Leandro Swietarski es fundador y CEO de Tecnokids, academia de programación y robótica para chicos de entre 4 y 16 años. Formado en comunicación y marketing, pasó por HP antes de volverse un emprendedor serial. En 2015 creó Tecnokids, y en 2019 -antes de la pandemia- pasó por #TMTconversaciones  (ciclo de entrevistas que se emite por el canal Metro para la Argentina y por UCL Play para el resto de América Latina) para contar todo lo aprendido.

-Tecnokids es una academia de robótica y programación y para niños, jóvenes. ¿Cómo se enseña y por qué debería enseñarse robótica y programación a los chicos?

-Tecnokids nació hace 5 años cuando no había ninguna propuesta, fuimos los primeros no sólo en Argentina sino en América Latina y vino a responder a una necesidad que tenían los chicos de participar en actividades que tengan más que ver con sus intereses. Estamos en la categoría de actividades extraescolares, así como antes las familias mandaban a los chicos a…

-Dibujo, deportes, música…

-Así como las familias mandaban a los chicos a hacer fútbol, natación, básquet, arte y demás, hoy también se los manda a talleres de robótica, programación, youtubers, piloto de drones y diferentes cuestiones que tienen que ver con la tecnología. ¿Por qué deberían estudiar o aprender de programación? Hay un montón de evidencias científicas que muestran que un chico que aprende programación en edades tempranas va a alcanzar su máximo potencial.

Siempre doy un ejemplo que me gusta mucho. Si empiezo ir al gimnasio, estoy un año levantando pesas, después de ese año mis bíceps van a haber crecido mucho, pero con toda esa fuerza no sólo voy a poder levantar pesas sino hacer cualquier actividad que requiera fuerza: empujar un auto, treparme a un árbol y demás. Con el cerebro pasa lo mismo y el mejor ejercicio que existe para el cerebro es estudiar programación porque los desafíos que presentan hacen que sea imposible ejecutar algo de memoria y por eso tenés que estar todo el tiempo ejercitando el cerebro. Todo ese desarrollo cognitivo que un chico gana después lo va a poder aplicar a cualquier cosa que se proponga, aunque no tenga que ver directamente con la programación. Si una persona estudia programación cuando es chico y de grande se quiere dedicar a cualquier otra cosa: chef, astronauta, jugador de fútbol, va a ser mucho mejor mejor profesional gracias a que de chico estudió y aprendió a programar.

-¿Es para todos?

-Sí, es para todos. En Argentina hay propuestas públicas, privadas, gratuitas, de diferentes calidades. De hecho, nosotros estamos intentando proponer que en todas las escuelas del país se dé esto porque sabemos de sus beneficios y ventajas, con lo cual debería ser obligatorio para todos. Nosotros hacemos una parte un poco más social intentando enseñarles a familias que incluso no lo pueden pagar porque sabemos todo lo que le aporta un chico y esta grieta que hoy está tan de moda no queremos agrandarla, queremos cerrarla y que todos los chicos aprendan a programar.

“Es muy diferente jugar un videojuego que crear un videojuego. Si vos pasás mucho tiempo con dispositivos, pero creando cosas, estás ejercitando tu cerebro a full y frente a eso nadie tiene problemas. Ningún padre le va a decir a su hijo: deja de leer porque estás leyendo hace dos horas, es algo que todos sentimos que les hace bien. Estar creando cosas también es algo que les hace muy bien a los chicos”

-¿Qué aprendieron ustedes en estos cinco años? Desde que empezaron seguramente viendo algún caso por ahí, pero, qué fueron viendo, qué cambiaron, qué conclusiones pudieron sacar…

-Aprendimos un montón de cosas. Hace poco revisé el plan de negocios original de cuando salí a buscar plata, lo que nos proponíamos y cuáles eran los objetivos en el corto, mediano y largo plazo. Y nada que ver, nada que ver.

Aprendimos un montón de cosas. Aprendimos que debemos tener a los chicos involucrados en todos los contenidos que hacemos, ayudándonos a ver qué le proponemos. No debemos ser los adultos los que les impongamos las cosas. Hoy los chicos tienen mucha más autonomía y hay que escucharlos para ver qué es lo que a ellos les interesa. A diferencia de cuando a un chico le va mal en matemática y va al profesor particular, acá les encanta venir. Cada vez que termina una clase, los padres tienen que entrar al aula y casi que tienen que arrancar a los chicos del aula porque no se quieren ir.

