiempos contemporáneos me da la impresión de que podría haber movimientos políticos de características religiosas.
-Sí, podría ser. El peronismo es un fenómeno interesante en Argentina para mirar obviamente desde una óptica religiosa, como decís vos. El peronismo tiene sus figuras carismáticas y sus santos: Perón y Evita; tiene sus ficciones y su narrativa que no siempre concuerdan con la realidad pero se toman como dogmas de fe; tienen sus mitos religiosos: las manifestaciones, los grandes actos en los estadios, etc. [Walter] Benjamin decía que la religión generaba la efervescencia colectiva que también podías encontrar en partidos de fútbol y actos masivos, eso claramente lo tiene el peronismo.
En cuanto al populismo, una de sus características desde mi punto de vista, y otros politólogos han hablado de esto, es la separación de la sociedad en amigos y enemigos. Eso también es algo que se encuentra en algunas religiones, dentro de lo que se llama las corrientes apocalípticas en las religiones. El apocalipticismo es una corriente de religiones que precisamente hace eso, dividir al mundo en, entre comillas, los «hijos del bien» y «los hijos del mal» y que solamente puede terminar ese conflicto cuando los «del bien» derrotan a «los del mal». Hay algo de eso en la retórica populista, uno lo puede ver eso en el chavismo y en otras vertientes del populismo latinoamericano.
Igual, para mí, para pensar la política desde la religión creo que la óptica más interesante y más práctica es el de los fundamentalismos. Hoy hay fundamentalismo judío, que se ve muchas veces en el tema de los asentamientos en los territorios que según Naciones Unidas Israel ocupa ilegalmente, hay fenómenos como el estado islámico o Al Qaeda o los grupos más radicalizados en Estados Unidos de la derecha religiosa que nuevamente creen literalmente que vuelve Jesús y se viene el fin del mundo y desean eso y trabajan políticamente ansiosamente para que eso ocurra.
-En alguna visita que hice a algún país muy laico europeo me llamó la atención que en la educación pública tuvieran como materia Teología y me explicaban que no era un catecismo luterano -es un país protestante- sino que era una materia que enfocaban rasgos de identidad de ese país. En Argentina y en muchos países de América Latina esa discusión es tabú. Es tabú la educación religiosa ¿vos cómo ves ese tema?
-Creo que hay que repensar absolutamente nuestro concepto de educación laica. Creo que es anacrónico, poco eficaz y que es básicamente una apología de la ignorancia. ¿Por qué digo esto? Vos podés haber terminado toda tu carrera educativa: primaria, secundaria e, incluso, haber ido a la universidad y recibirte, incluso tal vez hiciste una maestría después y si en todo ese proceso no leíste a Borges o Shakespeare alguien tal vez te diga, agarrá esos libros. Pero a nadie le sorprende si terminaste toda tu trayectoria educativa y no leíste un par de páginas del Corán o los Evangelios o las escrituras budistas.
A nadie le sorprende, permitimos una ignorancia sobre las religiones que nos parecería absolutamente ridículo en cualquier otro campo del saber por alguna razón insólita. Eso por un lado. Y eso tiene consecuencias. La ignorancia sobre las religiones hace menos posible la tolerancia, hace menos posible el pluralismo, hay gente que muere por la ignorancia sobre las religiones y en el fondo va a contramano de lo que queremos para las sociedades democráticas que son sociedades abiertas, pluralistas y vibrantes.
Entonces, ¿Qué hay que hacer? Para mí hay que repensar la educación laica como educación en todas las religiones. Creo que los chicos en la secundaria deberían tener una materia donde aprenden sobre el judaísmo, cristianismo, islam e hinduismo,, para tomar por lo menos las cinco principales tradiciones religiosas, y que la gente más toca de oído. Y eso se enseña no desde la óptica de la fe, no es que viene un rabino, un sacerdote, un imán o un monje a enseñarte aunque podría tener también un componente porque ayuda entender desde el lado de la fe lo que ve el creyente pero enseñalo desde la academia.
La realidad es que la religión se tiene que enseñar con la misma mirada crítica, y la misma mirada empática, que se enseña cualquier otra disciplina del saber. A eso tenemos que ir porque así formamos ciudadanos que entienden los puntos de vista y las prácticas de otros ciudadanos con los cuales comparten un mundo cada vez más chico.
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