En un esfuerzo único en la Argentina entre los medios noticiosos, La Voz del Interior, de Córdoba, logró en 2021 un avance sustancial en su objetivo de alcanzar la paridad de género de las fuentes de información para ofrecer en su periodismo una visión de la realidad que responda a las distintas voces de la sociedad.

La Voz, uno los principales medios del país fuera de la Capital Federal, señalo en su informe anual del Proyecto 50-50 de paridad de fuentes, que el porcentaje de utilización de voces femeninas en sus productos durante 2021 mejoró 50% respecto del año anterior.

En el segundo año del proyecto, lanzado a principios de 2020, el 30% de las fuentes consultadas por La Voz fueron mujeres; el promedio de 2020 había sido del 20 por ciento.

Edgardo Litvinoff, prosecretario de redacción de La Voz, dijo sobre los resultados que “falta mucho, pero estamos en el camino”.

El Proyecto 50-50 es inédito ya que el medio cordobés es el único de Argentina que está trabajando en forma sistemática y transparente, con medición y publicación de resultados, para lograr el equilibrio 50-50 de mujeres y hombres, como sus fuentes de información.

Sandra Chaher, presidenta de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, afirmó que el esfuerzo de La Voz es “super loable”.

De todos modos, Chaher, que desde la asociación trabaja en el tema desde hace más de una década, agregó que “hay muchas más áreas en las que trabajar para lograr la igualdad de género”.

“Promovemos, obviamente, diversidad de fuentes, pero también promovemos lenguaje inclusivo, diversidad en el enfoque, correcto tratamiento de temas que generalmente están mal tratados, como interseccionalidad, diversidad de género, etc” entre otras cosas incluyendo las condiciones laborales, dijo.

La asociación preparó para el proyecto Velocidad de SembraMedia un kit de herramientas para medios digitales de la región para guiarlos en el tratamiento correcto de los temas de género, igualdad y diversidad, y además, en 2019, lideró la formulación y firma de un Acuerdo Compromiso en políticas de género por parte de casi cincuenta medios, agencias de publicidad, universidades, organismos del estado, etc.

En sentido amplio, aunque hay una sensación de progreso sobre el tema de género en los medios, aún queda mucho por hacer, y no son muchos los ejemplos como La Voz con resultados medidos.

No es fácil cambiar hábitos ni estructuras sociales e institucionales de un día para el otro, especialmente en un marco de preocupaciones más inmediatas de los periodistas por los achicamientos y planes de austeridad en la mayoría de las redacciones del país.

Reflexionando sobre los últimos dos años, Litvinoff dijo que los impedimentos al avance son “dos principales: el hábito de la búsqueda de fuentes, seteado culturalmente de una forma que cuesta mucho cambiar, y la estructura de las instituciones, que refleja esa disparidad de género”.

Arrancaron el proyecto con la idea de que podrían lograr los cambios naturalmente dentro de la redacción, bajo la presión del cierre, casi de un día para otro. Pero descubrieron que no era tan fácil.

“Lleva muchas capacitaciones, mucha reiteración, mucha insistencia, mucha acción con cada individuo, mucho incentivo a quienes hacen las cosas bien”, dijo Litvinoff. “La idea es que eso se convierta en hábito, y se haga de manera natural, más allá de la presión o no del cierre”.

El Proyecto 50-50 fue inspirado por un esfuerzo similar hecho por la BBC del Reino Unido y es parte de una tendencia más amplia para promover políticas de diversidad en las organizaciones. La diversidad como concepto incluye cuestiones de género, pero también de religión, etnia, nacionalidad, orientación sexual, entre otras.

Por un lado, tiene fundamentos internacionales en el derecho de las personas de tener igualdad de condiciones dentro de la sociedad, y por otro por la búsqueda por parte de empresas en general para responder mejor a sus diversos públicos.

En los medios, los ejes de las políticas de diversidad han sido:

  • Que la redacción sea un reflejo de la diversidad de la sociedad
  • Que las fuentes de información utilizadas para informar sean un reflejo de la diversidad de la sociedad
  • Que el cúmulo de noticias de un medio refleje los intereses y preocupaciones de cada sector.
  • Que el periodismo evite estigmatizar distintos grupos dentro de la sociedad

Ya en 2013, Steve Buttry, un especialista en medios que había sido editor de transformación digital de Digital First Media, promovía la necesidad de adoptar políticas de diversidad.

“La exactitud está en el meollo de la integridad periodística, y las noticias que producen van a reflejar con mayor exactitud los eventos y las problemáticas de su comunidad en tanto que su redacción refleje mejor su comunidad”, escribió Buttry. “Y su organización tendrá un futuro más próspero en tanto que el contenido sea de interés para toda la comunidad, no solamente una población de viejos blancos”.

Pero evidentemente, al finalizar la segunda década del siglo XXI, la Argentina estaba retrasada en muchos aspectos.

Entre fines de 2018 y 2019, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) realizó dos estudios al respecto. En un relevamiento sobre cuestiones de calidad de 60 medios digitales de todo el país, hecho dentro del proyecto 100 PorCierto financiado por la Unión Europea, descubrió que solamente cuatro tenían políticas de diversidad o género.

Antes, una encuesta que involucró a 405 mujeres periodistas del país por parte del MediaLab de FOPEA, financiada por el Google News Initiative, determinó que:

  • 72% dijeron que tenían menos posibilidades de crecimiento que los varones
  • 77% dijeron que las mujeres no ganan lo mismo que lo hombres por igual trabajo
  • 71% dijeron que tienen jefe directo varón
  • Los jefes son principalmente varones en 78% de los medios
  • 76% de los medios tienen mesas directivas que son mayormente poblado por varones

Mientras La Voz focalizó su esfuerzo más público en el tema de fuentes, la mayoría de los medios que tomaron medidas sobre el tema lo hicieron por medio de la designación de editoras de género.

Comunicación para la Igualdad realizó un informe sobre ese fenómeno. Señaló que arrancó en junio de 2019 con la designación a Mariana Iglesias como editora de género de Clarín, seguido días después por Infobae que promovió a Giselle Sousa Días a ese rol. Luego hubo designaciones en una variedad de medios privados, públicos y universitarios en distintas provincias del país.

El informe habla de los desafíos y experiencias que han tenido las editoras de género en sus primeros momentos dentro de las redacciones, y de las organizaciones. Chaher dice que a ella no le consta ningún estudio, ni de Argentina ni del resto del mundo, que haya informado sobre los resultados de estas designaciones.

“A groso modo, da la sensación de que el rol está funcionando, que los medios están mejorando”, dijo. “Que las editoras de género suman, no quiere decir ni por casualidad que esté todo logrado. Es una estrategia, es parte de las estrategias posibles”.

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