En lo personal, aprendí un montón. Trabajar con chicos es genial, cuando ves la diferencia que marcás en ellos y en su futuro no lo podés creer. Tenemos muchas propuestas que tienen que ver con la equidad de género. El año uno de Tecnokids teníamos más o menos 85% de varones y 15% de mujeres y hoy estamos en un 55-45 con lo cual lo emparejamos mucho y eso tiene que ver con las familias. Ya no va más eso de que para el hijo la computadora y para la hija, no sé, el set de cocina.

-¿De dónde salen los profesores?

-Los profesores, muy buena pregunta. Tienen que ser personas con mucha experiencia en educación formal o educación no formal. Los conocimientos en tecnología que tienen son variados, algunos saben mucho, otros no saben casi nada, pero eso no fue impedimento. El desafío era buscar personas con experiencia en manejo de grupo de chicos y enseñarles tecnología o incorporar ingenieros y enseñares cómo tratar con chicos. Optamos por la primera opción. Tenemos un protocolo de capacitación espectacular; capacitamos también a muchos docentes de escuelas privadas y públicas que están interesados en adquirir este conocimiento porque los docentes que en cinco años no sepan de programación y robótica se van a quedar sin trabajo.

-Los chicos, ¿de qué edades son y cómo se los agrupa?

-Trabajamos con chicos de 6 a 16 años. Desde este año [NdE: 2019] también tenemos chicos de 4 y 5 años con un contexto diferente, con una exposición a las tabletas o a los dispositivos un poco más baja. Aunque puede ser difícil de explicar, se puede aprender a programar sin ningún dispositivo. Hay kits de robótica que con colores es como si vos estuvieras tecleando diferentes códigos y a los chicos le gusta mucho y se pueden aprender colores, idiomas y demás. Ese es el límite, menos de 4 años ya no. Hasta ahora, el MIT -que lidera todo esto a nivel mundial- nos dice que está prohibidísimo porque hay mucha evidencia de chicos menores de cuatro años que por tener mucho contacto con dispositivos están perdiendo la motricidad fina, están perdiendo habilidades para usar una tijera, dibujar y demás con lo cual trabajamos con chicos de 4 a 16 divididos en diferentes grupos etarios.

“La educación es una industria difícil que no se anima demasiado a innovar. Esa decisión institucional baja mucho a los docentes. Los docentes también tienen mucho temor a innovar; en general, están preparados para enseñar a los chicos un paquete Office y Paint, cosas que hace 15 años ya estaban absoletas. ¿Sabes cuál es el problema? A los docentes les da terror tener que enseñarles a los chicos algo que ellos están convencidos -y tiene razón- que los chicos conocen más que ellos”

-¿Cómo son las clases?, ¿hay horarios? ¿cómo es el espacio físico?, ¿cómo se organizan las actividades?

-Tenemos un espacio de 400 metros cuadrados en Palermo muy lindo, acondicionado para chicos con todo lo que tiene que ver relativo a temas de seguridad y cuidados. Tenemos diferentes aulas armadas para poder romper y construir diferentes cosas. Hacemos mucho foco en la cantidad de docentes por alumno. No tenemos un profesor cada 25 chicos como suele suceder a la educación formal sino un docente para grupos de seis a diez chicos. Tener un profe cada seis alumnos es una proporción muy muy muy buena. El ideal sería 1 a 1 pero es inviable. Luego, el contenido de las clases lo genera un triunvirato de tres profesionales excelentes: una persona que es directora de una escuela muy importante de Buenos Aires con 30 años de experiencia en educación, un psicopedagogo que sabe bien cómo tratar temas enfocados en chicos y una persona que tiene una carrera que hoy se está escuchando más, que es nueva, se llama Recreología. Entre ellos tres se juntan y son los que arman el contenido de cada cosa que hacemos. Y, además, medimos absolutamente todo. Cada vez que hacemos una actividad nueva después le preguntamos a los chicos, aunque no de forma directa. Tenemos diferentes formas para comprender qué les gusta y qué no, pero vemos qué funciona y qué no funciona.

-¿El aprendizaje de los chicos que participan en los talleres es más bien individual o es en equipo con sus compañeros?

-Las dos cosas. En Tecnokids cada chico recibe un kit de robótica para poder trabajar en forma individual, pero hay muchos proyectos que se trabajan en equipo porque también queremos que aprendan a cumplir roles. Si armamos un equipo de tres hoy uno piensa la idea, otro la programa y otro la ejecuta. Y en otra clase van cambiando, entonces está bueno que tengan que cumplir roles y que no todos decidan, sobre todo. Está bueno que haya debate por eso armamos equipo de número impar para que tal vez uno diga una cosa y dos digan otra y tengan que consensuar.

-Empezaron hace 5 años, no sé si ya tenían alumnos de 16, ya debes tener algunos chicos que están acercándose al momento de la vida en el que hay que elegir carreras. ¿Son chicos que se orientan a tecnología o hay gente que va por carreras tradicionales o ciencias sociales?

-Vos antes me preguntabas ¿qué aprendí? Esto es algo que aprendí. Al principio, yo sospechaba que la mayoría de los alumnos que íbamos a tener iba a continuar su formación en carreras basadas en la tecnología y me doy cuenta de que no. Otra vez vuelvo a cuando éramos chicos. En general, estaban los chicos a los que les gustaba más estar al aire libre jugando al fútbol y demás, y otros a los que les gustaba estar más adentro de la casa con dispositivos digitales y demás. Hoy esa división no existe.

Aún a los que le gusta estar mucho con la pelota y haciendo deportes también le gusta esto, con lo cual no es algo exclusivo de chicos con una orientación más de estar in door. Las carreras que nos cuentan que quieren seguir tienen que ver con cualquier cosa.

Hay otro tema y es que la tecnología está empezando a atravesar cualquier tipo de carrera. Hay un montón de artistas, pintores, etc. que están empezando a crear su arte en dispositivos digitales. Los artistas un poco más grandes lo ven con recelo. Es lo que viene, no hay forma de combatir eso.

Hay una pregunta muy clásica que me hacen los padres es ¿cuánto tiempo está bien que los chicos pasen con los dispositivos?

-La pregunta del millón

-La pregunta del millón, por supuesto. Pero esto tiene mucho más que ver con qué hacen en ese tiempo que con el tiempo mismo. La mayoría de los chicos pasa la mayor parte del tiempo con dispositivos jugando o viendo vídeos en YouTube, y eso no te sirve para nada. Eso es un rol absolutamente consumista donde vos no estás generando nada.

Y es muy diferente jugar un videojuego que crear un videojuego. Si vos pasás mucho tiempo con dispositivos, pero creando cosas, estás ejercitando tu cerebro a full y frente a eso nadie tiene problemas. Ningún padre le va a decir a su hijo: deja de leer porque estás leyendo hace dos horas, es algo que todos sentimos que les hace bien. Estar creando cosas también es algo que les hace muy bien a los chicos.

“Podés programar algo sin necesidad de robótica, y se puede crear un robot sin programación, pero cuando unís las dos cosas es espectacular”

-Recién contabas sobre la capacitación de docentes ¿qué reacción tienen ante la tecnología? ¿Van voluntariamente o por disposición de las instituciones donde trabajan?

No es la que a mí me gustaría que tengan. En general, son bastante reacios. La educación es una industria difícil que no se anima demasiado a innovar. Esa decisión institucional baja mucho a los docentes. Los docentes también tienen mucho temor a innovar, en general los docentes están preparados para enseñar a los chicos un paquete Office y Paint, cosas que hace 15 años ya estaban absoletas. ¿Sabes cuál es el problema? A los docentes les da terror tener que enseñarles a los chicos algo que ellos están convencidos -y tiene razón- que los chicos conocen más que ellos. Entonces es muy difícil para un docente que tiene 40 años de trabajar en estas tareas, tener que enseñarle a un grupo de chicos un tema del cual se siente que está en menor condición que los alumnos.

Los profesores que llegan por su propia voluntad son súper dispuestos a aprender y, en general, son docentes de una edad más baja. Los docentes con más experiencia están muy reacios y no tienen ganas de aprender, incluso a las escuelas que los envían les cuesta y no acompañan con toda la voluntad necesaria.  

-¿Cuál es la actitud de los funcionarios o políticos con los que te tocó vincularte por Tecnokids a la hora de decirle: mira sería interesante que tal vez los docentes, los alumnos, las escuelas vayan por este lado?

-Hay una parte visible y una parte invisible. Todo esto que tiene que ver con robótica, programación y tecnología es algo que está muy de moda en todo el mundo y que todas las escuelas están empezando a imponer. Me han contactado muchos políticos de diferentes ministerios, secretarías y demás con muchas ganas, en muchas reuniones me dijeron: me encantó, mañana te mando el contrato, vamos a hacer algo para revolucionar la educación. Hasta ahora no sucedió.

Hay una ley vigente donde todos los colegios del país deberían el año que viene [NdE: 2020] empezar a dar programación y robótica en todas las escuelas. Ahora hay un cambio de gestión con lo cual vamos a ver qué pasa. Yo creo y tengo el interés de que la nueva gestión se ponga un poco más las pilas con este tema. Es realmente la revolución educativa más importante de la historia y hay muchos países. En los países más desarrollados, como los países nórdicos -Finlandia, Noruega y demás-, la enseñanza de programación y robótica es la materia con más carga horaria de toda la semana. Desde hace siete años es una materia obligatoria, ¿qué quiere decir obligatoria? Que un día cualquiera, los chicos llegan al colegio y tienen matemática, lengua, geografía… y programación. Eso quiere decir, no un taller, no una materia opcional, sino una asignatura obligatoria. En Argentina todavía eso no pasa. Nos están sacando mucha ventaja.

Tengo una anécdota que me parece interesante. En Tecnokids tenemos muchos convenios, uno de ellos es con el MIT, la universidad que queda en Boston, la más prestigiosa del mundo en lo que tiene que ver con tecnología. Por eso, yo viajo dos veces por año para allá. El año pasado cuando fui nos contaron que en 2018 estaban teniendo la primera camada de alumnos universitarios con mucha experiencia en programación y robótica. O sea, chicos de 18 o 19 años que ya tienen diez años de conocimiento en esta materia y empezaron a comparar los resultados universitarios de este grupo de chicos con otro grupo de alumnos que no tenían conocimientos en esto. Los resultados eran demoledores y no me refiero a una performance en carreras tecnológicas sino en cualquier tipo de carrera. En derecho, sociales, medicina, etc, los alumnos que tuvieron enseñanza de programación desde edades tempranas le pasan el trapo a los demás. O sea, están súper comprobados los beneficios que traen para un chico aprender de programación y robótica en una edad temprana.

“Está súper comprobado y hay evidencia de que en solamente cuatro meses de estudiar programación en robótica los chicos aumentan más o menos un 70% el rendimiento en matemática en y un 60% el rendimiento lengua. Está lleno de matemática aprender a programar y también la parte de robótica”

-Imaginate esta situación. Una persona mayor que se educó en el sistema que venimos describiendo y que nos está escuchando, programación, robótica, programación, robótica y le tenés que explicar en términos simples, ¿qué es exactamente programación? Porque a lo mejor escuchó alguna vez la materia informática, que era lo que vos decías antes: Paint, Word y poco más y los robots les suenan a los robots de las películas. Entonces si vos le tenés que explicar qué es programación y qué es robótica en pocas palabras, ¿cómo lo harías?

-La mejor definición que escuché de programación es hacer que un dispositivo digital haga lo que vos tenés ganas que haga. Cuando uno usa un lavarropa está ejecutando algo que programó otra persona, yo aprieto tres botones y cumple la función que yo le pedí. Ahí se está ejecutando una orden de programación.

Robótica coincido con vos, la gente más grande cuando uno dice un robot se imagina un mucamo que entra con una bandeja. No, yo te puedo mostrar, hay kits de robótica que son una placa chiquitita o una pelota de pin pong con luces y esos son kit de robótica espectaculares. La robótica consiste en crear un elemento que se conforma de muchas piezas que responde a lo que vos querés hacer. Entonces, por un lado, vos creás un objeto y le podés poner diferentes sensores según lo que vos tengas ganas de hacer. Cuando lo creaste, después tenés que programarlo, que es enseñarle, educarlo. Volviendo al ejemplo de un lavarropa, que si apretás tres botones lave o centrifugue. Según lo que vos tenés ganas de hacer, ese robot responde, ¿cómo le enseñás? Programándolo.

Podés programar algo sin necesidad de robótica, y se puede crear un robot sin programación, pero cuando unís las dos cosas es espectacular.

-¿Y qué lenguajes? Porque en definitiva aprender a programar es como aprender uno o varios idiomas. Entonces ¿por qué idioma debería empezar un niño por ejemplo?

-Los chicos no arrancan con lenguajes sino con un esquema de lenguaje que se llama programación por bloques. Cuando pensamos en programar, los adultos nos imaginamos la película Matrix que es todo un montón de letras moviéndose y no se entiende nada. En algún punto es eso, pero a los chicos no se les enseña así. A los chicos se les enseña con algo que se llama programación por bloques, ¿qué es eso? Imagínate un rompecabezas que vos tenés, tirás todas las piezas al piso y cada cuadradito dice cosas distintas. Una dice moverse, otra dice saltar, otra dice prender una luz y así cada pieza tiene diferentes órdenes. Con esas cien piezas vos decís ¿Qué quiero hacer? Bueno, agarro la que dice moverse, agarro la que dice saltar y agarro la que dice prender las luces. Las pegás las tres como si fuera un rompecabezas y cuando le das enter el robot que estás programando hace lo que vos acabás de unir. Pero no hay que escribir sino sólo seleccionar comandos de un montón de acciones preestablecidas. Esa es la forma que se inicia.

Después hay una transición, no tan corta pero muy natural y orgánica hasta que los chicos aprenden a escribir líneas de código. No hay un lenguaje para chicos, sino que está más enfocado a la interfase. ¿Qué es una interfase? Hoy se le llama amigable, que la entiendan y que sea muy intuitiva. Para los chicos de 4 y 5 años, por ejemplo, esas piezas no tienen texto porque no saben leer; tienen flechas, se trabaja más con iconografía. Esa es la forma en que los chicos aprenden a programar.

“Hoy en día siguen existiendo muchas materias que los chicos estudian de memoria y a la hora de dar un examen pasa algo muy curioso: un alumno estudia para rendir sabiendo que después de rendir se va a olvidar de todo. El docente también sabe eso. Los directores y los padres también lo saben y todos nos hacemos los distraídos”

-Y ahora me pongo en el papel del chico, ¿tiene mucha matemática? La matemática no tiene buena prensa.

-¿Lo preguntás como algo bueno o como algo malo?

-Lo pregunto cómo lo preguntan seguramente los chicos, algunos, la mayoría probablemente, ya como descartando. Si me decís que sí lo tacho, me voy a dibujo, no me quedo en programación y robótica.

-Si le decimos que van a aprender matemática no les gusta, si no le decimos que están aprendiendo matemáticas, les encanta y están aprendiendo un montón.

-Como la verdura en la comida

-Es agarrar una verdura y llenarla de dulce de leche. Está súper comprobado y hay evidencia de que en solamente cuatro meses de estudiar programación en robótica los chicos aumentan más o menos un 70% el rendimiento en matemática en y un 60% el rendimiento lengua. Está lleno de matemática aprender a programar y también la parte de robótica.

Antes fuera de cámara te comentaba que tenemos diferentes cursos, uno de ellos es para los chicos que quieren ser piloto de dron. El taller no consiste en darle un dron y hacerlo volar. Se trata de, con un montón de piezas, crean un dron según lo que ellos tengan ganas de hacer. Después se lo programa para que prenda una tecla y el dron despegue solo y haga diferentes firuletes. Ahí los chicos están usando un montón de geometría y aritmética. Ahora, yendo a lo común, a lo básico también estar todo el tiempo usando matemáticas, pero de una forma en la que ni ellos se dan cuenta Tenemos un montón de mensajes de padres que nos agradecen porque a alguno de sus hijos no les iba muy bien en materias como matemáticas y por empezar a estudiar programación mejoraron un montón sin darse cuenta

-También hay ahí algo, sospecho relevante, que es una dosis importante de lógica en los lenguajes de programación, que además es como una disciplina que en la educación formal casi que desapareció. Había en algún momento, desapareció y programar implica lógica

-La educación formal tiene un montón de cosas muy positivas y algunas cosas que no son muy positivas. Una de ellas es que todavía hoy en día siguen existiendo muchas materias que los chicos estudian de memoria y a la hora de dar un examen pasa algo muy curioso: un alumno estudia para rendir sabiendo que después de rendir se va a olvidar de todo. El docente también sabe eso. Los directores y los padres también lo saben y todos nos hacemos los distraídos. Y hay cosas que uno tiene que aprender que le tiene que servir toda la vida y no cuando termina el examen olvidarse. Lógica es una de esas cosas.

Aprender procesos lógicos tiene después un montón de ramificaciones en casi cualquier actividad que un chico haga en su vida, desde si va a cruzar la calle y viene un auto, más o menos calcular a qué velocidad viene a ver si conviene cruzar o esperar, digamos, tiene un montón de implicancias, pero tiene mala fama, tiene mala prensa como las matemáticas. Si a un chico le decís: vení, vamos a estudiar lógica te dice: salí de acá y si le decís vamos a aprender robótica le encanta, y la robótica es lógica.

-Imagino que también hay un proceso en los chicos que recién empiezan y los que van avanzando en los talleres de ustedes. ¿cómo se maneja la motivación? porque los chicos que de golpe apuestan a estas actividades para ver de qué se trata se quedan y se van enganchando, ¿por qué es eso?

-Yo lo tengo muy en claro y es que una vez que los chicos aprenden y entienden la parte básica de aprender a programar y de robótica, lo que hacemos es proponerles que ellos decidan cuáles son las cosas que quieren construir. Entonces los desafíos que se proponen hacer son los que tienen ellos.

Te cuento una historia que pasó en Tecnokids muy interesante. Hace dos años, a un grupo de chicos avanzados le preguntamos ¿qué tienen ganas de hacer? Un alumno contó que un amiguito suyo se había quedado ciego en un accidente y que si bien se había adaptado bien a usar el bastón. Pero ese bastón blanco sirve para no chocarte con una mesa o con una pared, pero en la calle también hay carteles que cuelgan del techo y el bastón apunta para abajo, no para arriba. Entonces nuestro alumno nos contó que su amiguito se había golpeado muchas veces la cabeza contra carteles y nos propuso buscar alguna solución. Nosotros no nos metimos en nada, ellos mismos decidieron después crear un dispositivo que son unos anteojos de sol “truchos”, de kiosco cualquiera, que le pusieron con los conocimientos que tenían un sensor acá delante conectado a una batería y a un parlante chiquitito, de modo tal que quién se ponga esos anteojos y empieza a caminar con los ojos cerrados cuando hay un objeto, un obstáculo, el sensor lo detecta que está a la altura de los ojos. ¿A qué distancia? La eligieron los chicos. Ellos decidieron a un metro. Entonces quien tiene los anteojos puestos y está caminando, si hay un objeto, el sensor lo detecta, tira una señal, el parlante hace un ruido y el chico se queda quieto. Es maravilloso.

A la semana siguiente vinieron los padres de ese grupo y me dijeron: Leandro mirá, estuvimos googleando, no hay nada parecido en el mundo, no hay anteojos para no videntes como estos en ningún lugar del mundo y me dijeron, y nos gustaría quedarnos nosotros con la patente para poder venderlo. Y yo le dije: hagan lo que quieran, yo no me meto en eso. ¿Cómo terminó? Los hijos de esos padres le dijeron: no papá, nosotros no queremos ganar plata con esto, queremos subir este proyecto a Internet y que sea gratuito para que cualquier chico del mundo se lo pueda bajar y usarlo. Así piensan los chicos. Los chicos son totalmente generosos.

-Y no solamente programación porque en ese caso había de todo un poco, un espíritu maker

-Es que la programación bien aplicada para mí tiene que ver con qué podés solucionar. Yo le digo a los chicos, ¿qué es lo que no te gusta? ¿No te gusta cómo tu mamá te despierta para ir al colegio?  Podés crearte una aplicación que te despierte de forma suave. O sea, piensen en los problemas de ustedes chiquititos y busquen una solución. Eso intentamos hacer y de esa forma intentamos motivar a nuestros alumnos.

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